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MISION DE LA MASONERIA

El fin inmediato de la masonería es la introducción de su adeptos en la fraternidad en todas sus manifestaciones y su aplicación;... su fin siguiente es el perfeccionamiento de sus integrantes; y el ulterior es la filantropía.

El simbolismo místico (místico, lo que une inefablemente a Dios y el alma). Del arte de la construcción, se utiliza para crear el ánimo de la investigación, ya que todo símbolo tiene una retórica, la cual hay que indagar... dejando en libertad de cada uno de sus miembros el derecho de llegar a conocer hasta donde su tiempo se lo permita.

Como arte tiene sus secretos, porque como toda disciplina requiere una progresión gradual del conocimiento, de ahí los grados necesarios para su total entendimiento.

Como la naturaleza de los hombres es en todos distinta, residen en unos individuos los elementos que no posee otro, por lo cual dentro de nuestra institución se crea nuestra perfección con la ayuda mutua, en todas las condiciones de la vida, de aquí el principio de la fraternidad. La fraternidad, se define como “unión y buena correspondencia entre hermanos o entre los que se tratan como tales”.

Un constituyente vital en el conocimiento de las cosas es el silencio, ya que éste es la base fundamental de la atención, y ésta... Descartes la considera como el acto mediante el cual el espíritu, toma en consideración un único objeto durante algún tiempo. Nosotros entendemos el silencio... desde tres puntos de vista: como respeto, como discreción y como punto de concentración.

Hablar de la misión de la masonería... es hablar del propósito para el cual fue creada nuestra institución... Es hablar de una preparación personal... Es hablar de las bases que los hombres debemos conocer para el mejor desarrollo de nuestra existencia, es hablar de tres propósitos:
Creer, conocerse y amar a la humanidad.

Primero, que debemos convercernos que tenemos una deuda con el Ser Supremo, como creador omnipotente, inmutable, eterno y justo.

Segundo, que debemos conocernos en cuerpo y alma, y que debemos reconocer un deber hacia nosotros mismos, e invertir nuestro tiempo en la superación personal, por medio del desarrollo de nuestras facultades, para que la gran luz del entendimiento ilumine nuestros cerebros y purifique nuestros corazones a fin de encontrar los senderos de nuestra propia superación.
Tercero, que vivimos en unión de seres semejantes, a los cuales les debemos agradecimiento y respeto... Porque sin ellos sería imposible el progreso, y lo más triste... sin ellos no existiría el amor, por tal motivo nuestros trabajos los dedicamos a ser mejores hombres, mejores padres, mejores hijos y mejores ciudadanos, todo en bien de la humanidad.

En el primer escalón... como enseñanza fundamental, la institución nos inculca, a comprender la existencia de un Ser Supremo, el cual nos creó a su imagen y semejanza, elaborando en nosotros la más trascendental de las creaciones, ya que nos dotó de todas las facultades que nos hacen los seres más importantes de nuestro mundo. Todo esto convence de ser deudores al G.·. A.·. D.·. U.·., de aquí nace la primera interrogante de todo iniciado: ¿Qué debemos al Ser Supremo?
Desarrollando esa creencia, debemos de empezar por comprender lo que es la virtud, y ésta para nosotros es “el dominio de nuestras pasiones”, pasiones que destruyen toda buena actuación de los hombres, y ella la virtud, nos conduce a eliminar nuestros vicios, porque el vicio es un hábito que pervierte nuestros instintos... por ende... nos destruye a nosotros mismos, y sin darnos cuenta también a nuestros familiares y amigos.

Se nos inculca a ser discretos, practicar la caridad, socorrer a nuestros hermanos física y moralmente... a aprender a gozar con moderación de los placeres de la vida.

Así el masón debe de poseer varios atributos o cualidades: ser fuerte, para soportar las penas y dominar sus pasiones... Debe poseer belleza... La belleza como manifestación del bien, como manifestación de lo verdadero, como perfección sensible y muy especialmente como perfección expresiva, para no ofender a nadie con nuestras palabras;... y con todo ello se crea un alma pura y noble con nosotros llamamos candorosa, y llena de sabiduría.

La conclusión de la primera etapa de la formación, es que debemos dudar, de lo que comprendamos por nosotros mismos, examinar profundamente lo que los sentidos nos dan a conocer, analizar y no admitir en nuestro ser lo que no esté debidamente comprobado, que todo coincida y esté dentro de la razón, entendiendo por ésta... la facultad intelectual que nos permite actuar acertadamente, distinguiendo lo bueno de lo malo y lo falso de lo verdadero.

El segundo escalón, es del conocimiento de nosotros mismos; se nos enseña a conocer nuestras facultades, ya que con ello las podremos activar en toda su potencia, principalmente el conocimiento de sí, con el cual pondremos en práctica nuestra conciencia, ya que ésta es el mejor y más elocuente auxiliar del hombre, porque le traza el camino por el que se puede llegar a ser útil a sus semejantes... labrando su propia dicha.. De todo esto nace la segunda interrogante de los iniciados: ¿Qué nos debemos a nosotros mismos?

