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El nacimiento de un continente


Foto: Claudia Rubio/EL TIEMPO

"Este libro es una invitación a recorrer la emoción y la conciencia de nuestro origen y lo que nos hermana", comenta la historiadora Diana Uribe.
En 'Historia de las independencias', Diana Uribe relata el proceso histórico de nuestro origen

"Las ideas son la fuerza más poderosa que inventa el ser humano. Las ideas viajan en el tiempo, entran en los corazones, transforman los pensamientos, inflaman las pasiones, generan utopías, hacen que las personas se entreguen por completo a una causa. Por eso las ideas de la Ilustración son el laboratorio que va a sacudir a Europa y que va a producir el nacimiento de nuestro continente".

Con este concepto, la historiadora Diana Uribe inicia su nuevo libro 'Historia de las independencias' (Aguilar), que llega a las librerías del país el próximo 7 de diciembre. La publicación está acompañada de seis discos compactos a través de los cuales la autora recorre este proceso histórico que terminó con el origen de las naciones americanas.

Con su sello personal, Uribe viaja por la Ilustración, la Revolución Francesa, la revolución estadounidense, el mundo de las ideas del siglo XVIII, la ruptura de España luego de la invasión napoleónica, la reacción en América frente a esa fractura, los movimientos de juntas, el proceso brasileño y los movimientos independentistas de la región.

"Se trata de una aventura que hoy por hoy resultaría increíble siquiera de imaginar -comenta Uribe-. Porque hay una cosa que es importante: esta gente tenía proyectos grandes en la cabeza. Era una época de gran optimismo en que la historia se podía transformar con la sola fuerza del compromiso de las ideas y de los sueños. El espíritu que hay detrás de una gesta de este tamaño es absolutamente fascinante. Este libro es una invitación a recorrer la emoción y la conciencia de nuestro origen y qué nos hermana".

¿En qué momento las ideas se transforman en revoluciones?

Con la traducción de los Derechos del Hombre, por Antonio Nariño, pues la ideas también tienen que viajar en idiomas para que se puedan entender. Hay dos hombres y dos factores claves que producen los vínculos: por un lado, Eugenio Espejo, en Ecuador, y Antonio Nariño, en Colombia; y por el otro, las expediciones Geodésica (que se hizo para medir la longitud de la Tierra) y Botánica. La mezcla entre el auge científico, los textos traducidos, las expediciones y las ideas de Francisco Miranda hicieron el enlace.

¿Qué es la Modernidad?

La Modernidad es el Estado de Derecho, la separación de poderes, la claridad de relaciones entre la Iglesia y el Estado. Cuando yo digo el Estado de Derecho, me estoy refiriendo a unos Estados en los cuales los ciudadanos tengan mecanismos para hacer valer su integridad y sus derechos frente al Estado, y que el Estado tenga condiciones para hacer respetar esos derechos. La Modernidad aporta todo el marco por el cual nos vamos a independizar. ¿Y para qué? Para crear Estados modernos.

¿Cómo se fue construyendo el concepto de ciudadano?

El ciudadano es aquel que es dueño de sus propios derechos. Significa ser capaz de decidir, de votar, de tener derecho a la libre expresión, a ser juzgado por un sistema probatorio en condiciones de justicia. Un ser políticamente consciente y deliberante de sus derechos. Antes era ciudadano solamente el que tenía tierra y era propietario. Entonces se inicia la pelea histórica para que las mujeres fuéramos ciudadanas y para que los negros en Estados Unidos pudieran votar. Y cuando ya habíamos logrado levantar las barreras de sexo y raciales, que no permitían ejercer el derecho de la ciudadanía, ahora resulta que es ciudadano el que tiene papeles. El que no los tiene no existe legalmente.
Carátula del libro 'Historia de las Independencias', de Diana Uribe
¿Por qué la masonería fue determinante en los brotes de Independencia y en el proyecto de consolidación del Sur?

La masonería fue un hilo conductor de todo el proceso de independencia y estuvo en todas partes. Fue una forma de librepensamiento que se dio en el siglo XIX y cobró un carácter político muy importante. En E.U. estaba Washington, en Brasil estaba Tiradentes, acá, Bolívar, Santander y Miranda. La masonería es la que va a dar la línea política más clara en plantear una independencia. Y de las tres logias, la Lautaro, que es la de José de San Martín, es la que va a plantear esa idea de independencia, en la junta de Buenos Aires.

¿Qué fue el movimiento de las juntas?

