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Aniversario LXXX de la Respetable y Meritoria Logia “LUZ Y CONSTANCIA”

PALABRA PRONUNCIADAS POR EL H∴ JESÚS GONZÁLEZ BAÑOS, EN LA ORATORIA CENTRAL POR EL LXXX ANIVERSARIO DE “LUZ Y CONSTANCIA” EN SU SESIÓN DEL LUNES 18 DE OCTUBRE DE 2010.

Venerable Maestro, Primero y Segundo Vigilantes, I∴H∴ que nos acompañan en tan significativa conmemoración, Queridos Hermanos:

Lograr resumir en apretada síntesis, los 80 años de intensa labor masónica de un taller como el nuestro, no resulta tarea fácil. “Luz y Constancia”, ha atesorado un cúmulo de aspectos dentro de su rica historia, que nos ha sido extraordinariamente engorro poder resumir. Por lo que le pedimos disculpas, por las omisiones, en que pudiésemos haber incurrido inconscientemente y, por cualquier otra falta que, este improvisado orador, cometiese.

1930 fue un año difícil para el pueblo cubano, los efectos de la crisis mundial iniciada un año antes, incidían en todos los sectores de la sociedad. La situación económica se agravaba de forma paulatina. En aquel entonces, doscientos cincuenta mil jefes de familia estaban desocupados permanentemente, lo que equivalía a un millón de personas en la miseria, de un total de tres millones novecientos mil habitantes.

Esta crisis económica y la inconformidad política hacían presagiar un estallido social que cambiaría la situación del país, como ocurrió tres años después con la Revolución del 33.

Es en este ambiente, donde un valiosos grupo de Hermanos, provenientes en su inmensa mayoría de las Respetables Logias: "Fraternidad y Constancia", "Luz de Occidente", y en menor cuantía de “Corazones Unidos, deciden fundar un nuevo taller masónico, abogando por cambios institucionales, en pro de un mayor dinamismo y modernidad; promoviendo el progreso institucional y de la sociedad.

Una vez superadas las coordinaciones iniciales, se reúnen el 16 de Octubre de 1930, y proceden a celebrar elecciones generales, resultando electos los hermanos antes mencionados en el Acta Fundacional. Quedando así constituido el nuevo Taller, al cual faltaba darle un nombre, que se decidió hacerlo a partir, del nombre de los talleres, de donde procedían la mayoría de sus miembros, ese es el origen del nombre dado a nuestra Logia: "Luz y Constancia".

Desde su fundación sus miembros, tenían intensiones de poseer un templo grande y espacioso, donde acoger a la gran cantidad de miembros que deseaban afiliársele y de otros que solicitaban su ingreso a la institución, pero conocían que las condiciones económicas en ese momento no eran las mejores, por lo que deciden construir un taller transitorio, que cariñosamente llamaban el "Palomar", que les permitiese laborar en pro de la fraternidad hasta tanto, pudiera erigirse el deseado Templo, por ello desde la primera sesión, se comienzan a trabajar por incrementar el tesoro que permitiese su construcción.

Con los primeros ingresos, analizan varias propuestas para adquirir un terreno hasta elegir éste, donde hoy se encuentra ubicada nuestra Logia, y se comienza lo más difícil, su construcción, que una vez concluida se inauguró y consagró el domingo 13 de febrero de 1938, con la presencia de cuarenta y dos Logias de nuestra jurisdicción y la Respetable Logia “La Fraternidad Nº 387" de New York, Estados Unidos. Estaban presentes además los ex Grandes Maestros Rafael Santos Jiménez, Enrique Elizaga y Gabriel García Galán, otros grandes funcionarios y el MRGM Gonzalo García Pedroso, miembro fundador de la Logia e incansable batallador por su construcción.

En los años sucesivos la Logia continuó laborando intensamente y en 1942, se produce un suceso que expresaría la ascendencia y el prestigio elevado de nuestros miembros. El 19 de septiembre de 1942, en el municipio Cotorro, se fundaba la Respetable Logia "Federico Valdés". Ampliando el trabajo fraternal en esa localidad.

Federico Valdés, era miembro de "Luz y Constancia". Un hermano sencillo, humilde, parco en palabras. Nunca aspiró a ocupar ningún puesto en la logia. Constantemente, noche tras noche, se le veía en un taller de la jurisdicción. No existía un solo día en que no visitara a hermanos que presentaran dificultades. Llevaba consigo una libreta de notas donde reflejaba el nombre del hermano, problema que tenía y forma de solucionar el mismo. No pocos hospitales y clínicas fueron testigos de su acción. En muchas ocasiones su bolsillo quedaba vacío por ayudar a un necesitado, realizando su admirable labor en silencio, sin proclamarla a los demás. Se ganó el respeto y la admiración de cuantos lo conocieron, ganándose el apelativo de "EL MISIONERO". Esa fue la razón por la que los hermanos del Cotorro, aquilatando sus méritos, decidieron crear una logia que perpetuara su nombre y también motivo de orgullo para nuestra Logia.

