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¿Quién fue San Martín?

            

  Por Rolando Hanglin 



     






Acaba de publicarse la novela histórica Pasión y Traición (Amores secretos de Remedios Escalada de San Martín) donde la periodista Florencia Canale, que es descendiente de Remedios, expone lo que ha podido investigar sobre su ilustre antepasada, que en su tiempo fue la mujer del General. Según la propia Florencia, circula en su familia, desde los viejos tiempos, el comentario de que Remedios "era una mujer brava". Y cuando decimos brava, en este caso, nos referimos a su paciencia y fidelidad conyugales.
Como no me gustan las novelas históricas (prefiero la historia narrada con fundamento fidedigno y sin fantasías) le pasé el libro a mi mujer, que lo encontró entretenido. Su comentario, netamente femenino: "San Martín era un tipo imbancable".
Hasta el día de hoy, yo tenía entendido que el Libertador había sido un gran soldado, entregado sin límites a su causa política, y que en esa entrega había descuidado a su pareja, la pobre Remedios, que murió muy joven y a quien ni siquiera visitó en su lecho de muerte. Se sabe que el general tuvo una reconocida amante en Lima (Rosa Campuzano Cornejo) pero en aquellos tiempos, con aquellas distancias, con un matrimonio integrado por un recio milico de 35 años, español, y una nena de papá y mamá de 15 recién cumplidos, que nunca había salido de la casa de los Escalada...¿Qué podía esperarse? ¿Masters y Johnson?
Remedios "era una mujer brava". Y cuando decimos brava, en este caso, nos referimos a su paciencia y fidelidad conyugales
A San Martín le decían "el soldadote" en casa de los Escalada, y a veces "el andaluz", porque tocaba la guitarra y hablaba al modo de aquella tierra. La suegra nunca lo tragó. La primera noche que vino a comer a lo de Escalada, se escandalizó porque no sentaban a la mesa a su edecán, y se retiró a cenar en la cocina con las sirvientas, los negros esclavos y los mozos de caballeriza. O sea: armó una terrible crisis familiar. Era un tipo conflictivo. En esta anécdota lo vemos más cerca del "Che" Guevara: entre militar, subversivo y niño bien. ¿Qué habrá sido? Desde aquel episodio, le agregaron un apodo: "El Plebeyo", ya que los Escalada presumían de ser la familia más distinguida de la ciudad.
Tengo mis propias lecturas sobre San Martín. Mi madre, profesora de Historia, fue simpatizante de la línea San Martín-Rosas-Perón (tres hombres fuertes con fama de tiranos) y esta fue la impronta que guió mis estudios.
A medida que avanza el tiempo, veo a San Martín rodeado de una aureola de misterio. La que corresponde a un hombre atormentado. Contradictorio. Típicamente argentino. Cada año que pasa, lo conocemos menos.
El padre del General era un militar español, el capitán Juan de San Martín, gobernador desde 1775 del departamento de Yapeyú en las Misiones, y duro represor de los indios rebeldes cada vez que llegó el momento. La mamá del prócer fue Gregoria Matorras. Tuvieron cinco hijos en total: sabemos que se llamaron María Elena, Justo Rufino (que durante un tiempo vivió junto al general, ya retirado) Manuel Tadeo y Juan Fermín. Todos los hermanos varones fueron militares. La familia entera volvió a España en 1783 a bordo de la fragata Santa Balbina, cuando San Martín tenía.cuatro años de edad. Todo el grupo siguió desarrollándose en España, donde tiene sus raíces. Los San Martín de la Argentina actual (que los hay) son inmigrantes españoles, o sus hijos.
Mencionamos este detalle porque el General, habiendo regresado a España con sus padres, cuando era casi un bebe, no pudo tener recuerdos ni querencias en Yapeyú. Era un español hecho y derecho. Nacido en el territorio extrapeninsular de España, pero totalmente español. Como que entró al Regimiento de Infantería de Murcia en 1789, teniendo... ¡once años! Es decir: se formó entre cañonazos, combates, sitios y cuarteles.
A San Martín le decían "el soldadote" en casa de los Escalada, y a veces "el andaluz", porque tocaba la guitarra y hablaba al modo de aquella tierra
La carrera militar de San Martín no fue burocrática. Actuó en infinidad de batallas sangrientas desde su adolescencia, casi siempre en Andalucía, Africa y Cataluña. Algunos escenarios: Boulou, Torre Balera, Creu del Ferro, Sant Lluc, Banyuls del Mar, Masdreu y Truiller, todo esto en tierras catalanas, donde sin duda habrá aprendido a "parlar catalá". También Olivenza, Ceuta, Gibraltar, Melilla y Orán. Todo esto en Africa.
San Martín sufrió dos incidentes siniestros. En 1802 (es decir, ocho años antes del 25 de mayo) llevaba una alforja con la paga de todo un batallón cuando lo sorprendieron unos bandoleros y lo hirieron gravemente. Robaron su tesoro y lo dejaron por muerto, pero San Martín sobrevivió, aunque debió afrontar el inevitable sumario militar. En 1808, con España invadida por las tropas napoleónicas, San martín es edecán del general Francisco María Solano, Marqués del Socorro, capitán general de Andalucía, con sede en Cádiz. El pueblo consideraba que Solano era un "afrancesado" (liberal, o demócrata) y en una pueblada el general es asesinado y sus restos arrastrados por la calle. San Martín salva la vida, de milagro.
Es en ese año (según el Diccionario Histórico Argentino de Piccirilli-Romay-Gianello, tomo VI, que tengo en mi poder) cuando su colega José Matías Zapiola lo invita a participar de la Logia de Lautaro. O tal vez la "Logia de los Caballeros Racionales" de Cádiz. En esta época se extendía por el mundo una gran red de logias masónicas, o más bien paramasónicas, que sostenían las ideas de igualdad, libertad, fraternidad, razón, estudio, trabajo. Se alzaban contra las autoridades reales y eclesiásticas, aunque no hubo anticlericalismo en la masonería sudamericana hasta 1830, según he leído.
 
