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¿QUE INCLUSION SOCIAL QUEREMOS?

El gobierno en cumplimiento de sus promesas electorales ha decidido promover la inclusión social y combatir la exclusión, creando un ministerio para dicha labor: Para ello se debe tener en cuenta que las poblaciones excluidas tienen un camino largo y difícil para romper el círculo de la pobreza, porque su acceso al capital financiero y a las redes sociales les está muy limitado y dependen de su propio capital humano en educación, habilidades innatas y capacidades aprendidas, su motivación y hábitos de trabajo para lograr salir de la exclusión. Este capital humano se logra a través del mercado laboral y la educación. El mercado de trabajo promueve el desarrollo del capital humano, pero tiene dos caras: la exclusión y la inclusión. Excluye a los no capacitados e incluye a los capacitados.

Actualmente, el mercado de trabajo reemplaza al Estado como fuente principal de la inserción social y económica. Los problemas de la exclusión son el no reconocimiento del trabajo diario, su discriminación y la falta de protección legal básica en el empleo, lo que genera una cadena de efectos sociales y económicos negativos que profundizan la exclusión, como los barrios marginales, el estigma social por empleos de mala calidad, condiciones de trabajo inseguras, que sumados a una deserción temprana de la escuela generan un impacto negativo perdurable. Por ello, se debe mejorar el capital humano a través de la educación, la capacitación y empleos de mejor calidad, que generan inclusión por un mayor nivel de ingresos, más integración y una mayor cultura e identidad social.

El Gobierno debe tomar conciencia que la inclusión social tiene que transitar por la articulación entre los peruanos, no por la vía del enfrentamiento, el odio social basado en la envidia que busca destruir al rico y bajarlo al nivel del pobre. Con ello se atenta contra la sociedad y su estructura, porque no se logra el progreso ni la riqueza enfrentando a peruanos contra peruanos. Al contrario, lo que el Estado debe promover es lo opuesto, es decir, la inclusión, la solidaridad y la empatía, como bien lo explicó Adam Smith en su Teoría de los Sentimientos Morales (1759), que es ponerse en los zapatos de otro y aunque no se piense igual que él y entender lo que siente. La empatía genera el deseo de aliviar la necesidad de otra persona, valorar el bienestar de otras personas y desear aliviar sus necesidades. Por el camino de la articulación lograremos el progreso del Perú, no por el enfrentamiento social y la violencia.



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