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LA FELICIDAD... ¿MITO O REALIDAD?


Por el R:.H:. Cesar A. Pain Sr.

Desde los albores de la humanidad, los hombres han dedicado todos sus esfuerzos y deseos en la persecución de lo que llamamos “FELICIDAD”.

Cual seria la posible descripción del significado de FELICIDAD, podríamos decir que ella es: invisible, intangible, abstracta, incuantificable, incualificable y muchas otras acepciones.

Algunos piensan que es un sentimiento de regocijo por el que atraviesa un individuo, o un conjuntos de individuos, o también una comunidad entera. Que y como hacer para llegar a sentir ese “regocijo” o “sentimiento” deberán incluirse muchas factores, imposibles de definir o bien acontecer diversas situaciones en el diario vivir, que finalizarían por producirlo?.

La Felicidad por sus características tan particulares e impredecibles debe obrar, según cada caso en particular y es el individuo, el grupo, o la comunidad, la que debe descubrir el momento preciso, en que esta se desarrolla, para gozarla en plenitud.

Pero también es necesario analizar, cual era la felicidad cuando el hombre todavía se encontraba en el “Paraíso Terrenal”, lugar “mítico” mencionado en casi todas las religiones y que se ha convertido en alguna forma de “leyenda”, por sus características propias, lugar de eterno descanso, donde nada es necesario, las preocupaciones no existen, la vida en ese plano es tranquila como el reflejo cristalino de una cascada de agua; en muchas culturas y especialmente en la occidental, se menciona su existencia y su posterior perdida.

Debemos de comprender que al no existir la definición del “Bien” y del” Mal”, Vivian en un plano de total placidez, de permanente gozo de la creación, manteniendo una relación estrecha del “ser racional” con los seres “irracionales”, y la naturaleza misma, consecuentemente el tiempo no existía, el hombre era imperecedero por lo tanto ‘INMORTAL”.

Esta descripción desde el punto de vista, del “mundo profano” actual; hace describir un cuadro árido, aburrido y tedioso, por que precisamente se analiza con los ojos materialista que el proceso evolutivo del desarrollo “terrenal”, produce esa impresión; pero si se meditara solo unos instantes, y se analizara cuidadosamente, fácilmente se llegaría a la conclusión, que al no existir la “contraparte” que fuera proporcionada por la acción de abrir la “caja de pandora”, la encontrarían completamente normal.

Cuando el hombre fue arrojado del “paraíso” el cambio debió ser profundamente traumático, se vieron obligados a tener que redescubrir el concepto de “felicidad”; no estando aun desarrolladas sus facultades intelectuales, para enfrentar un mundo tan lleno de complejas situaciones, de enfrentar una naturaleza cuyos fenómenos naturales se manifestaban en forma nunca antes vistas o observadas, sus conocimientos eran a manera de cuadros vivos, de cosas y acciones que constituían su ambiente, aun cuando tenían conciencia de que procedía, de un mundo espiritual con el que se ponían en contacto en su diario peregrinar.

Consiguiendo de esta forma que el proceso evolutivo siguiera adelante, haciéndose indispensable que el hombre aprendiera a conocer y juzgar, los seres, las cosas y los fenómenos de la naturaleza por su propia experiencia. No habría otra forma de explicar el desarrollo de sus facultades mentales en el decurso de los tiempos.

Fue necesario también frente al cosmos manifestado por sus fenómenos permanentes y temporales que la humanidad aprendiera a diferenciar los cambios favorables y los negativos esclareciendo así en forma intuitiva los conceptos primigenios aun difusos del “bien” y el “mal”.

Con estas características, y desarrollando completamente su intelectualismo durante el proceso de evolución, los hombres, andan en persecución constante de la “felicidad”, es así que en muchas oportunidades cuando la tienen completa, les falta aun, desarrollar el instinto para descubrirla y vivir a plenitud.

Ella es esquiva como lo es la “fortuna” en la gran mayoría de los casos, es cuando se pierde algún factor, es que se descubre, que se había alcanzado y perdido sin haber saboreado su esencia.

Para ser felices no se necesita necesariamente contar con bienes materiales y mucho dinero, la “felicidad” es ajena al materialismo físico, es mas que nada espiritual, por ello cuando sé este luchando tesoneramente en busca del triunfo, el tener un desafió que vencer o una meta que cumplir, es que pueden sentirse embargados por ese especial “sentimiento”; cualquiera sea el trabajo que desempeñen, y la dedicación y diligencia que apliquen al hacerlo, lograrían que su mente se encuentre ajena a otras inquietudes negativas.

La preocupación constante por ella, muchas veces les hace olvidar las metas primigenias y sobre el camino las van ampliando cada día mas, hasta que los convierten en esclavos de sus propios deseos. Es recomendable por ello, hacer un alto en el camino, detenerse, meditar y estudiar lo que sucede a su alrededor, si así lo hicieran, muchos de ellos podrían descubrir que están pasando por ese sentimiento de satisfacción, de vivir en alegría, física y espiritual, en entera armonía con su medio ambiente, y cuyo nombre es: FELICIDAD!!!!!!!!!!!!!...????????????.

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