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NE VARIETUR, Primera Parte

(*)M:.R:.H:. Arturo Rivera del Pielago,
Past Gran Maestro
Gran Logia del Peru.

Muchas costumbres masónicas fueron establecidas para preservar los fundamentos de nuestra Augusta  Orden, sin embargo, hoy quedan pocas de aquellas originalmente practicadas. 


Las prisas o las conveniencias del modernismo desplazaron su uso en nuestras Logias, tal vez esa es la razón por la cual la cortesía, el respeto y la fraternidad en algunos Tall:. presentan graves fisuras en sus antes sólidas relaciones.




Es cierto que el progreso dejo de lado algunos usos y costumbres, por ejemplo, es común que en nuestros días las actas se redacten en computadoras, pero algunos masones de hoy somos tan románticos como nuestros ancestros, por eso preferimos honrar nuestros antiguos usos y mantener nuestras actas a buen recaudo protegiéndolas de cualquier indiscreción, eso es para recordar que, inclusive algunas decenas de años atrás, los nombres de los HH:. eran sustituidos por seudónimos para proteger la identidad de nuestros miembros, entonces expuestos a los rabia de sotanas, espadas y fusiles con que nuestra Augusta Orden tuvo que enfrentarse en esos tiempos.   




El tratamiento para los salarios era estricto y preciso, la educación masónica intentaba por todos los medios de incentivar la práctica de las virtudes…, o el conocimiento de ellas al menos. 




El éxito de nuestras Logias siempre dependió de la correcta selección de sus nuevos miembros, lamentablemente, hoy día se reciben individuos que solo traen dificultades y cuando no, vergüenza a sus Logias. Eso es porque la admisión dejo de ser selectiva para preferir las posiciones sociales o políticas de candidatos que no merecían el honor de pertenecer a nuestras canteras.




Es Bueno que las generaciones masónicas modernas conozcan estos mecanismos de protección, tal vez su práctica pueda ayudar a la cultura masónica de sus miembros así como al laborioso trabajo de pulir nuestras imperfecciones pétreas.




Trataremos de mencionarlos, analizarlos y sugerirlos para intentar rescatar esa importante tradición que identificaron las actuaciones masónicas de sus miembros en la sociedad del ayer,  al punto de poder recocerlos tan solo por su porte amable y sobrio proceder




Es natural que emanen preguntas y consultas ante esta propuesta, trataremos de absolverlas fraterna y directamente, agradeciendo además los aportes que sobre el tema quisieran hacernos llegar. A continuación partes de la propuesta que editaremos en dos partes.

Ne Varietur

.:.:.arturorivera




Es necesario entonces fortalecer la propuesta de la convivencia familiar,... sabemos que el modernismo arrebata nuestras preferencias, pero es importante insistir en mantener el diálogo directo y en fomentar aquellas tertulias que como en nuestro caso, dejaron inolvidables lecciones de amor, cuando en nuestros jóvenes momentos en casa, o en la paz de nuestras Logias, conocimos el ejemplo y la sabiduría de nuestros padres y de nuestros maestros.



Agosto 15 del 2014 e:.v:.


Mis queridos HH:.:


Nuestra apresurada y complicada vida nos está alejando más y más de la reflexión y del tiempo para nosotros mismos. Como si fuera poco, en nuestras nuevas prisas hemos asumido que primero son los extraños antes que nuestra propia familia.


Obedecemos a modernismos tecnológicos que nos han hecho indolentes con los nuestros pero muy solícitos con los demás.


Por ejemplo, en la nueva imagen familiar, es común ver a padres e hijos reunidos pero ausentes. Están juntos pero no hablan entre ellos. Cada quien sin embargo esta frenéticamente comunicado con otras personas a través de Facebook, textos, o tantas otras redes que han sustituido nuestras voces y nuestros afectos. Pienso que hasta era mejor cuando los padres no se atrevían a utilizar esas maquinitas, entonces se escuchaban sus protestas y los hijos obedecían a regañadientes.


Pero por necesidad o conveniencia, los padres también caímos en el uso vicioso de esos ahora insustituibles mecanismos.


Hay que aceptarlo, la modernidad intenta sepultar la bella costumbres del dialogo familiar, incluso esta desapareciendo la necesidad de la experiencia paterna, la que ahora está siendo inmisericordemente reemplazada por el sabelotodo de Google ¡así están las cosas!


Convengamos en que el nuevo sistema tiene un sustento económico basado en el uso cada vez mayor de ese “servicio”, eso convierte el problema en una pandemia cibernética imposible de combatir. La popularización de estos servicios no resulta tan mala, es innegable que el acceso al conocimiento es más tentador cuando se dispone de este tipo de medios, los resultados educacionales dirigidos así lo demuestran. ¡Enhorabuena por ello!


El problema podría presentarse en la interpretación del conocimiento no dirigido, pues mientras la información paulatina de un tema va creando en el individuo un criterio base que ayudara a definir el concepto, la información resumida de los servidores solo nos da una noción general, pero no un sustento. ¡Y ese es el problema!


Por ejemplo, es muy común que un simple comentario determine una opinión definitiva sobre otras personas. Buena o mala, esa opinión se establece solo como resultado de esa conversación, es decir asumen el comentario como cierto y graban en sus mentes, o un aplauso, o un rechazo. Por ocio o por comodidad, preferimos dar por cierta la información en vez de investigarla convenientemente.


Eso es debido a la tan peligrosa liviandad humana, la misma que sigue poniendo en la picota a los inocentes, o exaltando a los culpables.


De allí la necesidad de compartir e investigar esas opiniones y conceptos con los nuestros, antes de formarse una idea final.


Con los nuestros quiero decir, con nuestra familia, con nuestro entorno, o con nuestros maestros.


Es necesario entonces fortalecer la propuesta de la convivencia familiar, el incentivo del dialogo, el estimulo de la participación grupal, la necesidad de escuchar nuestras voces para alimentar nuestra familiaridad o nuestra hermandad y para excitar nuestra mutua confianza.


Sabemos que el modernismo arrebata nuestras preferencias, pero es importante insistir en mantener el diálogo directo y en fomentar aquellas tertulias que como en nuestro caso, dejaron inolvidables lecciones de amor, cuando en nuestros jóvenes momentos en casa, o en la paz de nuestras Logias, conocimos el ejemplo y la sabiduría de nuestros padres y de nuestros maestros.


Ne varietur HH:.

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