En 1947, “Luz y Constancia” despliega un intenso accionar en pro de la sociedad, en su Sesión del 26 de febrero, acuerda dirigirse a los Ministerios de Gobernación y Salubridad solicitando una enérgica campaña, con el fin de erradicar la creciente mendicidad que se apreciaba en las ciudades. A tales efectos, y predicando con el ejemplo, se dio a la tarea de evitar que existiera algún mendigo en el municipio y programó una serie de acciones encaminadas a lograr tal propósito. El 7 de mayo del propio año, acuerda encabezar una protesta para mantener funcionando la Unidad Sanitaria de Marianao, unidad de gran utilidad para la salud, en la lucha por evitar las enfermedades infecciones y de ayuda a la niñez, especialmente en la no proliferación de la poliomielitis.

En 1952, debido al gran número de miembros con que contaba y la gran cantidad de solicitudes de ingreso, se gesta la idea de fundar otros talleres para propagar la luz masónica en otros territorios. Es así como el 10 de febrero de 1952 se funda la RL "Hijos de Luz y Constancia", en Mantilla. Taller que ha ganado un elevado prestigio con el trascurso de los años, donde se han desarrollado gran cantidad de miembros de recia labor masónica y competente nivel intelectual.

Siete meses más tarde, en el actual municipio Playa, hermanos de nuestro taller deciden fundar el 20 de septiembre la RL "Libertad y Civismo". El propulsor de este proyecto fue el Dr. Oswaldo Jiménez Pagés, quien en ese momento era el Venerable Maestro de “Luz y Constancia”. El Dr. Jiménez Pagés se convierte en fundador del nuevo taller, y es electo su Venerable Maestro. Hecho curioso, donde un Hermano ocupa la Veneratura por elección, de dos Talleres, en el mismo año.

En 1953, los miembros de “Luz y Constancia” no fundarían nuevos talleres, pero si contribuyen a su creación en otros territorios con su concurso individual. Este es el caso del hermano Ismael Bravo Quiñónez, quien trabajó incansablemente en la construcción y asesoramiento de la RL "Adolfo A. Gavilán", de Cojímar, fundada el 19 de Noviembre de 1953. Fue tan importante y desinteresada la colaboración que prestó este queridísimo hermano en la creación de ese Taller, que sus futuros miembros, acordaron ponerle su nombre a la Logia. Sólo desistieron de la idea por la constante oposición del V∴H∴ Quiñónez, que alegaba no poseer los méritos suficientes, ni ser tan importante su gestión para ser distinguido con tan alto reconocimiento.

Un deseo expreso del V∴H∴ Quiñónez fue que al fallecer fuera inhumado en el nicho Nº 1 del Panteón de la Logia, junto con su espada. Y así lo cumplió cabalmente su querido Taller.

En 1957, otro desprendimiento fraternal fundaría otro prestigioso Taller del circuito la RL. “Nuevos Horizontes".

Ese año surge la iniciativa de llevar los principios masónicos al campo profano, al construir una escuela gratuita para jóvenes mayores de 12 años y adultos, en los altos de la Logia. Ratificando que la acción fraternal y filantrópica de la Institución no es sólo dentro de los templos, sino en el ambiente profano en que desenvuelve sus trabajos. Esta Escuela que fue inaugurada a fines del año 1957, comenzó a funcionar normalmente, ese mismo año, durante la Veneratura del Dr. Juan Bautista Sacasas Pérez.

Venerables Hermanos como: Gonzalo García Pedroso, Octavio Estévez Castillo y, Víctor T. Tosco Bárcenas, demostraron una vez más su inconmensurable afán por la superación de nuestros intereses fraternales al laborar, de acuerdo con sus reconocidos antecedentes, en bien y por el progreso de “Luz y Constancia”, de manera esforzada, espontánea y eficaz, al extremo de hacerse acreedores al privilegiado calificativo de Padres Espiritual, por sus inmensos aportes materiales, oficios personales y relaciones jerárquicas, siempre a disposición de nuestro taller en particular y de la fraternidad en general.

