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HISTORIA DE LA MASONERIA FALCONIANA

Cortesia: H.·. Stevenson D. P.
A.·. M.·.


La historia de nuestra independencia esta íntimamente relacionada a la masonería, sus orígenes se remontan al año 1797, cuando a La Guaira llegaron 4 masones españoles de tendencia liberal que incorporaron a varios venezolanos a la actividad masónica, y luego en 1798 se canaliza en Londres La Gran Reunión Americana, auspiciada por Francisco de Miranda y por las Logias Lautarianas, que realmente eran sociedades político patrióticas, donde muchos venezolanos se incorporaron luego a la actividad masónica, mas tarde entre 1811 y 1818 nacen las primeras logias en Cumana, Carúpano y Angostura.

Por su parte en Caracas; los estudios masónicos se iniciaron entre 1811 y 1815 con la logia: Colon, luego en 1821 aparece El Taller Unión y en Valencia se funda la logia Concordia , ambas dependientes de la Gran Logia de Pensylvania.

El 16 de mayo de 1824 se funda en Caracas la llamada Gran Logia de Colombia, siendo su Gran Maestro Diego Bautista Urbaneja, la cual el 24 de junio de 1838 modifica su nombre a Gran Logia de los Estados Unidos de Venezuela, y entre las logias que de inmediato pasaron a formar parte de su obediencia se destacaron la: Protectora de las Virtudes (Barcelona) , Regeneradores (Maracaibo) y LA UNION FILANTROPICA DE CORO.

Posteriormente el 13 de abril de 1856 por iniciativa de los ilustres y poderosos hermanos: Juan Crisóstomo Falcón y el Dr. Juan de Dios Monzón, se modifica su nombre a Respetable Logia UNION FRATERNAL N° 17 DE CORO, ocupando el cargo de primer Venerable Maestro el Dr. Juan de Dios Monzón y como primer Guarda Templo interior el Mariscal Juan Crisóstomo Falcón. Durante la década siguiente se nombró una comisión para la compra de un local destinado a la sede definitiva de la logia, y el 14 de marzo de 1878 los respetables señores: Juan Antonio Zárraga e Isaac Delima donan un terreno ubicado hoy en la calle Ampíes, entre calle Garcés y plaza Bolívar, frente donde termina el edificio “Curiel”, destinado a la construcción de la logia, siendo recibida por su Venerable Maestro Manases Capriles y el Ex Venerable Maestro Pedro Navarrete, consumándose el derecho de posesión el 14 de marzo de 1877, y se construye un local, con el esfuerzo de todos sus miembros, inaugurándolo con todos los honores masónicos del caso el 27 de diciembre de 1877 y así se inician los trabajos en paz, orden y armonía.

El 28 de diciembre de 1913, su Venerable Maestro para la época; el querido hermano Gral. Rafael Martínez Cayama presenta su memoria y cuenta, donde informa reparaciones hechas al templo y la construcción de la llamada “Placita de la Logia”, ubicada en las esquinas de la Calle Federación con Garcés, convirtiéndose en un sitio armónico para el estudio y la meditación. Llega el año 1917, y para el 1° de enero, ya la logia cuenta con 92 miembros, de los cuales 15 eran aprendices; destacándose a : Nicolás Curiel Coutinho, Luís Espelozín, José David Curiel.

Posteriormente la logia entra en sueño, y su sede se destinó a fines de carácter comercial, no obstante; el peso de su capital humano reencuentra el camino masónico trazado y para el 28 de octubre de 1950, en un salón habilitado del desaparecido Hotel Ponce, ubicado en la esquina de la Calle Comercio con Monzón, y bajo los auspicios de la Gran Logia de los Estados Unidos de Venezuela, se abren nuevamente los trabajos de la Respetable Logia Unión Fraternal N° 17, bajo la sabia conducción de su Venerable Maestro el respetable hermano Rafael A. Dávila, donde permanece durante seis meses, durante ese lapso se realizaron las diligencias necesarias para recuperar el antiguo templo de la Calle Ampíes, y precisamente el 14 de febrero de 1951, en la tenida N° 7 se reabren aquí los trabajos, en un autentico ambiente masónico con las iniciaciones de los queridos hermanos: Francisco Altimaris, y Luís José Zamora Guzmán. Llega el año de 1953 y por decreto del gobernador del Estado Falcón el Cnel. Luís A Vegas Cárdenas se declara la cuadra ubicada al sur de la plaza Bolívar como “De Utilidad Publica” y se conmina a la Logia a desocupar su local.

