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EL PAPEL DE LA MUJER EN LA MASONERÍA

Por Jorge Saúl Espinoza Pivaral
Desde el Facebook

La masonería femenina tiene el mismo origen de la masonería en general, el cual se remonta, según la constitución de Anderson, al inicio de la Humanidad.

Si revisamos algunos ritos, ceremonias o mitos de las antiguas civilizaciones, podemos ver que en las ceremonias religiosas e iniciáticas participaba la mujer, incluso en muchos de ellos como sacerdotisa.

Muchos sostienen que la masonería es la continuación de los misterios de la Antigüedad y es por ello que otros autores remontan su origen al Egipto faraónico, debido a las leyendas y modelos ritualistas que la masonería adoptó de las Escuelas de misterios egipcios, fundadas por Hermes en sus cultos a Osiris e Isis. En el culto de estos dioses vemos a la mujer como compañera y complemento del hombre. Osiris, primer rey y civilizador de los egipcios, no gobernó sólo, le acompañó su esposa Isis.

Mientras Osiris dictaba leyes, enseñaba las artes útiles y establecía el culto, Isis enseñaba la agricultura a los hombre. Cuando Osiris marchó a otras regiones lejanas para difundir sus enseñanzas dejó que Isis gobernara su reino, porque confió en su capacidad para gobernar.

Otro personaje legendario que está relacionado con la iniciación femenina fue Rama, iniciada en los misterios de los druidas, de quien se dice que, en su emigración a la India, instauró a la mujer como sacerdotisa, en el altar doméstico al lado de su esposo.

También refieren el origen de la masonería a Palestina, a la época de la construcción del Templo de Rey Salomón, ya que muchos de sus símbolos están relacionados con la construcción de este Templo. Si revisamos el Antiguo Testamento (Génesis, 01, 27), citó: "Creó, pues, Dios al ser humano, a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, macho y hembra los creó" de allí podemos entrever los múltiples sentidos del ser humano, de su función intermediaria entre cielo y tierra; a comprender que su polarización es nuevamente el símbolo del binario primigenio que sólo tiene sentido en y desde la unidad.
Otros atribuyen a la masonería un origen griego, en la Escuela de Pitágoras, quien empleó por primera vez la palabra filosofía en el sentido de amigo de la sabiduría. Como podemos ver, el origen de la masonería no está claro, lo que si está claro es que es una sociedad iniciática, basada eminentemente en la Tradición. Sus símbolos, su lenguaje, sus ritos y sus métodos, sus principios y sus fines están recogidos en una tradición que se respeta puntualmente.

Ahora bien, tradición es la transmisión hecha de generación en generación, de forma oral o escrita. De hechos, composiciones literarias, doctrinas, ritos, costumbres, etc. Sí la mujer era parte de esos ritos y costumbres de la antigüedad, ¿por qué dejó de serlo? ¿Por qué fue marginada? ¿Por qué todavía existen sociedades donde no se le ha reivindicado? ¿Por qué en las sociedades modernas todavía se lucha contra sus derechos y sus méritos? Y, más grave aún, ¿por qué muchos hombres, e incluso mujeres, no aceptan que una mujer se destaque en labores o áreas del conocimiento que tradicionalmente desempeñaban los hombres?

En los orígenes de la masonería, el trabajo operativo de construcción se hallaba unido al proceso interno de autoconocimiento del masón, de esta forma, el rito y el símbolo se cumplían al mismo tiempo que el edificio externo se iba levantando. En aquellos tiempos, el oficio de constructor era desempeñado exclusivamente por hombres.

La mujer tenía sus propios ritos iniciáticos, adaptados a oficios más femeninos, a través de los cuales se realizaba internamente. Estos oficios estaban relacionados, en su gran mayoría, con el tejido, como fue el caso de las hiladoras de seda, también llamadas Orden de las Damas Hilanderas o de las Fuldenses.

Dichos oficios estaban vinculados a una organización iniciática artesanal, muy cercana a la Masonería, denominada Compañerazgo.

El oficio del tejido siempre ha estado vinculado a la mujer; sin embargo, algunos de estos oficios también eran desempeñados por hombres y mujeres conjuntamente, tal como sucedió en el arte de la tapicería, durante la Edad Media. Estos tapices se confeccionaban para adornar las catedrales construidas precisamente por los masones y compañeros.

Esto hace suponer que durante la construcción de esos templos, existían talleres dedicados exclusivamente a elaborar tapices y, por consiguiente, estrechamente relacionados con la tarea de los constructores y arquitectos. Los tapiceros y las tapiceras eran dirigidos por maestras tejedoras y bordadoras que al mismo tiempo que enseñaban la técnica del oficio, también transmitían su código simbólico. Esto nos indica que la mujer no estuvo alejada del arte de la construcción, con su técnica completaba la obra. Hombre y mujeres, cada uno de acuerdo a sus características físicas, desempeñaban una parte del trabajo.

Actualmente, las diferentes especialidades dentro del arte de la construcción son desempeñadas indistintamente por hombres o mujeres, según las exigencias físicas de cada especialidad. En algunas predominan los hombres y en otras las mujeres. Sí la masonería fue fundada como ciencia especulativa sobre el arte operativo de la construcción, ¿dónde se ubican actualmente las tejedoras y las tapiceras? Dejo esa incógnita en el aire.

Las logias femeninas de adopción, según el hermano Bedarride, historiador de la Orden Masónica de Misraim, tiene un origen muy antiguo y nos remite al Antiguo Testamento, afirmando que el patriarca Jabel, hijo de Lamech fue el primero que concibió la idea de formar Logias de Adopción, en las que creyó debían ser admitidas las mujeres, considerando que éstas eran capaces de grandes cosas.