La imagen de José de San Martín en una pintura del museo Del Carmen, en Santiago de Chile. Foto: Archivo 
En el corto período que va de 1808 a 1812, mientras el gran imperio español (que era su patria) se desintegraba, San Martín establece amistad con innunerables funcionarios y militares británicos. Entre ellos, Lord McDuff, Lord Fife y el mismísimo general Beresford, que había participado de las infructuosas invasiones inglesas de 1806 sobre Buenos Aires y Montevideo, y que fue jefe de San Martín por causa de la alianza Portugal-España-Inglaterra, contra Napoleón.
San Martín pide la baja de las instituciones armadas españolas para atender "asuntos familiares en Lima" (no tenía ninguno) y el 14 de setiembre viaja a Londres con ayuda de su amigo Lord Fife. Allí participa de las reuniones de la Logia fundada por el venezolano Miranda. Puede suponerse que, perteneciendo a la clase ilustrada de los militares, que era en ese entonces de alto valor profesional y capacidad informativa, hablando varios idiomas como era imprescindible, tuviera noticias de lo que estaba ocurriendo en Buenos Aires. Pero atención: Buenos Aires no era su lugar, la Argentina no había nacido... estamos hablando de un veterano militar profesional, español hasta la médula.
El 12 de enero de 1812, desembarca en Buenos Aires la fragata inglesa George Canning, y a bordo llegan don José de San Martín, Carlos de Alvear, José Matías Zapiola, los jóvenes oficiales Vera, Arellano y Chilabert, y el teniente coronel prusiano Barón de Holmberg, a título de...¿voluntarios? Vienen a ofrecerse a la Junta de Buenos Aires para las misiones de guerra que fueran menester. De inmediato se le encomienda la constitución y entrenamiento de un cuerpo de combate de elite que serían los Granaderos a Caballo, y como subjefes se designa a Alvear y Zapiola.
Estos apellidos hoy permanecen en nuestro país como familias patricias: Holmberg, Zapiola, Alvear. En cambio, de los San Martín no quedan huellas. Sólo tuvo una hija (Mercedes, nacida en Mendoza durante la incubación del cruce de los Andes) casada con Mariano González Balcarce, de quien tuvo dos hijas: María Mercedes (argentina) y Josefa Dominga (nacida en Paris). La verdad es que San Martín fue muy odiado en la ciudad de Buenos Aires, así como lo amaron en Chile, Perú y Mendoza.
¿Qué participación tuvo la corona inglesa en todo esto?
¿Cómo es que, después, aparece Lord Cochrane con su fragata, justo a tiempo para llevar a San Martín y sus tropas de Chile a Perú por el Pacífico, cuando las autoridades de Buenos Aires ordenaban al general retornar a esta capital, urgentemente, y no viajar en busca de nuevas quimeras conquistadoras...? ¿Cómo es, cómo fue?
San Martín era un hombre atormentado. Contradictorio. Típicamente argentino. Cada año que pasa, lo conocemos menos
El General británico Guillermo Miller, protagonista de la batalla de Waterloo (nada menos) sería compañero de San Martín en América del Sur durante los años de la guerra y -luego- su gran amigo, en los años 20 y 30, hasta la muerte del padre de la Patria. ¿Cual era la relación entre estos hombres? ¿En que lengua se comunicaban? Sé que existe una copiosa correspondencia archivada, pero no la he estudiado, ni la vi publicada o comentada. Fueron íntimos, incluso a nivel familiar.