Las negociaciones realizadas con el ejecutivo del estado concluyeron con un pago de 174.944,50 Bolívares. La ultima tenida realizada en este local fue para la fecha 21 de abril de 1954 marcada como la numero 178 y en esta se llevó a cabo el desocupo del templo. Mientras tanto nuestra logia hermana la “Cuna de América N° 133” ubicada en Cumarebo ofreció sus instalaciones para continuar con los trabajos de la Respetable Logia Unión Fraternal N° 17.

Por otra parte; nuestros queridos hermanos habían venido realizando negociaciones para la compra de un terreno ubicado en la hoy Avenida Los Médanos, entre la Calle Norte y la Avenida Josefa Camejo, frente a la “UCA” invirtiéndose la cantidad de 122.000°° Bolívares tanto para la compra del terreno como para la edificación el hermoso templo que hoy nos cobija .

Y de manera ininterrumpida se ha venido trabajando hasta nuestros días, a pesar de cualquier inconveniente presentado, y a la fecha actual nada ni nadie, puede señalar de manera peyorativa ni acusar a nuestra Logia de injusta, todas sus acciones se han realizado bajo el yugo del honor y el respeto masónico, ya que el peso especifico de su capital humano dentro de la sociedad coriana es lo que lo que la ha preservado en los siglos.

Nuestra Respetable Benemérita y Centésima Quincuagésima Centenaria Logia Unión Fraternal N° 17, ha contado con hombres de personalidad extraordinaria, tales como: El Mariscal Juan Crisóstomo Falcón, el Dr. Juan de Dios Monzón, el Gral. Tirso Salavarría, Gumersindo Torres (medico y primer contralor de la republica), Antonio Smith, José David Curiel, Elías López Fonseca, Teodoro Dovale, Daniel C. Henríquez, Zoilo Graterol, entre otros. Para la década de los 50 se destacan hombres emblemáticos tales como el ilustre y poderoso hermano Roso Antonio Dorante y Antero Dupuy Chirino, autor de la letra de nuestro himno masónico nacional, el jurista Rafael Vicente Beaujon, Humberto Loyo Hidalgo, Víctor José Dorante, Castor López Muñoz, Amalio Chirinos, los inolvidables médicos Alberto Leal y Rafael Calles Sierra, no podemos dejar de mencionar a Rafael José Llamozas, constructor de nuestro templo, y actualmente contamos con hombres de la talla de los queridos hermanos: Simón Meléndez Sierra, Rafael Pérez Romero, Tito Rigoberto Chirinos, Ramón Gómez Ollarves, José Antonio Montaño, Agustín Payares Loyo, Víctor Tito Guerra, Arturo Meza Bustos, Gilberto Isea Martínez, Franklin José Granda, Roger Vangrieken Pérez, Pedro Elías Gómez, Edward Petit Sánchez, Adel Colina, Antonio Benito Sánchez, José Ángel Martinez F, y el ilustre y poderoso hermano Manuel Chirinos Payares, miembro del Segundo y Ultimo Supremo Consejo Confederado de Grandes Inspectores de la Orden del Grado 33 para la Republica de Venezuela, y como aprendices masones a los queridos hermanos Juan José Lugo, Estivenson Díaz Perozo, Hugo Israel Arcila, Alexis E. Salcedo y Armando José Rivas

Como corolario; debemos acotar que el secreto masónico consiste en preservar los trabajos y la armonía de la Logia, y las luchas libradas deben ser a favor del imperio del amor fraternal, en todos los múltiples aspectos que ese hermoso sentimiento ofrece. Sus partidarios deben poseer un deseo inmenso de servir a la institución, a su comunidad y a su país, bajo la égida de la dignidad y el respeto a las leyes que la mayoría ha impuesto, sin mayores aspiraciones personales que la satisfacción interna del deber cumplido, sin ambiciones de grados, sin codiciar cargos ni posiciones especiales, y quienes estén fuera de estos linderos NO DEBEN CONSIDERARSE MASONES.

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