No es nuestra intención, reflejar el historial personal de los miembros del cuadro en forma detallada, por la cantidad de hermanos prestigiosos que han transitado por nuestra Logia, y han acumulado en su vida masónica y profana más que suficientes méritos. Esto nos haría incurrir en la descortesía al no poder mencionarlos a todos, pero debemos hacer un alto en este recuento histórico y dedicar algunas palabras a uno de nuestros hermanos fundadores: Gonzalo García Pedroso, militar de carrera, y fundador de “Luz y Constancia”, el V∴H∴ Roger Fernández Callejas, uno de los grandes historiadores de la masonería del siglo XX, narra un acontecimiento durante los años en que ocupó la Gran Maestría que lo describe:

"Surge en Europa la contienda que destrozara al mundo y algunos meses antes de que la guerra llegue a envolver nuestro Continente, previsor y prudente, da la voz de alerta y en una manifestación que hará época en los anales cubanos, reúne a más de 15 000 masones de toda la República y los hace desfilar por las calles habaneras como hermosa falange de paz y fraternidad, logrando sacudir a la sociedad cubana de su marasmo y poner a la masonería de nuestra patria a la vanguardia de la libertad en el Continente".

Así son los hermanos que se han desarrollaron bajo la bóveda de “Luz y Constancia”.

Continuando con el recorrido por nuestra historia, no podemos analizarla, en estos 80 años de intensa labor fraternal, sin dividirla en dos etapas, bien definidas:

La primera de ellas entre 1930―1958: Caracterizada por su fundación, esplendor constructivo, material y espiritual.

La segunda posterior al año 1959: Definida por “la Fraternidad sin Límites”, la Sencillez, Férrea Voluntad, "Masonería de Hierro" y Actualidad.

A partir del primero de enero de 1959, la nación experimenta una transformación en el plano económico, social y político, produciéndose un cambio radical en todas las estructuras de la sociedad cubana. La Masonería, elemento activo de dicha sociedad, forma parte integrante de esa transformación y por consiguiente adapta su funcionamiento a los nuevos tiempos.

“Luz y Constancia” como institución tuvo que funcionar en un momento de carencias económicas, transitando por días de crisis. Comienza 1959, como Venerable Maestro Francisco I. Iglesias de León, a quien el tiempo reveló por el tesonero esfuerzo y hábil manejo que hizo, ayudado por varios hermanos para mantener a flote a esta nave que parecía irse a pique.

Fueron momentos de dudas, y vacilaciones, pero de reafirmación masónica, que sirvieron para definir el temple de muchos hermanos, y del taller en general. Más del 50% de sus miembros, era militares, muchos de ellos de alta graduación, razón por la cual tuvieron que enfrentar procesos judiciales, más de doscientos hermanos perdieron su trabajo y de esa manera el medio de subsistencia para su familia.

En el mes de Febrero se comenzó a percibir el decrecimiento en las finanzas, más de un 80% de la membresía activa de “Luz y Constancia", se vio afectada en su poder adquisitivo, lo que implico serias afectaciones a su tesoro. Los gastos se acrecentaban y los ingresos se mostraban raquíticos e impotentes de balancear al presupuesto aprobado, con su gran hoja de compromisos por saldar.

Comenzaron las frecuentes visitas de familiares al taller con el objetivo de que se gestionaran acciones encaminadas a la búsqueda y pago de abogados para los hermanos que se encontraban encarcelados, acordándose por el taller atender espiritual y económicamente a éstas familias "cueste lo que cueste", llegando a atender, a treinta familias en total, a las que se le facilitaba, una cantidad monetaria modesta y se le llevaba consuelo espiritual.

Fueron días verdaderamente agobiantes en que el Taller en pleno supo responder y trabajar arduamente, esa situación angustiosa. Las acciones de la Logia se concentraron a favor de los numerosos hermanos que confrontaban dificultades con sus libertades personales. Los Venerables Hermanos Francisco I. Iglesias y Joaquín del Cueto Rodríguez se dieron a la tarea de tratar de allanarlos mediante el espontáneo aporte de credenciales fraternales y antecedentes individuales, visitando los distintos reclusorios, donde privados de libertad se hallaban nuestros hermanos, en espera que se esclarecieran sus respectivas situaciones. Estas gestiones se prolongaron por tiempo indefinido y se acrecentaban por día, ante los continuados "reportes" que a conocimiento del taller llegaban.

En múltiples ocasiones, se logró algún respiro, en aras de la justicia y por consiguiente de la verdad, que resplandecieron a favor de los mismos, con lo cual, la responsabilidad de la logia, se consolidaba a través del deber cumplido.

