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El Q:.H:. Jose Ingenieros un pensador de nuestros tiempos.

Q:.H:. DRACO
AA:.MM:.
GRAN LOGIA MIXTA DE CHILE
R:.L:. RENACIMIENTO Nº 13
ORIENTE DE CONCEPCION


"Los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de dónde vienen; los hombres geniales y pueblos fuertes solo necesitan saber a dónde van."
José Ingenieros



Introduccion

Comienzo esta plancha de arquitectura, con esta frase de José Ingenieros, para adéntranos en la genialidad de este ilustre hombre, que con el poder de la palabra escrita ha forjado el pensamiento filosófico moderno, e iluminado las virtudes morales y sociales que el individuo a su juicio debe poseer.

José Ingenieros (1877-1925) polémica figura intelectual latinoamericana de fines del período de transición entre los siglos XIX y XX. Desde muy joven su interés se centró en la ciencia, a la que abordó no de una manera superficial y fragmentada, sino con permanentes cuestionamientos sobre sus fundamentos. No obstante el no haber sido un filósofo profesional, sus afirmaciones siempre resonaron en el ambiente específico de la filosofía. Sus obras aún siguen concitando el interés tanto del lector profano como del académico, lo que indica una vigencia fáctica en el panorama cultural y filosófico.

Ingenieros cultiva diferentes facetas que van desde la: psiquiatría, criminalistica, psicología, además de bromista, historiador, ensayista, poeta, crítico, en suma un maestro. Excelente lector, e infatigable autor, ha dejado páginas para todos los gustos posibles. Notablemente informado de la ciencia de la época, que sintetizo en su producción. La influencia que ejerció en el plano científico fue más por las instituciones y publicaciones creadas por él, que por su contenido teórico, más por su actitud infatigable, que por sus conceptos. Aún cuando presenta perspicaces inferencias (algunas corroboradas luego), y la necesidad de explicarlo todo de acuerdo al modelo biológico (biologicista), dejó la ciencia con escasas respuestas, y sin discípulos de valía.

Curiosamente muchos que se consideraron sus alumnos y seguidores no retomaron nunca sus enseñanzas.

Sin duda el tiempo, no nos alcanzaría QQ HH para profundizar a fondo sobre la obra tan rica y diversa de José Ingenieros, pero tratare de trazar en esta plancha, las partes más fundamentales y primordiales con el fin último de provocar algún interés en estudiar en forma particular la obra de este pensador.

Desarrollo

En realidad, José Ingenieros no desarrolló especialmente una antropología filosófica, es decir una teoría sistemática del hombre, pero a través de sus textos se puede leer entre líneas o extrapolar referencias que esclarezcan los conceptos que manejaba acerca del tema. Su idea acerca del hombre se encuentra presente en casi toda su obra, en los capítulos que expone su cosmovisión, es decir el conjunto de opiniones y creencias que conforman la imagen o concepto general del mundo que tiene una persona, época o cultura, a partir de la cual la interpreta su propia naturaleza y la de todo lo existente. Una cosmovisión define nociones comunes, que se aplican a todos los campos de la vida, desde la política, la economía o la ciencia hasta la religión, la moral o la filosofía.

José Ingenieros a partir de las corrientes filosóficas imperantes en la época (determinismo, biologismo darwinista, psicología experimental y positivismo) discurre que la realidad material evoluciona constituyendo estadios o “especies” diferenciados por su complejidad atómico-molecular, entre los cuales la materia viviente es uno más. De la misma manera, pensaba que dentro de la materia viva, el hombre no poseía particularidades ontológicas (ciencia que estudia la esencia del ser) exclusivas que lo distinguieran básicamente de los demás seres vivientes: “El hombre es un ser viviente, nada más; la vida asume en él manifestaciones intrincadas, pero sin escapar a las leyes generales de la biología” (Ingenieros, 1918). A la reducción de lo biológico a un simple estado específico de la materia siguieron la reducción sociológica y psicológica a lo biológico.

Los productos culturales, incluidas la economía y la moral, que estudió en psicología, no serían sino mecanismos biológicos desarrollados por el dinamismo adaptativo orientado a la conservación de los individuos y de su comunidad.

En lo relativo al desarrollo de las comunidades humanas, con base darwinista y formulada en el contexto de la antropología de su tiempo, el autor reconoce la preponderancia del factor racial. Según él, las razas inferiores se extinguirían y darían paso a las superiores, las que, gracias a sus mejores dotes, podrían intuir mejor las necesidades emanadas del curso de la evolución y adaptarse más ventajosamente. Critica el gusto de las clases populares por la literatura folletinesca, sus danzas, sus canciones y concluye que las clases pobres constituyen una verdadera raza atrasada del medio en que viven.

Esta posición aristocratizante no es solo producto de una época, sino también de las ideas políticas imperantes.

En De la barbarie al capitalismo (1898) sostiene Ingenieros que los grandes acontecimientos históricos son una consecuencia necesaria de las condiciones en las que tienen lugar y que la participación individual del hombre es contingente. Para él, no son los individuos, con su genialidad o su voluntad, los que desarrollan la historia. Sin Colón, por ejemplo, se hubiera descubierto América, porque la situación económica de la época estaba dispuesta de una forma tal para forzar el acontecimiento.