Escogió a su hermana Noema como la primera Gran Maestra Masona que luego fue imitada por muchas otras jóvenes.

Otras fuentes históricas señalan la existencia de mujeres masonas a partir del siglo XIV en Inglaterra.

Sin embargo, históricamente, el origen del Rito o Masonería de Adopción data del año 1730 y fue reconocido por el Gran Oriente de Francia en 1774. Su desarrollo fue lento y siempre tuvo menos miembros que la masonería masculina; no obstante, a finales del siglo XIX llegó a tener unas 150 logias.

Tuvo diferentes nombres y rituales, siendo muy conocida como Masonería Andrógina, porque en sus trabajos participaban, a la par, hombre y mujeres.

Eran creadas por logias masculinas de las cuales dependían, trabajando siempre bajo la tutela y supervisión masculina.

Desde su reconocimiento en Europa, la masonería de adopción comenzó a extenderse hacia el continente americano. En la época de la independencia, fueron iniciadas, entre otras, Manuela Sáenz, en Lima y Luisa Cáceres de Arismendi, en Margarita. Otro ejemplo que llena de orgullo a la masonería femenina venezolana es Teresa Carreño, iniciada en Puerto Rico, recibiendo su segundo y tercer grado masónico en Francia.


En Venezuela, la masonería femenina, bajo el rito de adopción, se estableció a solicitud de varios hermanos de la Resp∴ Log∴ Regeneradores Nº 06, del Or∴ de Maracaibo. Fue el Q∴ H∴ Pedro Rene Barboza, quien formuló la primera propuesta, en 1952, ante la Muy Resp∴ Gr∴ Log∴ de la República de Venezuela. El 7 de enero de 1953, el Muy Resp∴ Gr∴ Maes∴ Q∴ H∴ José Tomás Uzcátegui, produce la Gran Plancha 4949, donde instalaba y facultaba a la Log∴ Regeneradores Nº 06 y a todas las LLog∴ de Venezuela para establecer Log∴ Femeninas de Adopción.

Pocos días después se instaló el Consejo Nacional del Rito Venezolano de Adopción para regir los destinos de la masonería de adopción. En el transcurso de ese mismo año, fueron instaladas cuatro logias de adopción. Resp∴ Log∴ Arco Iris Nº 01 en el Or∴ de Maracaibo, Resp∴ Log∴ Minerva Nº 02 en el Or∴ de Valencia, Resp∴ Log∴ Bethel Nº 03 en el Or∴ de Barquisimeto y Resp∴ Log∴ Ana María Campos Nº 04 en el Or∴ de Cabimas. Posteriormente, se instalaron logias en Caracas, Puerto La Cruz, Maracay, La Victoria, Guacara, Puerto Cabello y Ciudad Ojeda.

Y ustedes se estarán preguntando ¿cuál es el papel de la mujer en la masonería? El papel de la mujer en la masonería no refiere mucho del papel de la mujer en la sociedad profana. Hemos visto que la mujer desempeñaban un papel muy importante en las sociedades antiguas y que luego fue relegada a un segundo plano, negándosele muchos derechos que, aún hoy, en algunas sociedades más que en otras, son exclusivos de los hombres. La mujer que se destaca en alguna actividad, profesional, política, económica, social es atacada en todos los sentidos no solamente por los hombres, también por otras mujeres que no han sido capaces de luchar por alcanzar con sus propios méritos o esfuerzos una posición.

No puedo dejar de mencionar a aquellas mujeres que sufren vejaciones, maltratos físicos, y que en algunos países son tratadas como esclavas, careciendo de la más mínima protección por parte del gobierno. Pero, poco a poco, la mujer ha ido venciendo esos muros de mezquindad que las encerraban. Día a día, vemos mujeres que se destacan en disciplinas donde sólo los hombres tenían cabida. A nivel mundial, la mujer continúa escalando posiciones en todas las áreas del conocimiento humano y en todas las actividades del ser consciente. En las universidades, el porcentaje de mujeres es cada vez mayor que el de los hombres. En área científica, se encuentran mujeres cuyo nivel intelectual está a la par del nivel intelectual de sus colegas del sexo masculino. No obstante, el G∴ A∴ D∴ U∴ nos ha dado una exclusividad: el don de la maternidad.
Pues bien, en la francmasonería, cuyos principios son LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD, a causa de Antiguos Límites o Landmarks, sólo pueden ingresar los hombres, entonces, ¿dónde está la igualdad?

Actualmente, quedan algunos Hermanos que no ven con buenos ojos el ingreso de la mujer en la masonería, así sea en el Rito de Adopción. Han tratado, y algunos lo han logrado, de acabar con las Logias de Adopción. Esos los Hermanos mezquinos. Pero, muchos Hermanos, verdaderos masones, que sí practican el principio de IGUALDAD, nos apoyan y nos instan a que crezcamos en calidad y en cantidad. Por ellos, continúan algunas logias con sus columnas levantadas. No quiero terminar mi intervención sin mencionar el papel de la mujer del masón. Esa mujer que no es masona, pero que es esposa del masón, hija del masón o madre del masón. Esa mujer que, de manera anónima, ha desempeñado un papel muy importante en la masonería, pues es la que la apoya, la que la incentiva, la que lo comprende, y la que suple sus ausencias en el hogar para que él pueda progresar en la institución masónica, para que el pueda pulir su piedra bruta, para que el construya su templo y complete su obra. Esas son las tejedoras y las tapiceras. Sólo les falta el conocimiento masónico.


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