¿Cómo es que, durante la escaramuza de San Lorenzo (3 de febrero de 1813) había un observador británico, Mr. William Parrish Robertson, que tuvo el privilegio de tomar una taza de té con el general antes de la batalla? ¿Qué hacía Robertson en San Lorenzo? Recordemos que William y su hermano John desarrollaron importantes actividades comerciales en el Plata y Paraguay, entre 1806 y 1825, a raíz de las cuales han dejado extraordinarios libros de observaciones sobre el carácter de los argentinos, los paisajes, la fauna, la flora y los ambientes de nuestro país. Son viejos conocidos.
Juan Bautista Sejean, en su libro San Martín y la Tercera Invasión Inglesa", sostiene que el general fue, ni más ni menos, un agente inglés. Es decir: Gran Bretaña, después del fracaso de las invasiones de 1806, dio lugar a un plan mejor estudiado que consistía en llegar con fuerzas militares hasta Mendoza, cruzar los Andes, conquistar Chile y luego caer por vía marítima sobre Lima, que era la ciudad más rica y poderosa del continente. San Martín, amigo de Beresford y Home Popham, no habría sido más que el hacedor de este viejo plan.
Un apunte sobre William Carr Beresford (1768-1854) hijo natural del marqués de Waterford, el más influyente noble de Irlanda. Este corpulento militar británico combatió en la India, hizo la campaña contra Napoleón en Egipto y, en 1806, desembarcó en Quilmes para proceder a la captura de Buenos Aires, ciudad donde el virrey Sobremonte atesoraba ciertos caudales que atrajeron a estos profesionales de la guerra, muy cercanos a la imagen de un corsario. Beresford fue gobernador de Buenos Aires durante tres meses. Es de suponer que, durante ese lapso, anudó lazos con familias porteñas, y se afirma que contó con la colaboración de distinguidos ciudadanos como Manuel Aniceto Padilla, Saturnino y Nicolás Rodríguez Peña. La posibilidad de que el dominio inglés perdurara en el Plata no era más que una opción distinta y promisoria en el siglo XIX. Muy pronto, Beresford debió entregarse detenido, pero logró fugar con la ayuda de Manuel Aniceto Padilla y Saturnino Rodríguez Peña, mientras la corona española recobraba su imperio de la mano de Martín de Alzaga y Santiago de Liniers. Beresford fue asesor de la segunda invasión, lanzada desde Montevideo por el general John Whitelocke, pero no quiso participar desde el punto de vista militar, ya que su rendición incruenta había tenido la condición de "no empuñar jamás las armas contra España", y estos juramentos, por aquel entonces, se honraban. Lo más importante viene después: en 1812, Beresford dirige un ejército angloespañol contra los franceses y obtiene la victoria de Albuera: uno de sus oficiales más destacados fue don José de San Martín. Según la cronología anterior, para esas fechas el General ya estaba bajando de la fragata Canning, en Buenos Aires. ¿El que combatió en Albuera sería uno de sus hermanos? Aparentemente, no cierran las fechas. Ignoro cómo sucedieron en realidad los hechos, pero el asunto es que Beresford invadió Buenos Aires, en sociedad con Popham y Whitelocke (en 1806)y luego le tocó compartir filas con el español San Martín (en 1812) que en esos mismos días aparecía en Buenos Aires, esta vez como militar indiano. Saldo de la batalla de Albuera: como premio a la victoria, Beresford fue nombrado duque de Elvas en España y conde de Troncoso en Portugal.
 
