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MASONERIA y CORRUPCION

M.'.R.'.H.'.
Pablo Ernesto Urrutia Huaman
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Past Gran Maestro
G:.L:. del Centro del Perú
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Sumamos nuestra responsabilidad frente a la institucionalización de la corrupción, que por ser un acto inmoral que afecta no solo el cuerpo social, sino intelectual del país, nos compete por tratarse de uno de los principios que la Orden declara. Apresurémonos en ordenar la casa, terminando con la inmoral esotérica de la Ord:. para luego reasumir nuestra obligación frente a la comunidad, con el papel ético ejemplar a que estamos comprometidos, por nuestros principios: Así, como para el medico es combatir la enfermedad; para el abogado, defender el derecho y la inocencia; para el político, trabajar por el bienestar del ciudadano; para el masón, es desempeñarse con toda corrección en todos los campos del quehacer social, combatiendo el engaño, la mentira, el fraude, la politiquería partidaria y divisionista. Orientemos a nuestros hermanos de la comunidad, para que se protejan de los falsos evangelizadores que proliferan y se enriquecen con su ingenua buena Fe.

La masonería sostiene como pilar fundamental un sistema moral, para el ordenamiento de la sociedad. Enseñanza Orgánica de Moralidad. Eso, no lo hemos inventado nosotros, son principios de una institución en la que: "Hemos sido aceptados como resultado de una silente y permanente evaluación, en respuesta a nuestra solicitud de ingreso"; ese régimen nos da cierta autoridad moral para servir de ejemplo, Cuando descuidamos nuestra integridad, somos los primeros en tomar la iniciativa de retiramos o rectificamos.

El primer objetivo de trabajo de nuestra orden, somos nosotros, los HH:. masones, quienes ofrecemos el testimonio del ordenamiento moral con que se debe conducir la comunidad. La institución, desde los foros donde actúan los HH:. MM.-, tienen que luchar por insistir en la necesidad de moralizar la justicia; la administración; la política y los negocios; actuando con lealtad, honradez y sencillez.

Exijamos se dicte en los colegios una ética social que guíe, mas allá del alcance de la Ley por ser esta, hábilmente escamoteada por la viveza criolla. "Ningún trabajo honrado fabrica ricos a corto plazo". Que el niño y el joven entiendan que el ordenamiento social se rompe y altera, no solo con la violación de la ley, sino también con la violación de las normas morales que rigen en la sociedad, donde muchas veces se disfraza lo malo como legal y lo bueno como malo, arte con el cual nos engañan a moros y cristianos y no los alcanza el brazo de la Ley.

Desde la cátedra universitaria, sin que importe la asignatura que se dicte, hay que insistir en la ética de las profesiones y la ética en el ejercicio profesional. El estudiante universitario debe estar consciente que sus estudios obedecen a pautas íntimamente vinculadas con el desempeño dentro de la comunidad. El profesional, debe también aceptar que su actividad esta regida por regias que si bien carecen de coerción legal, no escapan a la sanción de la opinión publica. El industrial, el comerciante, el financiero, saben y lo admiten que no todo lo que es beneficioso para ellos es bueno para el organismo social, y que las malas practicas, por mas que eludan de sanción legal, son condenadas por la sociedad, por lesivas para la moral, invistiendo al infractor como un tramposo sin escrúpulos ni dignidad.

Como se ve, la tarea no es fácil. Es que nunca lo ha sido. Orientar al que no sabe, así como aprender del estudioso para transmitir al iletrado, es un postulado masónico, y la crisis que agobia a las instituciones de nuestro país, radica en buena parte, a la falta de ilustración y de consistencia moral, de la que se debe dar testimonio en todo nuestro entorno. Allí tiene la masonería su amplio y vasto campo de acción. Por ello volvemos a insistir: "Tratemos de corregirnos, poniendo de manifiesto en todas nuestras actividades publicas, privadas y sociales, las mejores cualidades y actitudes, frente a una sociedad desconcertada, que por ahora, con justificación, nos critica". Recuperemos la confianza, siendo inflexibles con nosotros mismos, hasta demostrar que un masón: "Merezca ser considerado como un ciudadano Honorable".

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