Dijimos anteriormente que el simbolismo era misticismo, es lo que une a Dios y nuestra alma inefablemente, de aquí deducimos el significado de los instrumentos de trabajo, la igualdad, la equidad, la rectitud, la fidelidad, la filantropía, la fuerza, todo ello se produce en nuestro interior... en nuestra alma... El masón es un constructor simbólicamente, él construye con todas las herramientas posibles que le otorga la filosofía masónica; el edificio a construir es el templo de la sabiduría, pero ese edificio material, es emblemático de otro más sublime que es nuestra propia configuración y está formada de materia y de espíritu; el espíritu, es raciocinio, ese raciocinio que hará que nuestro cuerpo se desarrolle en forma armónica con nuestra alma, y esta, nos hará estar en armonía con nuestros semejantes; recordemos que la inteligencia manda y la materia ejecuta; logrando esto... nos llevará por el sendero de la sabiduría, siendo ésta “la disciplina racional de las actividades humanas y el mejor modo de conducirlas”. Platón decía: “La sabiduría, es la ciencia que preside las acciones virtuosas”. Aquí ciencia y virtud.
El alma, según los más altos contenidos de la filosofía, es la realidad más alta, el principio mismo que ordena y gobierna al mundo.

El espíritu, es el alma racional o el entendimiento en general, éste es el significado predominante en la filosofía. Vigilamos nuestro cuerpo, y en muy pocas o nulas ocasiones nuestro espíritu y el carácter, sin embargo son éstos los que el ajetreo de la vida desgasta más rápidamente; debemos considerar que así como existen métodos de cultura para fortalecer nuestro cuerpo, hay también métodos racionales de la cultura mental... para el sabio desarrollo de las facultades del alma.

Conociendo nuestras facultades, podemos saber cómo estamos constituidos, hasta dónde podemos actuar, aprenderemos a alimentarnos de una manera nutriente, aprenderemos hasta dónde podemos actuar sin hacer daño a nuestros semejantes sobre todo sin ofender a las personas que desconocen para qué fueron creadas... entonces... conoceremos de dónde venimos, para qué fuimos creados y hacia dónde vamos.

Para todo esto se requiere ser perseverante, y trabajar... Se nos dice buscad y hallaréis, la masonería es un tesoro, un tesoro que se tiene que encontrar, y para encontrarlo sólo se tiene un camino, el estudio... y desarrollando el ánimo de investigación, con esto llegaremos a entrenarnos en el campo de la ciencia y la virtud... y con ellas, encontraremos el tesoro, el que servirá para fortalecernos y poder vencer las penas nuestras y las de nuestros semejantes.

Estos conocimientos nos hacen retroceder un poco en nuestra existencia, hacer un alto en el camino y reflexionar y con ello... quitar de nuestro camino la mentira... y muy especialmente la envidia que es la madre de todos los defectos humanos... porque ella... nos venda los ojos, no nos deja ver que en el sendero de nuestra vida.. todos somos iguales y que debemos tener las mismas oportunidades; si esto se reconoce se termina con la envidia, que es una pasión desmedida, producto de la ignorancia... que hace que el “yo”... egoísta, trate de persistir sin mirar el daño que se hace con ejemplos deplorables y destructivos para nuestros semejantes; la envidia es uno de los promotores de los odiosos sofismas que tanto daño hacen a quien los predica (el sosfima es defender con muchos argumentos una mentira).

En el tercer escalón, el filantrópico o amor a la humanidad, es donde debemos comprender, para qué conocer y creer en un Ser Supremo; para qué desarrollar nuestras facultades. Aquí la institución en su misión final nos enseña: primero, conocer y proclamar la verdad... amarla y llevarla por nuestro camino como un sentimiento espiritual y concluye anhelando lleguemos a la inmortalidad.

Para poder proclamar la verdad es menester, saber comunicarse con nuestros semejantes (retórica, gramática y lógica), para comprenderlos y que nos comprendan lo que tratamos de decir, éste es el mejor acercamiento entre la humanidad. Así por medio de las ciencias universales (aritmética, geometría, música y astronomía), llegar a edificar la gran obra que nos marca la filosofía de la masonería “enseñad al ignorante”, así podemos verter el tesoro que nos han heredado nuestros antepasados en una forma gratuita (combatir la ignorancia).

Debemos de tomar precauciones de que al activar el desarrollo de nuestras facultades, no permitir que existan abusos muy comunes en el mal uso de la inteligencia, combatiendo a todo aquel tipo de personas que fingen lo que no tienen o sienten (desenmascara al hipócrita).
Otro de los problemas graves es la práctica de la inteligencia, es que las personas caen en una pasión desmedida por el poder, la gloria y la fortuna, misma que debemos combatir tan pronto como aparezcan en nuestra persona y en nuestros semejantes (abate al ambicioso).

Y concluyendo el trabajo masónico, en el anhelo por la inmortalidad podremos decir lo siguiente:
El procedimiento que describimos anteriormente, esto es, preparando nuestra alma con buenas costumbres, desarrollando nuestra conciencia, podemos demostrar que la materia cambia sin cesar de forma, eso es el estado natural del universo; sin embargo, el alma, en vez de transformarse como aquella, se fecunda y se perfecciona más y más, transmitiéndose de generación en generación y, por consecuencia, morir por una idea creadora, benefactora, no es morir, sino perder la forma para eternizarse al lado de los gandes bienhechores de la humanidad.

Que la inteligencia suma, instaure el pensamiento como una emanación que se desprende de nuestro cuerpo como idea de una obra inicial en beneficio de la humanidad; salir de la “oscuridad”; creer en un factor supremo... desarrollar nuestra facultad... acrecentar nuestra conciencia... nuestro pensamiento... nuestra inteligencia... vencer la envidia, la ignorancia y la ambición... transmigrar nuestra alma (metempsicosis) como ejemplo a las futuras generaciones, como tantos y tantos hombres lo han hecho... sería hacer efectivo el fin “non plus ultra” de la masonería...

INMORTALIZAR A SUS ADEPTOS.

ENRIQUE CHAPA MEJORADA

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