En el plano psicológico, ya había sentado las bases de su biologismo en su libro, La simulación en la lucha por la vida, en el cual sostenía que: “Las más complejas operaciones elaboradas por el cerebro humano, no son sino el perfeccionamiento alcanzado por funciones progresivamente desenvueltas en la serie animal. El ‘alma’ de los metafísicos es un perfeccionamiento de funciones inherentes a la sustancia viva, el protoplasma; la memoria, por ejemplo, encuéntrense en forma progresivamente complicada, desde la ameba hasta el hombre”.

Ingenieros se ocupa muy bien de justificar la posibilidad de su idealismo recurriendo a la historia, que en su devenir nos presenta las tendencias de cada epoca. En efecto, los hechos testifican esta advertencia coincidente con el espíritu inquebrantablemente positivista del filósofo, según el cual los datos y no las ideas deben sustentar a éstas, pues toda idea que no derivara de datos caería en el dogmatismo.

Pero no se trata de aceptar los hechos sin interpretar la trabazón que los relaciona u ordena.

En El hombre mediocre, que es seguramente la más difundida de sus obras, y junto con Las fuerzas morales (1925) y La evolución de las ideas argentinas (1918) integra el grupo de las que más han perdurado en el tiempo, Ingenieros sostiene la posibilidad de lo que se podría llamar un idealismo realista, fundado en la experiencia. Ese idealismo de la experiencia sería la anticipación de nuevos estadios cada vez más perfectos del proceso evolutivo de la realidad.
HH.: realizaré un alto, en este profundo texto filosófico que es El Hombre Mediocre (publicado en Madrid 1913), que se dedica a analizar los ideales del hombre. Si bien fue escrito hace 94 años atrás, el planteamiento sigue vigente: ¿hay lugar para el que quiere soñar? ¿Debemos abandonar todo y perseguir nuestros sueños? ¿Dónde está la medida justa entre los dos polos?

Hace patente la necesidad de la individualidad, la no masificación, para así resaltar las cualidades de la espiritualidad.

Realiza un intensivo análisis del hombre, casi una radiografía, que abarca desde las distintas posturas filosóficas, hasta las distintas etapas de la vida humana. Analiza también distintos tipos de genios y sombras, llevándonos a definirnos con qué figura nos identificamos y a cuál aspiramos.

José Ingenieros, nos afirma “La función capital del hombre mediocre es la paciencia imitadora; la del hombre superior es la imaginación creadora”

En nuestro hoy ¿Qué elementos situaciones, acciones o palabras podrían tipificar un ser “mediocre”? El solo término mediocre suena despectivo, peyorativo y coloca al que lo recibe en un lugar del que difícilmente tendrá salida, pues sus falencias no son materiales sino espirituales. Un ser mediocre es alguien sin voluntad para cuestionarse, pensar y decidir por sí mismo, decidir en conciencia; pero es capaz de cuestionarse rápidamente el valor, la posición, el esfuerzo y los logros de quienes escalan peldaños que les permite avanzar buenamente, sin valerse de engaños ni servilismos..

En nuestra sociedad, al mediocre se le conoce como el “chaquetero”, típico ser que tira para abajo a quien se atreve y logra romper cercos que lo atan a la mediocridad.

Sin duda HH.: esta obra, es un tratado moral sobre la virtud y el idealismo que perduraran en el tiempo. Seguirá siendo leída por generaciones de personas, que recurrirán a ella para comparar y elegir el camino a seguir ante la carencia de respuestas y la decadencia moral que sufre la sociedad producto de la falta de comprensión ante la diversidad de la especie.

Conclusión

He presentado a Ingenieros en su faceta de científico, filosofo, sociólogo, psicólogo, en suma como pensador de su tiempo, No lo he percibido como un ser ideal, sino como un hombre real, actuando en su época, promoviendo ideas que tuvieron el valor de hacer pensar a una sociedad donde las diferencias de las clases sociales eran muchísimo más marcadas y se vivía en la conmoción que produjo la Primera Guerra Mundial.

El pensamiento de José Ingenieros y sus planteamientos dan claves para que el masón se transforme, en un ser reflexivo capaz, de encontrar respuestas a sus interrogantes, entendiendo que forma parte de un todo y que ese todo debe ser armónico, que puede luchar y vencer las limitaciones que lo sujetan a la mediocridad para que así una vez vencidas se llegue a ser un Maestro Constructor.

Los planteamientos teóricos al transformarse en acciones puedes llegar a ser legados permanentes en el tiempo, siempre y cuando estén revestidos de bondad, sean realizados en el momento oportuno y se entreguen con la generosidad de un ser evolucionado.

1. Aunque había nacido en Nápoles, Italia, llegó a la Argentina a muy temprana edad, adoptando esa nacionalidad. Estudió medicina. Realizó una vasta obra como médico alienista, neurólogo, psiquiatra y docente. Cultivó además diversas disciplinas, apasionándose por la historia y la filosofía, adhiriendo a la escuela por entonces dominante en el área rioplatense: el positivismo, que ya estaba en retirada en Europa. La obra de Ingenieros tuvo enorme trascendencia y fue considerado un maestro de la juventud.

2. Técnicamente, la ontología es el estudio del ente en tanto que ente; o en términos más sencillos, el estudio del ser. Ente es todo aquello que tiene ser: los objetos físicos, los psíquicos, los meramente imaginados o pensados... La ontología estudia los seres en la medida en que participan del ser, igual que la biología estudia los seres vivos pero en la medida en que tienen vida. Es la disciplina filosófica más importante. Las dos cuestiones fundamentales de la ontología son en qué consiste el ser y cuáles son los seres o géneros de seres más importantes.

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