A pesar de todos estos problemas, se suma al interés de la Gran Logia, de cooperar con la "Reforma Agraria", en que llegó a colectar espontáneamente $ 64.80, que unidos a los $ 135.20 del tesoro de la Logia, aportó la cantidad total de $200.00, que fueron entregados al MRGM, en ocasión de su visita en la sesión correspondiente al 18 de mayo, fecha que coincidió con la celebración de una sesión conjunta con la Asociación de Logias de Marianao, que en conjunto aportó la cantidad de $932.00, destinados a la Reforma Agraria.

1960 fue el año del sacrificio económico, pues en varias de las sesiones llegaron a contar con alrededor de catorce miembros, recaudándose en muchas ocasiones menos de un peso, pero sin dejar de celebrar ni una sola de ellas, “Luz y Constancia” era dirigida en ese momento por el V∴H∴ Juan González Lemus, apoyado por los HH∴ Joaquín F. Del Cueto, Manuel García Miranda, Vicente Jiménez Díaz, Secundino Lóriga Fernández, y otros que mantuvieron la nave a flote, a pesar, de ser alentados a desertar de la institución por un grupo de profanos que se dedicaron a propagar rumores y a crear insidias en el ambiente social.

Hasta tal punto disminuyó la membresía, de nuestro Taller ―que en el año 1957 había ocupado el tercer lugar en la jurisdicción con más de 500 hermanos―. Que para 1959, su número de miembros se redujo a 331 y a finales de 1960 contaba con un total de 226, es decir, en tan solo un año decreció nuestra membresía en 105 hermanos y el futuro no se veía despejado.

Ese año circulaba una frase entre su membresía:

«Mientras exista un miembro fundador de nuestra logia, “Luz y Constancia” tiene que existir.»

Dicha frase era atribuida al V∴H∴ Gonzalo García Pedroso y constantemente recordada por Ismael Bravo Quiñónez, quien era fundador y número uno del Cuadro, lo cierto es que el resto de los hermanos que no tuvieron el privilegio de fundar “Luz y Constancia” demostraron a través del tiempo que supieron ser el relevo eficiente, llevando la antorcha de la fraternidad con luz radiante.

Paralelamente a la disminución de su membresía, disminuía el tesoro, y se hacía imposible realizar sencillas gestiones, que con anterioridad a estos acontecimientos, se realizaban con naturalidad.

Prosiguen los años con su caravana interminable de sacrificios y obstáculos y en 1967. A consecuencia de varios años en la más severa crisis económica, nuestra Logia, con altos egresos y muy pocos ingresos, cae en un caos económico. Por vez primera se convierte en deudora de la Gran Logia por un tiempo de seis meses. Se crea una comisión encabezada por Víctor T. Tosco y Juan Bautista Sacasas, para entrevistarse con el entonces MRGM Roberto Luis Ferrer Rodríguez y el Gran Tesorero González Gómez a fin de buscar una solución auxiliadora. Ferrer Rodríguez, demostrando una vez más su estirpe masónica expresó en aquella ocasión:

"Conozco muy bien a los hermanos de Luz y Constancia

y dirigiéndose directamente a Juan Bautista Sacasas continuó diciendo:

"Si mañana fallecen dos, tres o cuatro hermanos, utilicen con toda seguridad el modelo de Auxilio Masónico e inmediatamente remítanlo aquí, que nosotros cumpliremos nuestro deber de masones, hermanos y hombres unidos por un ideal, el del bien fraternal".

Finalizadas las palabras de Ferrer, el Gran Tesorero expresaba en forma de apoyo:

"Existen valores más altos que el dinero, esos son los valores humanos y aquí creo que sobran".

A tal actitud de estos Grandes Funcionarios y paladines masónicos, “Luz y Constancia” acordó por primera vez, luego de 37 años de labor masónica como institución, nombrar a sus dos primeros Miembros de Honor: Roberto Luis Ferrer Rodríguez y González Gómez.

Pocos fueron los elementos relevantes que caracterizaron las décadas de los años setenta y ochenta en “Luz y Constancia”. Al analizar esos años observamos un ligero desequilibrio entre las bajas por diferentes motivos y los ingresos. Disminuía, aunque sin graves consecuencias, la membresía del taller. Fue una época donde destacaron una serie de hermanos muy fraternales, pero en sentido general, de escasa preparación intelectual, provocando algunas situaciones embarazosas que se supo resolver y que se pueden resumir como una época de estancamiento institucional.

