Ejemplo 1
Una corta historia ...
Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas.
Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo agarraban a palos.
Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos.
La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera.
Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fue sustituido.
Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas.
Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería: "No sé, las cosas siempre se han hecho así aquí..." ¿te suena conocido?
No pierdas la oportunidad de pasar esta historia a tus amigos, para que, de una o de otra manera, se pregunten por qué están golpeando... y... por qué estamos haciendo las cosas de una manera, si a lo mejor las podemos hacer de otra.
Ejemplo 2
Frank Koch, narra la experiencia de un paradigma en "Proceeding", la revista del Instituto Naval: "Dos acorazados asignados a la escuadra de entrenamiento habían estado en maniobras en el mar con tempestad durante varios días.
Uno estaba de guardia en el puente cuando caía la noche. La visibilidad era pobre; había niebla, de modo que el capitán permanecía sobre el puente supervisando todas las actividades.
Poco después de que oscureciera, el vigía que estaba en el extremo del puente informó: "Luz a estribor" "¿Rumbo directo o se desvía hacia popa?", gritó el capitán.
El vigía respondió "Directo, capitán", lo que significaba que nuestro propio curso nos estaba conduciendo a una colisión con aquel buque.
El capitán llamó al encargado de emitir señales. "Envíe este mensaje: Estamos a punto de chocar; aconsejamos cambiar 20 grados su rumbo".
Llegó otra señal de respuesta: "Aconsejamos que ustedes cambien su rumbo 20 grados".
El capitán dijo: "Conteste: Soy capitán; cambie su rumbo 20 grados". "Soy marinero de segunda clase (respondieron). Mejor cambie su rumbo 20 grados".
El capitán ya estaba echo una furia. Espetó: "Conteste: Soy un acorazado.
Cambie su rumbo 20 grados".
La linterna del interlocutor envió su último mensaje: "Yo soy un faro"
Luigi Valdes
"Es más fácil desintegrar un átomo que un pre-concepto"
Albert Einstein.
Para lograr resultados diferentes... es necesario desafiar sus paradigmas.
H.·. Jorge