¡VOLVIMOS!
Visitenos en nuestra nueva dirección web
FENIX-news Desde 1992

“La Francmasonería considera que el trabajo y la educación son las grandes herramientas del Humanismo”

Con la presencia de Profesores y Alcaldes de toda la Región Metropolitana, el Departamento de Acción Masónica (DAM) de la Gran Logia de Chile celebró el pasado 16 de octubre, el “Día del Profesor”. En la oportunidad, el destacado profesor universitario Sergio Aliaga brindó un Homenaje a los Maestros de Chile. A continuación, el texto completo de sus palabras.
En la vida de cada uno de nosotros, existe aún el recuerdo, la imagen de aquel hombre o mujer, que significó tanto para aquellos niños y adolescentes que fuimos: el Profesor, la Profesora, nuestros queridos Maestros.

Probablemente ustedes hayan escuchado estas frases muchas veces durante sus años de labor docente, pueden parecer una repetición, casi un cliché, de lo que desde pequeños, hemos repetido en esos hermosos actos en las escuelas y liceos a lo largo del país, cuando en ese único día, quisimos expresar nuestro cariño, nuestro reconocimiento, ese era el Día del Maestro, instaurado el 11 de septiembre de 1943 por Decreto del Presidente Juan Antonio Ríos, y su Ministro de Educación Benjamín Claro Velasco, el cual con el correr de la historia fue cambiando sus fechas, pasando por el 10 de diciembre de 1974, en conmemoración de la asignación del Premio Nóbel de Literatura a nuestra Poetisa Gabriela Mistral hasta su fecha última, el 16 de octubre de 1977 donde se decretó el Día del Profesor en homenaje a la fundación del Colegio de Profesores de Chile.

Más allá de las fechas, lo que ustedes sembraron, en ese niño lejano, lo que ustedes con paciencia, tesón, con pocos recursos, con inmensa devoción y consecuencia moldearon día a día, han hecho de nosotros lo que hoy somos: mujeres y hombres, generaciones tras generaciones que persiguen llegar a ser mejores seres humanos. Esa es la enseñanza vital que ustedes nos han legado, transformarnos en una mejor humanidad.

Cada vez que los amigos se reúnen, siempre se hace presente la imagen de uno de ustedes, tiene un nombre imborrable que nos acompañará hasta el día de nuestra partida, y seguirá viviendo en nuestros hijos, en nuestros nietos, pues al recordarnos, traerán también al presente ese nombre inseparable del nuestro. Esto es trascender, continuar más allá de nosotros mismos.

Sabemos que en su diario quehacer, tropiezan con grandes escollos. El nuestro es un País ingrato con sus maestros. No hemos logrado recuperar la dignidad de los Educadores en estos años de democracia.

El nuestro es un Estado en deuda con sus docentes, con salarios injustos, con horarios extensos, con cada vez mayores exigencias y con recursos insuficientes.

Si a ello le sumamos, que como resultado de la crisis general de nuestro sistema, tenemos hoy una sociedad con enormes desigualdades, encontraremos en ella parámetros de marginación y exclusión cada vez más crecientes para sus ciudadanos.

El siglo XXI, es llamado el Siglo del Conocimiento, parece una paradoja, ya que el saber y el conocimiento están en deuda, al decir de Edgar Morin: "El siglo del conocimiento puede ser el siglo de la ceguera"

Ustedes, queridos Profesores, están informados de la profunda atención y preocupación de la Masonería por la educación. A lo largo de toda nuestra historia republicana, han estado presentes los esfuerzos y grandes logros impulsados por la Masonería en materia de Educación Pública.

Estamos ligados al Magisterio. Por que la nuestra también es una labor educativa. Somos una institución, que por medio de la formación busca la perfectibilidad del hombre, entregando herramientas que le permitan autodescubrir en lo más íntimo de su ser al hombre justo, fraterno, al hombre bueno que todos llevamos dentro.

La esencia de la misión de la Francmasonería, es la de formar hombres con valores esencialmente éticos, capaces de aspirar a un permanente perfeccionamiento y al mejoramiento de la sociedad.

La Francmasonería considera que el trabajo y la educación son las grandes herramientas de la humanización y del humanismo

La Francmasonería y la educación son disciplinas complementarias. Se ha dicho que, no es posible la existencia de la masonería sin educación, como tampoco se concibe una educación exenta de valores. La masonería es esencialmente axiológica; su teleología reside, precisamente, en lograr el cambio en el hombre. El fin supremo de la educación es el cambio del hombre, aprender es cambiar.

La buena educación es aquella que entrega un Maestro y que produce un cambio interior y evolución en un Discípulo. La Orden Masónica es, por esencia, una Institución formadora de hombres.

Como sabemos, la República de Chile, emerge desde una concepción educativa afín a estos postulados. En la mitad del siglo XIX, ya se piensa en instituciones políticas republicanas, producto de ello es que se propone un proyecto de educación.

En la gestión del entonces ministro, Don Manuel Montt quien sería a la postre, Presidente de la República, se funda la Universidad de Chile; la Escuela de Artes y Oficios; la Escuela Normal de Preceptores; la Escuela de Agricultura. Se pensaba, entonces, darle a las incipientes instituciones de la República una esencia educativa.