Hubo un hecho en este periodo que sumió temporalmente a la logia en un vacío, cuando en un momento difícil para sus miembros, falleció el 6 de octubre de 1984 el V∴H∴ Víctor Tosco Bárcenas, aquellos que pudieron tratarlo íntimamente, conocieron la profundidad de su calidad humana, y su desprendido proceder, despojado de negativas pasiones, todos admiten que fue un hombre pleno de honradez y de civismo, que hizo cuanto pudo hacer por los que le rodeaban. Todos reconocían su carácter excepcional, su lealtad a los ideales que sustentaba, sin merma en sus propósitos y sin claudicaciones en lo que estimaba su deber. Hombre de recta conciencia donde la vileza no tuvo cabida, porque jamás dejó entrar en su corazón lo impuro y lo mezquino. Con su desaparición, perdió la Institución Masónica a un gran hermano; perdió “Luz y Constancia” a un firme baluarte; y perdió la hermandad, a un buen consejero, que con su prédica y con su práctica, supo ser ejemplo de sacrificio en el cumplimiento de sus deberes; dejó su vida aureolada por la fama de su recto proceder y escoltado por el cariño de todos sus hermanos.

No podríamos hacer un recuento de esta difícil etapa, que le toco vivir a la masonería cubana y en lo particular a “Luz y Constancia”, en que se garantizó la supervivencia de la Institución masónica, sin reconocer la titánica labor de aquellos Hermanos que tuvieron que asumir en esas complejas situaciones su gobierno: los VV∴HH∴ Manuel Sánchez Hernández, Pedro Remigio Tapia, Luis Hernández Muñoz, y Juan Ramón Ugarte, Atorrezagastegui, hombres virtuosos y honorables que han puesto en alto el prestigio y valía de nuestro Taller y a quienes siempre sus miembros, mantendremos eterno reconocimiento.

La década de los noventa iba a marcar una forma de pensar y de vivir del cubano completamente distintas. Fueron los años del "Periodo Especial”, de los eternos apagones, de escaseces y del resquebrajamiento de muchos principios morales.

La Masonería, sufrió estas consecuencias y se caracterizaron estos años por un alto grado de peticiones de ingreso de profanos jóvenes, ávidos de alimento espiritual. Entre 1991―1996, la mayoría de las logias del país laboraban a "oscuras". Se hacía fraternidad como hace un siglo atrás, bajo la tenue luz de candiles, mechones y velas, comenzando a reducirse los trabajos y los horarios para aprovechar la luz natural. Se revitalizó el papel del Visitador y aumentaron de forma significativa los nombramientos de Miembros de Honor. Los hermanos que gustaban hacer, uso de la palabra con frecuencia, eran vistos con cierto resquemor y las sesiones culturales se convertían cada vez más simples y sencillas, representando verdaderos retos a los conferencistas. “Luz y Constancia” no fue de las más afectadas por la situación general, pero si sufrió algunas consecuencias derivadas del estado imperante.

Esta época, denominada “Masonería de Hierro”, estuvo matizada por la labor incansable de hermanos de acción, más que de pensamiento, que laboraban día a día, noche tras noche en su logia y en los talleres cercanos. En nuestra Logia se empezó a sentir la influencia y el ejemplo positivo de hermanos cuyos nombres se mencionaban a diario y desempeñaron un papel importante, fundamentalmente en los cinco primeros años de la década de los noventa que constituyeron los más difíciles, ellos son:

Lorenzo Acosta Jordán, José R. Pérez Iglesias, Federico González, Luis Hernández Muñoz y Miguel Mariano Sánchez.

“Luz y Constancia” inicia el nuevo milenio, con nuevas metas y objetivos. Durante la Veneratura del V∴H∴ Juan Enervio Brus de Zayas, en el 2005, se da comienzo a la reparación y el mantenimiento de su monumental inmueble, labor esta, que es continuada ininterrumpidamente por el V∴H∴ Oscar Pupo Rojas, durante los tres años en que gobernó la Logia 2006, 2007 y 2008. En el 2009, asume la Veneratura el V∴H∴ Gustavo Enrique Reigosa Llerena, quien junto a las labores de mantenimiento de la edificación, desarrollo su gobierno, con moderación y caballerosidad. Gustavito, como todos le decimos, fue ejemplo de una educación refinada en el trato con sus hermanos, bajo su gobierno se recibieron en junio y noviembre las visitas de los VV∴HH∴ Akran R. Elias, Presidente de la Confederación Mundial de Grandes Logias y ex Gran Maestro de la Gran Logia de Washington DC y de Curtin Wilson es Gran Funcionario de ese Gran Oriente, y la visita del Gran Maestro de la Gran Logia de Armenia, entre otras importantes personalidades asistentes a las actividades por el 150 Aniversario de la Gran Logia de Cuba de A∴L∴ y A∴M∴