Una pintura del velatorio del general José de San Martín. Foto: Archivo 
En una impresionante aceleración de los tiempos, para noviembre de 1812 San Martín se casa con una chica de 15 años a la que había conocido pocos meses atrás, y con la que compartiría un matrimonio desgraciado.
En su obra Maitland y San Martín, Rodolfo Terragno examina un viejo boceto estratégico redactado por Mr. Maitland, en los archivos del almirantazgo británico, donde ya se analizaba en reserva este proyecto, que luego el Libertador plasmaría sobre el campo de batalla. De aquí deducen algunos que los jesuitas, expulsados de América, doscientos años antes, por la Corona Española, habrían colaborado con amplias referencias geográficas, incitando a los británicos a conquistar Sudamérica. En este continente (por ejemplo en Yapeyú, territorio de las Misiones Jesuíticas) la Compañía de Jesús había sido cruelmente maltratada. Tal vez pudo cobrarse una venganza histórica, no lo sabemos.
Pero cuando uno imagina a los pobres jesuitas reunidos con los almirantes en Londres, sospecha que está viendo una película de Monty Pyton. En fin... ¡Todo puede ser!
También se sostiene que las grandes potencias no tienen amigos sino intereses permanentes. Y el caso es que el jesuita inglés R.P. Tomas Falkner escribió algunas obras que encendieron la codicia de los ingleses sobre el territorio Pampa-Patagonia (de costas tan accesibles para una flota experimentada como la británica) y despertaron a los perezosos españoles en cuanto a cuidar los territorios (riquísimos) que ellos mismos poseían.
¡Finalmente, ocurrió lo de las Malvinas! O sea que la teoría conspirativa no resultaba tan descabellada... ¿Verdad?
 
