SEBASTIÁN DÁVALOS, HIJO DE MICHELLE BACHELET, Masón, socialista y metalero, el cientista político ha sido un importante asesor en las negociaciones de libre comercio con los países asiáticos. A casi un año del gobierno de su madre, él hace su propio balance, revela sus planes de matrimonio y habla del duro aprendizaje que ha asumido por ser un bachelet.
Parte de una larga entrevista al hijo de la Presidente de Chile donde dice:
"Tengo alma de milico"
Sebastián Dávalos no conoció a su abuelo, el general de la Fach Alberto Bachelet, detenido tras el golpe militar y fallecido de un infarto cardíaco en la Cárcel Pública en 1974. Pero, si se mira bien, Dávalos tiene mucho de él. "Creo ser una persona que transa muy poco con los valores de la equidad y la justicia. En todas las acciones que a mí me chocan y me parecen injustas, trato de actuar".
–¿Un justiciero?
–Me gustaría ser una especie de justiciero, pero no se puede –ríe–. Mira, me molesta mucho la gente que no respeta las leyes del tránsito. Si existiera una especie de policía civil que pudiera sacar partes, yo lo haría. Tengo alma de milico.
Esa última frase, "tengo alma de milico", la repetirá varias veces en esta entrevista. Lo hace, por ejemplo, cuando habla de su afición al paintball. Juega en Noviciado, su tropa se llama Vizcachas, su nombre de combate es Diezzel y luce varias heridas de guerra, que no son más que moretones producto de los impactos de las bolas de pintura en el cuerpo. "Siempre me ha gustado la cuestión militar", reconoce.
A diferencia de muchos de su generación con una historia similar a la suya, Dávalos no tiene problemas en reconocer que no guarda rencor contra el Ejército y que la muerte de Pinochet no le provocó ningún sentimiento de alegría.
"Me sorprendió. Nada más. Pero me habría gustado que no tocara en este gobierno –ríe–. Me acuerdo que ese día me llamó un periodista para preguntarme si había destapado champaña, ¡pero cómo se le ocurre que iba a hacer eso porque se muere alguien! Pinochet podría haber sido todo lo malvado que uno crea, pero no tanto como para desearle la muerte. Lo único que yo deseaba era justicia. Me dio lata que se muriera sin que haya sido juzgado, y eso habla muy mal de Chile".
Tal como en su tiempo lo fue el general Bachelet, Dávalos pertenece a la masonería: "En las cartas que dejó, mi abuelo pone muy claro el sentimiento familiar hacia la masonería. Pese a que lo expulsaron de allí, para él los valores de la logia estaban por sobre las personas
que la conducían".
–¿Por qué ingresó?
–La decisión la tomé yo y a la primera persona que le informé fue a mi abuela. Mi mamá me preguntó si estaba seguro, y nada más. Ella me dijo que le parecía muy bien. Cuando me ofrecieron ingresar, no tenía idea, no me interesaba, pero en un momento descubrí que mi búsqueda de la verdad y del yo interior nunca se iba a saciar en el mundo común y corriente. Por más libros que leyera, no iba a encontrar la respuesta que estaba buscando. Y entonces pensé en la opción.
Chile: El H:. SEBASTIÁN DÁVALOS, HIJO DE MICHELLE BACHELET
domingo, febrero 18, 2007