Asociado al 150 Aniversario, las Logias del circuito Lisa-Marianao-Playa, realizaron una peregrinación y colocación de ofrendas florales en los monumentos a los VV∴HH∴ José Julián Martí Pérez y al Generalísimo Máximo Gómez Báez, que por primera vez en varios años, realizó la masonería públicamente, vistiendo todos sus atributos y estandartes, y que fue recibida por el pueblo masónico y profano, conjuntamente con el acto realizado en el Anfiteatro de Marianao, como una reafirmación de cubanía e historia. Esta actividad de nuestro circuito, inexplicablemente no fue mostrada junto a las otras realizadas a tales efectos en la Página Web de la Gran Logia de Cuba, en aquel entonces aun en funcionamiento.

Es de destacar la labor realizada por otro miembro del Taller, el V∴H∴ Ariel Pérez Lago, quien como Presidente de la Comisión Permanente de Relaciones Exteriores, fue uno de los protagonistas y artífices, que garantizó la lucidez del magno acontecimiento de la Masonería Cubana.

Es así como “Luz y Constancia” arribó al año 2010, en que cumple su 80 Aniversario, con la elección por parte de sus miembros del V∴H∴ Francisco Díaz Olivera (Panchito), para que dirigiese tan significativo año.

En los primeros dos meses de su Veneratura ―enero febrero―, nuestro Taller, recibió las visitas de importantes personalidades del mundo masónico, entre las que destacan: el Gran Maestro de la Gran Logia de Guatemala, acompañado de un numeroso grupo de Grandes Funcionarios, el Soberano Gran Comendador de ese Oriente, al cual acompañó, nuestro Soberano Gran Comendador el V∴H∴ Jesús Armada Pena, el Secretario Ejecutivo de la Confederación Masónica Interamericana CMI, y el V∴H∴ Bernard Rubira, representante de la Gran Logia de Cuba, ante la Gran Logia Nacional Francesa.

Es a partir del 8 de marzo de 2010, que nuestro Taller comienza una etapa triste, que golpeo profundamente a su membresía, cuando se suspende de sus derechos masónicos y envía a la Corte Suprema de Justicia Masónica, a su Venerable Maestro electo; y a un prestigioso Hermano de su cuadro, Presidente en aquel entonces, de la Comisión Permanente de Relaciones Exteriores, el V∴H∴ Ariel Pérez Lago. Medida esta, que según se explicó, estuvo motivada por el recibimiento en la sesión del 18 de enero, del V∴H∴ Gabriel Viera Barceló, ex Gran Maestro de la Gran Logia Unida de Las Antillas, miembro de la RL. “Antonio de la Piedra” de Miami y Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33 de la Lengua Española para el Sur de los Estados Unidos de Norteamérica, mediante el decreto 890, del MRGM José Ramón González Díaz.

Ante estas difíciles situaciones, nuestro Taller, ha tenido que asumir el pago de sus compromisos, sin disponer de los fondos que posee en su cuenta Bancaria, por estar su esta inoperante. No podemos dejar de reconocer el trabajo desplegado por dos valiosos HH∴, de nuestro Taller, que ante estas dificultades, se han crecido, y conducido sabiamente los destinos de la Logia, en las adversas condiciones por las que le ha tocado transitar este año. Ellos son el V∴H∴ Oscar Pupo Rojas, quien desde la tesorería y a pesar de estas situaciones por todos conocidas, ha logrado que nuestra Logia honre todos sus compromisos, de pago, sin arrastrar ninguna deuda. El otro, la cara de “Luz y Constancia”, y su primera trinchera en dar frente ante cualquier problema; el V∴H∴ Joaquín Morales Medina, quien ha asumido la Veneratura por sustitución reglamentaria, durante casi todo el año, realizando un gran esfuerzo. A ellos, corresponde recibir el agradecimiento y reconocimiento, de todos sus Hermanos, por tan encomiable labor.

En una oratoria, no solamente debemos narrar los hechos que componen nuestra historia, sin enviar un mensaje sobre los posibles derroteros a seguir.

Un análisis sobre las distintas etapas por las que ha transitado la Masonería Cubana, en su siglo y medio de existencia, demuestra que sus miembros en el siglo XIX, trabajaron infatigablemente, por la libertad y el nacimiento de la nación cubana, los masones en la etapa republicana, la elevaron hasta la cúspide de su “Era Dorada” en 1958. Sus continuadores, después del año 1959, a pesar de las dificilísimas condiciones en que tuvieron que realizar sus trabajos fraternales, garantizaron la supervivencia de la institución. Ahora nos toca a nosotros los masones del siglo XXI asumir responsablemente nuestro rol. Hagámonos la siguiente pregunta ¿Cuál será el legado que dejaremos, a las generaciones venideras de masones?