Los niños observan la pintura de general en una muestra en honor a José de San Martín. Foto: Archivo 
Otra pista. Existe la teoría de que San Martín habría sido hijo extramatrimonial de don Diego de Alvear y Ponce de León. Este hombre fue el jefe militar de Juan de San Martín y, supuestamente, habría engendrado un varón en la india guaraní Rosa Guarú. Con el bebe en brazos (un poco difícil de imaginar, pero sigamos con la historia) llegó hasta su lugarteniente, don Juan, y le dijo: "Críe a este niño como si fuera su hijo, hágame el favor... es medio indio, pero es hijo mío". Y este morocho alto y de tez oscura habría resultado, a la larga... ¡el Libertador de Tres Naciones!. El rumor fue comentado con toda naturalidad por Joaquina de Alvear en un reportaje del diario Clarín, en 1960. Luego, el historiador Hugo Chumbita escribió El secreto de Yapeyú, desarrollando la tesis. Hay una novela histórica de José Ignacio García Hamilton en el mismo sentido, y se hallan en Chile las memorias de la viuda británica Mary Graham, amante de Lord Cochrane, quien conoció a San Martín y lo describe así: "Un hombre altísimo, con la presencia de un criollo, y una mirada siniestra.¡Nunca pude saber a ciencia cierta su origen y su lugar de nacimiento, pero en Sudamérica lo consideran mestizo". El padre de San Martín era bajo y rubio (vale recordarlo, está en su ficha de reclutamiento) pero en definitiva, toda esta historia fue oficialmente rechazada por el Instituto Sanmartiniano, ya que no hay coincidencias cronológicas ni pruebas documentales. Un misterio más, que podría explicar por qué San Martín se refería a sus camaradas españoles con términos duros como "godos" o "maturrangos". Tal vez sea, simplemente, el léxico encendido propio de una guerra. Pero la duda siempre quedará: ¿Serían medio hermanos Carlos de Alvear y San Martín, que llegaron juntos a Buenos Aires y luego tuvieron un prolongado enfrentamiento político?
Los retratos de San Martín que hoy podemos ver no muestran a un criollo sino a un español. No está demás decir que los San Martín habían presentado, para entrar en América, su certificado de "limpieza de sangre", es decir que no había en el linaje antepasados moros o judíos. En esa época se estilaba. Volviendo al General, no vemos en los cuadros las facciones de un Carlos Monzón o un Víctor Galíndez. Vemos a un castizo de pelo castaño, con la nariz aguileña. Pero...¿Los retratos son la verdad, o sólo una idea del que quiso pintarlos...?
Otra pregunta: ¿Por qué motivo el gobierno belga emitiría en 1830 una medalla de oro en honor de San Martín? ¿Qué misiones cumplió el General para Bélgica?
Y otra: ¿Con qué medios vivió San Martín en Boulogne Sur Mer hasta 1850?
Llegado a Londres en 1824, invitado por Lord Fife a Escocia, designado ciudadano honorario por la ciudad de Banff... ¿En virtud de qué?
En 1828, San Martín se embarca insólitamente de regreso a Sudamérica. Otra vez, a bordo de un vapor británico: "Comtess of Chichester". Quiere ponerse al servicio de su patria con motivo de la guerra contra el Brasil. Tal vez por eso, se registra en Río de Janeiro con nombre falso: José Matorras. Pero antes de proseguir viaje hacia Buenos Aires, le informan que se ha firmado la paz. Y también que en Buenos Aires lo esperaban "la calumnia y la ingratitud" (textual del Diccionario ya mencionado)... ¿Qué se decía de él? Le decían "tirano, ladrón y espía". De los ingleses o de España, pero espía.
Cada día sabemos menos sobre el general. Y no es el único general sobre el que sabemos casi nada. Poco se enseña en las escuelas y colegios, más allá del increíble "Santo de la Espada"
¿Cuál fue la relación de San Martín con Manuel Moreno, hermano de Mariano, que murió misteriosamente durante un viaje a Londres, y cómo se relaciona esto con don Juan Manuel de Rosas, que también se exiló en Inglaterra, donde sería "farmer" durante años, así como había sido ahijado de Liniers, caudillo de la paisanada y respetable monitor de los indios argentinos en otro tiempo?
 
El monumento del general José de San Martín, en Retiro. Foto: Archivo 
Misterio. Un misterio donde aparece Inglaterra por todas partes.
Yo estuve en la tumba de San Martín. Está ubicada en la Catedral de Buenos Aires. Es un sitio austero y mudo, como él. Nunca se supo si él quiso esto o un cementerio civil, laico y municipal.
Cada día sabemos menos sobre el general. Y no es el único general sobre el que sabemos casi nada. Poco se enseña en las escuelas y colegios, más allá del increíble "Santo de la Espada".
Fue un hombre obsesionado por cumplir cierta misión. Correcto. Pero: ¿Quién le encomendó esa misión? Ni la masonería ni la Gran Bretaña tenían agentes a sueldo vitalicio: eso es una fantasía. San Martín vivió toda su gran aventura desde 1812 hasta 1824. Son doce años, en tierra extraña, y otra vez se nos aparece el fantasma de Ernesto Guevara.
Tenemos un héroe nacional, pero petrificado de tal manera que nadie le cree. Es nuestro destino: no saber..

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