Para ello es bueno preguntarnos: ¿por qué el Bicentenario se celebra en 1810 y no en 1819?, como me lo decía hace poco Daniel Castro, director del Museo del 20 de Julio. En 1810 hacemos nuestro primer pronunciamiento civil y ciudadano mientras que en 1819 las batallas definen el curso de la historia. Las juntas son un pronunciamiento civil y son una manera de reaccionar frente a la fragmentación que se estaba presentando en España, luego de la invasión napoleónica. Al estar el rey preso surgen las juntas allá. Eso repercute acá y se riega como pólvora: se dan en Buenos Aires, Montevideo, Quito, Bogotá, Cartagena, Mompox. En principio es una reacción a una situación dada, a partir de la cual empezamos a pensarnos.

¿Cuál fue la contribución de Colombia a la Independencia?

La historia de las independencias no se puede comprender fragmentariamente. Es un proyecto hemisférico, que se inicia con el avance hacia el norte del virreinato del Río de la Plata hasta que se encuentra con un muro (Lima), que era el corazón del imperio. A su vez, el virreinato de la Nueva Granada comienza a bajar y también encuentra el mismo obstáculo. Y cuando los dos ejércitos se ponen de acuerdo, se da la última batalla, la de Ayacucho, que es donde se define todo. Nosotros no habríamos podido llegar allá, ni ese paso se hubiera dado, sin las batallas del Pantano de Vargas y de Boyacá. Esas dos allanan el camino hacia el sur. El proceso de nosotros es un proceso que está en consonancia con los de las juntas: los mismos debates que se dieron acá se dieron en el resto de la región. Por eso hablamos del nacimiento de un continente. Ni nosotros nos podemos explicar sin ese proceso colectivo, ni ese proceso colectivo se hubiera podido completar sin nosotros.

El conocimiento de las expediciones científicas fue fundamental para que el mundo conociera a América...

Me refiero primero al caso de Quito, que es fascinante. Ellos se encontraban lejos de todo sumido en las montañas. De pronto llegan unos franceses a medir el mundo en una expedición gigantesca y los quiteños pasan de ser una sociedad aislada a ser la mitad del mundo: el Ecuador, que le daría el nombre incluso al país. La conciencia que eso genera es muy importante. Y por el otro lado, la expedición Botánica abre la mente a una sociedad que estaba basada en la España católica antigua. Pero el descubrimiento de esta maravilla de territorio, de la belleza increíble, de su diversidad, es decir el solo pintarnos nos hizo mirarnos. Hace poco William Ospina se preguntaba: ¿qué es lo único en lo cual estamos todos los colombianos de acuerdo y nadie pone en tela de juicio? La belleza absoluta de nuestro país. Y esa conciencia de que vivimos en un país hermosísimo es la Expedición Botánica.

¿Qué papel jugó la mujer en este proceso?

Las mujeres fueron unas heroínas increíbles. La mujer no era ciudadana no podía ocupar cargos públicos, no podía tener un nivel de protagonismo, no podía crear un ejército ni comandarlo y no podía estar en las juntas porque todas esas cosas eran roles políticos. Para lograrlo se necesitó la lucha de todo el siglo XX. Entonces la mujer se entregó a la lucha con alma, vida y sombrero. La mujer siempre se desempeñó en un ámbito local. Ellas pasaban información y le daban la fuerza a la gente, como lo hizo Policarpa Salavarrieta. Es muy difícil imaginar toda la gesta de Bolívar sin la fuerza y la claridad de Manuelita Sáenz. En el caso de José de San Martín fue Rosita Campuzano. Más adelante, en la Independencia, en Cuba aparece Mariana Grajales. En todas partes hubo mujeres absolutamente comprometidas, que, desde su limitación de derechos políticos, hicieron todo lo que pudieron y jugaron un papel importantísimo, clave en el proceso.

Doscientos años después, ¿cuál es su reflexión de este proceso histórico?

Lo que uno mira son como debates pendientes que quedaron sin resolver y que se plantearon en esa época. Por ejemplo, el tema de las provincias y el centro es un debate muy sentido en Colombia, porque las fuerzas regionales son un factor de identidad muy grande. El proceso de una identidad nacional, que está en construcción, uno lo siente cuando va a Leticia y a San Andrés. Entonces, todavía falta escuchar muchas voces de las regiones y falta integrar todos los elementos étnicos y culturales, que tampoco se han terminado de completar, al no estar incluidos en un proyecto económico y de desarrollo.

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