Meditemos sobre lo que está sucediendo, no pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. Mantenernos en silencio ante estas dificultades, es exaltar el conformismo. En lugar de trabajar duro para superarlo.

Un gran masón, hombre poco conocido por la sociedad, miembro de nuestro circuito Lisa-Marianao-Playa, y que desde su columna, con sencillez, con su ejemplo y enseñanzas dio “Luz” a sus Hermanos, orador extraordinario, cuyo don de la palabra, fue la virtud que más acertadamente utilizó en pro de la fraternidad. Nos estamos refiriendo al V∴H∴ Laurentino Galán González, de la RL∴ Aarón, a quien honramos en todas nuestras sesiones conjuntas, y cuyas enseñanzas resumió, el H∴ Pérez Lago, en un conjunto de reglas sobre lo que consideraba debe representar la Institución Masónica para los que hemos tomado el camino de la fraternidad. Hablar sobre estas enseñanzas, también es reconocer el potencial que hay en nuestro circuito, pero más que ello, es tener una guía incomparable, de preceptos masónicos, que cuando se desconocen, tuercen los derroteros de la institución, por inciertos parajes. Y que muy bien podemos utilizar como faro y guía, en estos tiempos aciagos:
  • La Masonería es una institución imprescindible para el desarrollo de Cuba como nación. Nuestros principios fundacionales de democracia, libertad, solidaridad y laicismo son nuestra mejor arma de construirnos un futuro. Somos y debemos ser el equilibrio perfecto y necesario en la sociedad.
  • Si consideras a la institución por las actitudes de algunos hermanos que han desviado el camino, la detestarás. El mejor antídoto es conocer su esencia, y considérala siempre por el papel que puede desempeñar en los hombres y en su destino, así la podrás amar y sentir.
  • Nuestra Masonería es populista, no hay ejemplo más detestable entre los masones que un intelectual demostrando ser un intelectual. Los cubanos le damos más valor a un buen apretón de manos que a la más profunda de las cavilaciones filosóficas, no porque seamos ignorantes sino porque somos isleños, lo llevamos en nuestro espíritu. El conocimiento no es para restregarlo en la cara de los hombres comunes sino para compartirlo entre los hombres virtuosos.
  • Nunca expreses algo que no puedas demostrarlo con acciones. Lo que prediques practícalo.
  • Ni la más vil de las acciones contra tu persona puede quitarte la ternura, es tu mejor arma.
  • Nunca hagas concesiones que te lleven a convertirte en algo que no eres. Las concesiones no se hacen por conveniencia sino obedeciendo a un bien común.
  • No respondas apresuradamente los ataques personales, date un tiempo y si es posible usa el silencio como el mejor recurso, siempre y cuando te sea posible.
  • Cuando alguien desacredita a otro, el daño a largo plazo, es mayor para el desacreditador que para el desacreditado.
  • En ocasiones los mejores amigos surgen de las más encontradas diferencias, cuando las posiciones encontradas se basen en principios respetables.
  • Nunca te canses de luchar, si tu lucha es justa un día sin darte cuenta, cuando menos lo esperes te encontrarás en el bando de los triunfadores.
  • Siempre encuentra un pretexto para luchar, el día que no encuentres asideros para la lucha, ese día dejarás de ser un hombre.
  • El hombre público siempre estará expuesto al ojo crítico, cuida tu imagen pública sin dejar de ser tú.
  • El masón está destinado a grandes cosas. Piensa y ve más allá de lo que tus ojos te permitan ver.
  • Nadie está obligado a pensar y actuar como piensas y actúas tú, preocúpate por conocer bien los motivos del otro, puedes estar equivocado, somos producto de nuestros prejuicios y de nuestros temores. Vencerlos es nuestro objetivo.
  • Eres un hombre privilegiado al pertenecer a la masonería. Aprovecha el hecho que te hayan dejado entrar en ella. El masón no es mejor ni peor que los profanos, observa e interpreta las cosas de un modo completamente diferente.
  • Ser masón es una vocación, un estilo de vida, una forma de vivir, se es masón en todas partes y durante las 24 horas del día.
  • La Masonería te enseña a ser líder, si tienes aptitudes para ello, sé un líder, no pierdas la oportunidad.
  • Si eres inteligente te darás cuenta que siempre encontrarás personas que te utilizarán para sus fines, si es un fin bueno déjate utilizar, terminarás utilizándolos para tus positivos fines propios, si es un mal fin, combátelos, tómalo como un reto.
  • La Masonería no permite discusiones en materia de política y religión. Ser masón es una actitud política ante la vida.
  • Con tus actos une, acoge. Combate todo lo que tienda a dividir y separar. Unir siempre será una causa noble, separar y dividir, sea cual fuere el pretexto, será un acto deleznable.
  • Si alguien te ayuda, estás en la obligación de devolverle la acción. Ser un hombre agradecido da satisfacción al alma.

