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El Concilio Antimasónico de Trento

Tomado del libro “La masonería” de José Antonio Ferrer Benimeli.

El punto culminante del «fraude» Taxil alcanzó auténtico vértigo cuando Taxil y sus amigos inventaron una segunda criatura femenina, la palladista Miss Diana Vaughan, que se suponía era hija del demonio Bitrú. Esta dama, que en modo alguno existía, se presentó como extraordinaria y fecunda escritora. En primer lugar obsequió con sus memorias, bajo el título de Memorias de una Palladista, que hizo públicas a lo largo de dos años (1895-1896) en forma de fascículos mensuales. En ellos cuenta como fue consagrada a Satán diez años antes al ser recibida en una logia americana, donde fue poseída por el diablo Asmodeus, que le regaló como obsequio de bodas un poder milagroso, al mismo tiempo que le trajo la cola robada del león de San Marcos y se la puso al cuello, etc. En su gira por el mundo, Diana Vaughan encontró a Taxil. Todos los meses reproducía documentos auténticos del diablo y exhibia incluso la firma del demonio Bitrú. Fue tal la psicosis surgida que se llegó a creer todo, e incluso La Civiltá Cattolica, en aquel entonces órgano oficioso del Vaticano, elogió a la «noble señora» y a los «otros esforzados combatientes», quienes, a menudo, con peligro de sus vidas, habían entrado los primeros «en el glorioso campo de batalla». Es muy interesante leer el índice de artículos de esta época aparecidos en dicha revista, y en otras revistas católicas, sobre el tema de la masonería satánica.

De todas partes llegaron a Miss Vaughan entusiastas cartas, incluso del cardenal Vicario de Roma, del secretario particular de León XIII y del Prelado de la Casa de su Santidad. Y como Miss Vaughan hizo un donativo al cardenal Parochi de Roma para la celebración de un Congreso antimasónico, éste le envió de parte del papa su bendición apostólica.

En 1896 tuvo lugar en Trento el. Esperado con gran pasión, Congreso antimasónico. Se reunieron no menos de 36 obispos, 50 delegados episcopales y otros 700 delegados, la mayoría de los cuales eran eclesiásticos. Entre estas delegaciones habría que destacar las de Francia y Austria, con más de 50 personas cada una; las de España, Hungría, Alemania, América, etc. En Trento se había hecho grandes preparativos para recibir digna y hospitalariamente a los congresistas. La estación del ferrocarril fue adornada con las banderas papales blanco-amarillas. El Comité Antimasónico tridentino proporcionó alojamiento a todos los congresistas venidos de fuera.

Entre las múltiples adhesiones recibidas en el congreso, hay que destacar la del obispo de Málaga, monseñor Muñoz Herrera, quien dedicó una pastoral contra la masonería y envió al congreso, en cuatro voluminosas carpetas. más de 100.000 firmas de sus diocesanos protestando enérgicamente «contra la secta tenebrosa y diabólica enemiga de Dios, del trono y de nuestra patria». Y entre los asistentes al congreso destacó la presencia del pretendiente al trono español, don Carlos VII, acompañado de la duquesa de Madrid y de la infanta doña Alicia, quienes recibieron honores reales, según órdenes dadas por el obispo-príncipe de Trento.

Sin embargo, el principal protagonista del congreso fue Léo Taxi!, uno de los patrocinadores a nivel ideológico e incluso práctico. Efectivamente, en el centro del congreso estuvo el asunto de Miss Vaughan. que agitaba los ánimos. Pronto se manifestaron dos direcciones opuestas. Por un lado, los alemanes, que ya se habían repuesto del embuste de Taxil, y por otro la gran mayoría, que estaban de buena fe al lado de Miss Vaughan y Taxil. Los alemanes, dirigidos por monseñor Gratzfeld, intentaron desenmascarar a Taxil afirmando que la misteriosa Miss Vaughan en modo alguno existía. El mismo Taxil, recibido con grandes aplausos, intervino en el debate, adjudicándose un gran triunfo cuando sacó del bolsillo una «fotografía» de Miss Vaughan. La mayor parte del auditorio despidió calurosamente a Taxil cuando abandonó la tribuna de los oradores. Finalmente se resolvió el problema nombrando una comisión que esclareciera totalmente la cuestión de la existencia de Miss Vaughan.

