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A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo..... (Dios)

Señoras, Señoritas, Señores, Hermanas y Hermanos Espirituales, Miembros de la Gran Familia:

Vamos a permitirnos hacer una aclaración necesaria en estos tiem­pos de ansiedad y en este lugar donde va a deliberarse sobre el por­venir espiritual del mundo.

Se pierde en la noche de los tiempos la formación de una Fra­ternidad que quería ensayar elevar al Ser humano por encima de la condición humana habitual. Sería tedioso hacer la historia de esta Institución que buscó siempre formar Pensadores y Sabios.

Las pruebas por las cuales la Orden ha debido pasar le confiere hoy, en nombre de sus Mártires, autorización para tomar la palabra, y participar en gran parte en la restauración de los Principios Hu­manos según la Voluntad del Logos.

Lo que es conocido en nuestros días bajo la denominación de Francmasonería, hay que confesarlo, ha sido objeto de conjeturas sin examen, quizá en parte, por faltas cometidas por adherentes que no han sabido siempre conducirse como verdaderos H:. M:. y han entrado en la Orden más bien por buscar ahí un provecho personal y sin ninguna idea del papel que debían desempeñar en el mundo.

La Francmasonería es una Institución filantrópica, filosófica y progresiva que tiene por objeto el ejercicio de la beneficencia, el estudio de la Moral Universal, el análisis de las ciencias y la práctica de todas las Virtudes, pero ella fue a menudo mal servida por los miembros egoístas que discutían sus intereses personales y crearon así divisiones que son ay! demasiado conocidas!

Sin embargo, sería injusto discriminar una Orden que no sola­mente ha desempeñado un gran papel en la Historia sino que ha aliviado tantas miserias y producido a la Causa de la humanidad elementos, cuyo valor sería obvio citar y que ha contribuido a salva­guardar la especie humana.

Hay dos géneros de aclaraciones que hacer: la primera para el mundo profano y la segunda para los mismos H:. M:.

El gran público generalmente siente cierta dificultad cuando se trata de esoterismo, de ocultismo o de iniciación y por "Masonería" vislumbra inmediatamente una magia incalificable, porque el pueblo, ciego por el fanatismo, involucra inmediatamente asociación secreta con Masonería, y ésta, para mucha gente, no es ni más ni menos que la fuente de crímenes odiosos y prácticas de infame brujería.

Ya es tiempo que eso cambie en nuestro siglo de intelectualidad, lejos de ciertas épocas que prefiero no recordar...

Salir del dogmatismo no implica precisamente algo antirreligioso... Masón no quiere decir ateo, sino individuo que cree en algo más vasto; es un ser que busca, estudia y no quiere limitar su creencia a una concepción estrecha sin principios filosóficos; es un sujeto que in­vestiga acerca del perfeccionamiento espiritual a fin de darse cuenta de las Luces Reales para hacerse más útil a sus hermanos los huma­nos sin consideración de castas o de confesiones.

Luchemos con toda la energía que ha caracterizado a nuestros Hermanos Mayores de la antigüedad, nuestros Maestros Venerados e Ilustres Protectores.

Es justamente a actuar de esta manera que convido a todos los H:. M:.

La Orden Masónica se ha dividido poco a poco a través de los si­glos, a causa de la formación sucesiva de nuevos ritos, sin embargo, qué importa la manera de honrar al Gran Arquitecto del Universo, pues a pesar de la diferencia de rituales, no dejamos de ser igualmente H:. M:. y amantes de la Verdad.

He comido nidos de golondrinas, plato favorito de los chinos; he gustado el mechoui de Arabia; he encontrado muy buen sabor en el cuclillo de África del Norte; aún saboreo el queso indígena de la América Central y he almorzado con las arepas de maíz de Venezuela. En todas estas gentes había un hábito diferente de nutrición. Así mismo el alimento masónico puede ser asimilado por el espíritu, en forma de Rito Escocés, de Rito Francés, o Misraim, etc.

Es necesario en fin, comprender que no hay masones irregulares, pues pertenecer al Rito de Menfis, hacer parte de la Institución Swedenborg o del Rito de York es siempre hacer parte de esa Gran Fa­milia que de todas maneras está organizada por una Dirección Supe­rior con Mandato Esotérico. Es a este Consejo Mundial al que debe­rían volver todas las Logias que han suspendido no solamente sus relaciones con él, sino aun "cortado" también el lazo sagrado de los Santuarios.

En fin, recordemos cierto viaje simbólico en que aparece una ban­derola con los nombres de cuatro célebres filósofos: Solón, Sócrates, Licurgo y Pitágoras, y en lugar de perdernos en una liturgia desva­lorizada por la incomprensión, restablescámonos en el trabajo, para reconstruir el Templo de dimensiones universales.

Recordemos nuestro deber y primera virtud de nuestra Institución: la tolerancia. ¿Cómo podemos permanecer sectarios en nuestras Lo­gias, en nuestros ritos o aun en nuestra Orden entera? Es necesario que nuestra obra rebase los límites mismos de la Francmasonería, que seamos los primeros en demostrar nuestra entera liberalidad vi­niendo en ayuda de cualquiera, no importa su condición, no importa si se trata de masones de la misma Logia, del mismo rito, o aun com­pletamente extraños a la Masonería, si no ¿cómo podremos probar esta superioridad con la cual nosotros hacemos valer nuestro título de Iniciado?

Si abrimos los ojos al gran público olvidando el descrédito que flota a menudo sobre nuestra célebre institución fraternal, dando un poco de más valor a aquellos que llevan el noble título de H:. M:. habré llevado a este Congreso nuestra piedra necesaria en la funda­ción de las primeras columnas simbólicas para edificar Templos de virtud, de tolerancia y de paz.

Mensaje del I:.V:.G:.M:. Serge Raynaud de la Ferriere
(Comunicación leída en el Congreso Internacional de las Fuerzas del Espíritu, en París, 25 de Mayo de 1949)

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