Resulta curioso que para la historiografía en general, los masones y la Masonería sean prácticamente ignorados en hechos trascendentes de los últimos trescientos años.
Así, por ejemplo, cuando se traza la historia de la Revolución Francesa, la Independencia de Estados Unidos o la liberación de las naciones americanas de la dominación española, nada se dice o solo se explica de manera fragmentaria la filosofía masónica y/o la presencia de masones en las filas que impulsaron esos cambios.
En nuestro país, los integrantes de la Primera Junta surgida el 25 de mayo de 1810 fueron todos masones salvo uno, catorce Presidentes de la Nación también pertenecieron a nuestra Institución, numerosos hombres públicos, entre ellos muchos de los médicos que lucharon contra la epidemia de fiebre amarilla –algunos ofrendaron sus vidas-, el acto en el que se selló la incorporación de Buenos Aires a la Confederación y tantas otras circunstancias son ignorados o soslayados en los programas de enseñanza secundaria, universitaria y en el propio Instituto del Profesorado.
Los historiadores de diferentes corrientes también participan de esa circunstancia.
Publicamos a continuación un texto que rompe esa hegemonía de silencio.
Es posible que a partir de ahora otros autores en este y otros países adviertan que sus análisis están incompletos y que la participación masónica puede dar luz a procesos y acontecimientos.
Nunca es tarde para una nueva mirada, el debate nos enriquece.
Acceder a la Nota en:
http://es.scribd.com/doc/54800097
Así, por ejemplo, cuando se traza la historia de la Revolución Francesa, la Independencia de Estados Unidos o la liberación de las naciones americanas de la dominación española, nada se dice o solo se explica de manera fragmentaria la filosofía masónica y/o la presencia de masones en las filas que impulsaron esos cambios.
En nuestro país, los integrantes de la Primera Junta surgida el 25 de mayo de 1810 fueron todos masones salvo uno, catorce Presidentes de la Nación también pertenecieron a nuestra Institución, numerosos hombres públicos, entre ellos muchos de los médicos que lucharon contra la epidemia de fiebre amarilla –algunos ofrendaron sus vidas-, el acto en el que se selló la incorporación de Buenos Aires a la Confederación y tantas otras circunstancias son ignorados o soslayados en los programas de enseñanza secundaria, universitaria y en el propio Instituto del Profesorado.
Los historiadores de diferentes corrientes también participan de esa circunstancia.
Publicamos a continuación un texto que rompe esa hegemonía de silencio.
Es posible que a partir de ahora otros autores en este y otros países adviertan que sus análisis están incompletos y que la participación masónica puede dar luz a procesos y acontecimientos.
Nunca es tarde para una nueva mirada, el debate nos enriquece.
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