Después del congreso todavía continuó el entusiasmo por Taxil, a pesar de que la oposición de los católicos alemanes fue cada vez mayor. Entretanto, la comisión designada en Trento no llego a la conclusión de que Miss Vaughan era un auténtico bIuff. Prefirió dar más bien una sentencia salomónica en el sentido de que no había encontrado ningún argumento contundente, ni en favor ni en contra, de la existencia de Miss Vaughan.

Apenas unas semanas después, el lunes de Pascua de 1897 se produjo el desenlace de esta curiosa y extravagante historia que tanto impacto e importancia tuvo en los países católicos del área latina. Para ese día, Taxil había convocado una gran asamblea en la sala de la Sociedad Geográfica de París, en la que, después del sorteo de una máquina de escribir, tendría lugar una conferencia con proyecciones sobre el culto palladista. Pero Taxil aprovechó la concurrencia para comunicar al numeroso público que habia conseguido la más grandiosa mixtificación de los nuevos tiempos, pues Miss Vaughan jamás había existido y había estado engañando a la Iglesia católica desde hacia doce años de un modo formidable.

La impresión que este descubrimiento causó fue casi más poderosa que la misma mixtificación, no solo en la reunión, que finalizó con un tumultuoso estrépito, sino en todo el público, siendo numerosos los libros que se hicieron eco del affaire Taxil.

¿Quiénes son los masones?

Por Víctor Salazar

Algunos hermanos Masones enérgicamente dicen, muchas veces, que la Masonería no es una organización política ni religiosa ni esotérica, que sólo se cree en lo que se puede demostrar científicamente—como diríamos “ver para creer”—pero, sin embargo, para ingresar a la Orden Masónica uno tiene que creer en un “dios”—fuese cual fuese su creencia. Así de simple, sino crees en Dios no eres Masón; entonces, estamos hablando de creer en fe hacia un Ser Supremo. Los Masones le llamamos el “Gran Arquitecto del Universo:” G:.A:.D:.U:. ¿Y por qué G:.A:.D:.U:.? Porque el Masón es respetuoso de las creencias religiosas de cada hermano de la orden y del mundo profano.
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El Masón es un ser libre y respetuoso del mundo que lo rodea; es amante de la LIBERTAD, IGUALDAD y de la FRATERNIDAD. Cultiva la filantropía y el estudio. Cada Masón debe estudiar y buscar las herramientas para poder trabajar su propia piedra informe, para poco a poco geometrizar su piedra para construir su propio templo: las grandes preguntas que siempre están presente en la mente del hombre que da los primeros pasos en el camino de la búsqueda eterna, el camino que lo lleva de retorno a su casa, al origen de todas las fuentes su creador G:.A:.D:U

Que nos debe motivar un propósito en nuestras vidas, aunque no alcancemos en esta vida el resultado, pero la esperanza debe ser nuestro triunfo en que el mañana será mejor y próspero.
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Los grandes filósofos sabían que el hombre es parte de una gran unidad; que todo está unido que nada está separado, este conocimiento antiguamente era sólo para ciertas personas que tenían que pasar muchas pruebas iniciáticas, hasta en algunos casos les costaba la vida.
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Hoy en día este conocimiento esta allí a tu mano, sólo depende de ti que tan consciente estés de esa realidad y del camino que buscan muchos hermanos son estudios de la filosofía de la ciencia, de la mística, para entender o tratar de entender esa realidad, pero necesita un detonador que lo dispare y tenga su propia experiencia mística.
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El simbolismo y los ritos son elementos que tienen su efecto mágico que despiertan el subconsciente. El conocimiento ya fue dado y está allí esa es la fuente que la mayoría de las escuelas filosóficas apuntan hacia ese camino, esa ciencia que algunos llaman “esoterismo,” “misticismo” y kabala, ese conocimiento que fue dado al hombre para que él despierte y visualice su realidad.
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Un pensamiento muy común es que siempre se dice que “cada ser es un mundo diferente a otro,” pero se olvida que todos vinimos de la misma fuente del Gran Arquitecto del Universo. ¿Y cuáles son los primeros pasos que hay que dar? Aprender a meditar, relajarse, armonizarse y a discernir.
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Nuestra mala forma de pensar nos lleva a ciertos estados emocionales que a la larga enferman nuestro espíritu, luego nuestra mente y por lo tanto la salud de nuestro cuerpo físico decae.Hay que saber discernir entre lo bueno y lo malo, y dentro de lo bueno lo mas inmediato, lo mejor para este momento.
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Las personas regularmente miran lo que está hacia su alrededor pero se olvida de ver qué es la cualidad real de la observación, porqué quieren enseñar cosas que sólo están en su mente y no dejan que hable su corazón.