Estas son algunas reglas que trasmitió aquel hombre generoso y dulce que nunca perdió la ternura. Su filosofía la desarrolló en el duro batallar de la vida. Hoy sus continuadores, estamos obligados a mantenerlo entre nosotros, y materializar con nuestra actitud diaria ante nuestra vida masónica y profana, sus enseñanzas.

Estas reflexiones para nada son un sentimiento derrotista, ante las dificultades, sino todo lo contrario, la única derrota, sería no querer luchar por superarlas. Luchemos por ser mejores masones, sin pretender cambiar el convulso mundo en que vivimos. Pensemos más bien, en cambiarnos a nosotros mismos, y quizás, con nuestro ejemplo y educación, logremos también, hacer cambiar a nuestras familias, y con ello quizás, inspiremos a otros a ser mejores, haciéndole un bien mayor a nuestra Sociedad.

La masonería, como hemos reiterado une lo que otros desunen, unamos pues para lograr que en nuestras sesiones no continúe reinando, la incultura la apatía, la intolerancia y la desunión. Más bien hagamos de ellas un recinto donde se respire paz, amor fraternal, y tolerancia. Aspiremos a que en ellas se adquiera, al menos, un mínimo de enseñanzas. Cuando lo logremos entonces estaremos cumpliendo uno de los principales postulados de la Orden, en pro del bien común; porque realmente lo que necesita y "...quiere la institución es tener en su seno hombres honrados, tolerantes y filantrópicos; hombres que sean libres, de buenas costumbres, de edad adulta, de capacidad bastante para poder comprender y practicar las enseñanzas que ella difunde (...), hombres que se conduzcan moral y decorosamente, no solo en la logia, sino fuera de ella; hombres que sean ejemplos vivos de civismo y moralidad". Sabias palabras dichas, hace más de un siglo, por el V∴H∴ André Cassard, porque "La Masonería por su organización perfecta y el masón por sus procedimientos, deben ser un modelo para la sociedad civil y para el ciudadano".

Querido Hermanos, nuestra Logia nació en medio de una profunda crisis; resplandeciendo en sus tres primeras décadas, por la constancia de sus miembros; durante las cuatro décadas siguientes, cuando en la sociedad cubana, se produjeron cambios radicales, no abandonó a sus hijos caídos en desgracia, garantizado un modesto sustento a sus familias y, procurando abogados para su defensa. Correspondió a esa etapa también, el haber asegurado la supervivencia de la Institución, a pesar, de las continuas campañas de un grupo de “profanos”, que los alentaban a desertar de ella, dedicándose a propagar rumores y crear insidias en el ambiente social. Su última década ha estado caracterizada por la consolidación de la masonería y el mantenimiento sistemático de su Casa-Templo, pero no solo han sido estos sus objetivos principales. También nuestro Taller, en esta última etapa ha laborado incansablemente, para cumplir con uno de nuestros principales preceptos, al construir puentes de amistad que unan en lugar de dividir a los hombres. Estas son las razones que deben tomar muy en cuenta, quienes piensan que nuestra Madre Logia, está transitando por una crisis, desconociendo su más preciado tesoro, que son sus hijos, poseedores de un legado histórico, transmitido y enriquecido a través de generaciones de masones. Sean pues, estas sencillas pero proféticas palabras, de un prestigioso Hermano, a quien unían sólidos lazos, ―no solo de amistad― con mi padre, y que mi inocencia infantil, no alcanzaban a comprender, en toda su magnitud en aquel entonces, me refiero al V∴H∴ Manuel García Miranda, cuando describió ese legado y, con las cuales terminaremos nuestras Oratoria:

«...Luz y Constancia conservará en cofre hermético de sus preciadas remembranzas, los numerosos eslabones de hechos encadenados durante su pasado, existiendo para nosotros dos cadenas simbólicas que conjuntamente, circundaran nuestro Salón de Actos: la material, fuerte y robusta como sus paredes y otra elaborada y fundida en la poderosa aleación del sacrificio, el tesón y la perseverancia de sus miembros.»

¡Muchas Gracias!

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