Las diferencias políticas, muchas veces marcadas por ideologismos, no fueron obstáculos para que gobiernos conservadores y liberales, comprendieran cuál era el proyecto país, a quién y a quiénes beneficiaba un proyecto educacional de tal naturaleza como el que se estaba planteando.

Hacia fines del siglo XIX se avanza, notablemente, con la creación de liceos fiscales y, posteriormente, con la creación del Instituto Pedagógico, cómo no recordarlo, donde se formaban profesores que ayudarían a consolidar este proyecto con la idea fundamental de una educación de excelencia a nivel nacional.

La Ley de Instrucción Primaria Obligatoria, las iniciativas de educación técnico-profesional, colocan los cimientos en el país de un sistema educacional sólido y con altas potencialidades.

En toda esta concepción educacional de país, los profesores cumplen un papel relevante. El proyecto estaba ajeno a egoísmos confesionales, y lejos de una visión mercantilista. Se pensaba en una concepción holística de país y, sinérgica en lo socio-político y en lo económico y cultural.

El papel que cumplió el profesor, en ese entonces, fue esencial en todos estos acontecimientos, por ello es tan importante que hoy, en el año de nuestro Bicentenario, no solo los recordemos como hermosas reminiscencias, sino como enseñanzas y aprendizajes que debemos seguir cultivando en las nuevas generaciones, mas aún, cuando se ha perdido toda la esencia y decencia de una visión de país culto y con perspectivas de desarrollo sustentable, con una calidad de vida acorde a los nuevos tiempos.

Hoy todos los sectores dicen tener preocupación por la calidad de la educación, pareciera ser nada más que una declaración de buenas intenciones.

Para que esto se revierta, creemos, debemos recuperar el papel docente del profesor, el rol de formador, no solo de destrezas y habilidades para el mundo laboral, sino también de formación de una masa crítica, que a futuro piense en los valores y virtudes del hombre.

En este homenaje al profesor, mas que bien merecido, hacemos un llamado para recobrar el compromiso con la Educación Chilena, para recuperar esa visión de País, Republicana, Libertaria y Laica, en el que el desarrollo de nuestros jóvenes sea lo esencial en nuestros intereses de Nación.

Como lo dijera claramente nuestro Gran Maestro, Luís Riveros Cornejo: “Expresamos también esperanzas respecto a que la educación vuelva a ser esa señal de calidad que necesita el país, no sólo para desarrollar el potencial productivo de sus niños y jóvenes, sino también para desarrollarlos como seres humanos, formados como personas y darles la educación que ellos se merecen. No es justo que hoy Chile en el ranking internacional de competitividad aparezca como el número uno en su entorno macroeconómico y en la capacidad para manejar su economía con eficiencia, con competencia, con brillantez; pero que cuando hablamos de educación aparecemos con la educación primaria en el lugar número 25, y con la educación superior en el número 40. No puede ser que tengamos un país que responde con calidad a estas cosas que tienen que ver con los resultados a corto plazo, pero que responde pobremente a esto que está relacionado efectivamente con la sostenibilidad del futuro”.

La Clase Política en nuestro país, indistintamente de sus corrientes, insiste en un denominador común: nos encaminamos a un futuro de mayor desarrollo económico y social. Pero, sin una inversión en Educación, de acorde a esos desafíos, ese futuro se vuelve inalcanzable.

La Educación es un tema de País, en donde todos somos responsables, y es hora de encarar todos juntos esa responsabilidad. Si continuamos mirando con pasividad el presente, dentro de algunos cortos años, estaremos contemplando los efectos de su destrucción.

Creemos que lo central en la actualidad, es insistir en que el Estado debe cumplir con la necesidad de entregar educación de calidad, con mejor gestión, mayor gasto público en ella, mejores instrumentos de regulación y control al mercado privado de la educación.

Una educación pobre y deficiente nos dejará irremediablemente retrasados en la sociedad del conocimiento, continuaremos siendo un país de mano de obra barata, con desigualdades cada vez mas crecientes y consecuentemente, con grandes tensiones sociales, todo esto producto de nuestro actual sistema educacional.

Hoy más que nunca queremos estar al centro de los debates en esta materia de importancia nacional. Es por eso que la Masonería ha querido estar presente en este Homenaje, Homenaje de compromiso con los profesores, con el País.

Trasmitiremos nuestra concepción docente, nuestras ideas de una educación laica, para que las leyes sobre Educación, que hoy duermen en el parlamento, cobren fuerza y vigor en las aulas de la Patria.

No habrá espacio que la Orden Masónica deje de ocupar, para opinar, para orientar, para entregar su visión en todos aquellos debates de políticas públicas de tremenda trascendencia para el presente y futuro del País.

Las dificultades actuales, sólo son superables con una real educación de calidad para todos, una buena educación que le permita al hombre de este siglo, desarrollar todas sus potencialidades, como seres pensantes y participantes, creadores de una sociedad de justicia y posibilidades para sus habitantes. De ahí la importancia y el reconocimiento a la labor de los Profesores de Chile.

En nombre de la Gran Logia de Chile, reciban, queridas Profesoras y Profesores en vuestro día, un fraternal saludo de reconocimiento a su labor, reafirmando ante ustedes el compromiso de nuestra Orden de recrear y aportar las ideas de una Educación Laica para las Instituciones de la República.

Fuente: GRAN LOGIA DE CHILE

COMICs