Estilo Azul | Advertencia masónica: lo que todo masón y no masón debe saber

En nuestra fraternidad hay mitos y mitómanos, como menciona el Hno. Víctor Guerra, de España, pero también han habido (y hay aún) hermanos con muy buena voluntad pero muy mal informados, como refiere el Hno. John Hamill, de Inglaterra. Frente a ello, considero que la masonería, en la actualidad, necesita una advertencia. Esta advertencia debería estar dirigida a todo masón, en especial a los recién iniciados, y a quienes sin ser masones desean estudiarla, y orientada en tres aspectos fundamentales para todo miembro de nuestra fraternidad, es decir, en lo simbólico, en lo histórico y en lo bibliográfico.

Advertencia simbólica


El valor simbólico y alegórico de los elementos masónicos no se pierde en el origen de los tiempos. Su estructuración, por así decirlo, definitiva, no tiene más que unos poco cientos de años.

La masonería se define así misma como "un sistema peculiar de moralidad, velado por alegorías e ilustrado por símbolos". Ahora bien, el término moralidad en dicho concepto, contrario a lo que muchos masones hispanohablantes creen, no hace referencia directamente a normas de comportamiento, sino más bien a una forma teatral secular de finales de la edad media en la cual los personajes representan conceptos abstractos, como por ejemplo vicios o virtudes, lo cual es claro para un masón anglófono.

Con ello, podemos decir, de forma más clara, que la masonería es una forma teatralizada de enseñanzas morales donde las sensaciones, pasiones, sentimientos, vicios y virtudes interactúan con el hombre e, incluso en algunos casos, dialogan como si se trataran de seres vivos, con el objetivo de comprender y conocer la naturaleza humana y, principalmente, de que uno mismo se conozca. En la moralidad masónica, estos conceptos abstractos participan en la ceremonia llevando nombres, por ejemplo, de primer vigilante, segundo diácono, Hiram Abif, etc.

En su desarrollo, la masonería trabaja con elementos muy variados, tomados, principalmente, de los albañiles ingleses de la edad media, del cristianismo, así como también de diversas menciones bíblicas. Con el tiempo empezó a tomar prestado elementos caballerescos, judíos, musulmanes y cívicos. En todos los aspectos, solo con atribuciones simbólicas y alegóricas. Si bien muchos masones y no masones han dado orígenes remotos, ocultistas y mágicas a los mismos, incluso con un supuesto secreto para unos pocos elegidos, sin contar una mezcla algo extraña con viajes astrales, cábala, angeolología y/o, aunque sea sorprendente, ovnis, esto se ha debido a un entendimiento demasiado superficial de nuestra fraternidad, dejando de lado lo más importante: ser una mejor persona cada día adaptando los símbolos masónicos a nuestras vidas.

Advertencia histórica


En la actualidad no se conoce con certeza el origen de la masonería.

Con el surgimiento institucional de nuestra fraternidad, a inicios del siglo XVIII, se publicó la primera historia oficial de la masonería, la cual fue redactada por el Dr. James Anderson, un clérigo presbiteriano especialista en genealogías.

La narración de esta primera compilación limita más con lo fantasioso y legendario que con lo realmente histórico, pero estructurada con lo que en aquellos días se conocía de lo que podría considerarse historia universal y de los manuscritos masónicos medievales. El problema en ésto radica en que si bien esa forma de presentar históricamente a la masonería es de hace tres siglos, muchos hermanos y personas interesadas en la masonería siguen mostrando nuestra historia de la misma manera, sin considerar la gran cantidad estudios serios que se vienen realizando desde la segunda mitad del siglo XIX y, peor aún, mezclándolos con los tópicos más extravagantes existentes.

