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Caminar: la mejor forma de ejercitar


Pocas actividades resultan a la vez tan estimulantes y beneficiosas como caminar. Te puedes dejar llevar por el cúmulo de sensaciones que se despliegan a tu alrededor y, tu cuerpo se sentirá mucho más tonificado y dinámico que si se queda apoltronado en el sofá.

Por desgracia, en esta sociedad súper estresada el paseo ha quedado relegado, por no decir marginado, a unos escasos y breves momentos de ocio que solemos desaprovechar. Las obligaciones casi siempre pueden más que nuestra necesidad vital de hacer ejercicio. Son muchos los beneficios del arte de colocar con ritmo y regularidad un pie delante del otro.

Caminar requiere poco tiempo y el equipo imprescindible consiste -simplemente- en un buen calzado, adecuado al tipo de pavimento. Puedes consultar este punto en cualquier casa de deportes: existe calzado específico para trotar sobre césped, correr por pistas de cemento, saltar a ritmo de aerobic sobre suelo artificial o para, sencillamente, caminar por la calle. La ropa debe ser cómoda.

Virtudes del caminante urbano.

Caminar, sea con paso ligero o a ritmo relajado, es la forma más sencilla de fortalecer el corazón y, además conlleva menos riesgos de lesión o agotamiento físico que los ejercicios aeróbicos más fuertes. Si caminas con regularidad, lograrás entrenar al corazón y los pulmones para ayudarlos a trabajar a un ritmo más lento y al mismo tiempo más enérgico. La sangre recibirá más oxígeno y la piel lucirá un color mucho más saludable y luminoso.

Estiliza el cuerpo y siéntete mejor.

Con el buen paseo te liberarás del estrés que te está haciendo la vida imposible. Los problemas regresarán al lugar correspondiente y podrás enfrentarte a ellos con una actitud mucho más beneficiosa. Al mismo tiempo los ligamentos ganarán en elasticidad y liberará a tus músculos de tensiones. Para terminar este listado de cualidades, no podemos olvidar los efectos casi milagrosos que este aparentemente poco importante ejercicio cotidiano puede producir en tu figura: andar estiliza, y sin grandes esfuerzos. Gracias a la actividad suave pero regular que se mantiene durante un intervalo de tiempo suficientemente prolongado, las reservas de grasa acumuladas en el organismo se transformarán en proveedores de energía y se irán desgastando a lo largo del paseo, por muy tranquilo que éste sea.

Andar, para siempre.

Si has logrado vencer las excusas que suele enarbolar una persona sedentaria, puedes estar seguro de que va por el buen camino. Sólo se trata de adquirir un hábito que, una vez instaurado, durará toda la vida. Si sabes establecer correctos hábitos y rituales que te motiven, podrás convertir los paseos en una placentera forma de desconexión de los problemas. Un mp3 con tu música preferida, no sólo amenizará las caminatas, sino que puede ayudartr a mantener un ritmo determinado.

Toma nota de algunos consejos elementales, pero muy importantes:

Realiza ejercicios previos de calentamiento. Aunque a primera vista pueda parecer exagerado, los ejercicios para entrar en calor constituyen un inevitable paso previo a cualquier actividad física. Evitarás el riesgo de sufrir lesiones.

No te abrigues demasiado. Una buena caminata siempre genera calor, así que opta por ropa de algodón, que absorbe la transpiración.

Elije espacios naturales y saludables. Si te gusta ir por calles muy concurridas, planifica previamente el trayecto. Conviene evitar los caminos con pozos y la arena inestable, para evitar torceduras o tirones musculares. Sin embargo, es muy adecuado transitar por bosques de tierra blanda, lo que hará el paseo más sencillo.

Entrenamiento verdaderamente regular. El promedio de duración óptima de un paseo se encuentra entre los veinte y los cuarenta y cinco minutos, aunque cada uno debe encontrar su medida justa. Pasea con regularidad, pues sólo así podrás beneficiarte completamente de sus virtudes.

La persistencia es fundamental. Verás cómo el cuerpo se va adaptando a un ritmo más rápido y a un paso más decidido.

Para empezar. Si llevas más de un año sin practicar ningún tipo de ejercicio físico, lo mejor es que empieces por una sesión semanal de aproximadamente media hora. Transcurridas cuatro o cinco semanas podrás incrementar las sesiones a dos semanales, e ir gradualmente aumentando la duración.

Modela el cuerpo. En las piernas y caderas se encuentran los mayores músculos del cuerpo, así que si los ejercitas bien no sólo lograrás moldearlos y estilizarlos, sino que también podrás adelgazar de una manera armónica y equilibrada. Por otro lado, debes saber que mientras más tires las caderas hacia delante, más mejorarás la figura. Al principio, puede llegar a resultarte algo forzado e incluso incómodo estar tan pendiente de cómo se mueve pero, no lo dudes, con la práctica continuada lograrás una mejor postura.

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