Este tema necesita ser tratado con seriedad y liberándolo de todos aquellos aspectos que confunden tanto a algunos hermanos como a personas interesadas en la masonería. Para ello es necesario precisar ciertas que deberían ser parte de la cultura general de todo masón.

La masonería no proviene de los templarios ni viceversa y su única relación con ellos nace con los grados caballerescos que se inventan durante el siglo XVIII; su relación con el rosacrucismo es similar. Así también, no existe relación alguna entre la masonería y el gnosticismo, tanto para el que existió en la antigüedad como para el que surgió en el siglo pasado. Sucede lo mismo con otras organizaciones y grupos que existieron y quienes a veces se le han atribuido el origen de la masonería.

La masonería, como una organización simbólica con un trasfondo similar al actual y de la cual se supone habríamos heredado secretos, símbolos y algún conocimiento místico, no existió en el antiguo Egipto, ni en Sumeria, ni en Fenicia, ni en Israel, ni en Grecia, ni en ningún pueblo de la antigüedad en ninguna parte del mundo. Incluso los collegia artificium romanos, a quienes muchos autores han mencionado como nuestros ancestros directos, habían dejado de existir, especialmente en Bretaña, mucho tiempo antes de la aparición de la grandes catedrales.

Si bien nuestro único vínculo con el pasado son los albañiles ingleses de la edad media, y muchas veces se ha dicho que las primeras logias especulativas habían trabajado antes como operativas, los últimos estudios apuntan a que el origen de nuestra fraternidad se encuentra desligado de todo nexo con alguna institución del pasado, es decir, fue una institución totalmente nueva cuando apareció. Al parecer, algunos gentlemen masons, masones caballeros en español, también conocidos como masones aceptados, crearon en algún momento del siglo XVII grupos con elementos tomados de la albañilería pero sin relación alguna con logias operativas. Ésto puede rastrearse en dos aspectos concretos: primero, en la desconfianza de los masones operativos escoceses de la logia de Edimburgo con la visita del Dr. John Theophilus Desaguliers en 1721 como Gran Maestro de los masones de Londres, y, segundo con el hecho que en Inglaterra existieron logias operativas hasta principios del siglo XX con un sistema organizativo, simbólico, de grados y ceremonial distinto a la masonería que nosotros conocemos.

Advertencia bibliográfica


Se ha escrito mucho en masonería. Existen una gran diversidad de libros y de autores, pero podemos agruparlos en:

-Enciclopedias
-Rituales
-Ceremonias
-Manuales
-Historia
-Biografías
-Antimasonería
-Publicaciones administrativas
-Tomos ilustrados
-Publicaciones periódicas

En cada uno de ellos los dos aspectos previamente mencionados (lo simbólico y lo histórico) han sido plasmados para una difusión masiva del conocimiento y contenido masónico.

Muchos libros masónicos contienen errores de interpretación, históricos, simbólicos, de personas, de nombres, e incluso de lo que significa ser masón, todo ello producto de un circulo vicioso de malas referencias bibliográficas que terminan produciendo documentos con poca veracidad o pobre calidad del contenido. En un proceso documental, se resumiría en datos erróneos que al interactuar entre sí generan información errónea y que al tener utilidad son un conocimiento erróneo.

Sin hacer este trabajo más extenso, publicaciones masónicas de calidad se encuentran principalmente en inglés y en francés, destacando las publicaciones anuales de la logia de investigación Quatuor Coronati No. 2076, de Londrés. En el mundo hispanohablante, las publicaciones de Víctor Guerra García son buenas para conocer la masonería de ritualística de tipo moderna y de Alberto Moreno Moreno sobre la de ritualística de tipo antigua, así como también son publicaciones de calidad las de la editorialMasónica.es.

Conclusión


La masonería es un campo en el cual la diversidad del contenido existente puede generar cierta confusión entre algunos hermanos, así como en personas ajenas y poco entendidas en el tema. Es importante al revisar algún contenido masónico tener una visión crítica y no dejarnos simplemente maravillar por lo que podamos encontrar pues no necesariamente puede ser verdad.

Hno. John Orrego

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