Por Julio Carlos Pacheco Girón
Gran Maestro
Gran Logia Constitucional del PERU
La mayor extensión del territorio nacional es, sin duda, nuestra Sierra, con innumerables riquezas naturales y culturales; sin embargo, ahí tenemos los más altos índices de pobreza y extrema pobreza; existe un sinnúmero de estudios y diagnósticos realizados por diversas instituciones nacionales y privadas preocupadas por la problemática y cruda realidad.
El Estado cuenta con el Ministerio de Agricultura con diferentes programas y proyectos especiales como Incagro, PETT, PSI, Marenass, Pronamachcs, PMAAP y organizaciones públicas descentralizadas, como INIA, Inrena, Inade, todas ellas con técnicos, profesionales y programas, con autonomía en sus funciones. Se duplican acciones y esfuerzos. Se podrían alcanzar mejores resultados si se articulasen sus experiencias, trabajos y estrategias, todos unidos con un solo objetivo: la lucha contra la pobreza, ágil, rápida, superando normas, trámites paralizantes y burocráticos, indiferentes sin mística ni corazón, muchos de ellos sin mayores responsabilidades.
En un trabajo por el Perú para poder superar la pobreza extrema es urgente constituir un organismo de emergencia contra la pobreza andina, cuya responsabilidad sea la coordinación, articulación y agilización de todas las entidades del Estado vinculadas con la misma problemática (ganadera, agraria, artesanal, etcétera), en la lucha contra la pobreza, preocupación del Presidente de la República.
Esto es preciso para poder atender rápidamente los requerimientos sociales que no pueden esperar que la problemática continúe siendo observada y estudiada, sin ninguna solución inmediata y nuestros campesinos, pequeños ganaderos, alpaqueros y otros trabajadores productores andinos continúen viviendo en extrema pobreza. El asesoramiento técnico, facilitación de créditos agrarios y otros, todo unido, ¡se dé ya!, para evitar el aprovechamiento de los agitadores del resentimiento, de los seudocomunistas sin brújula que ahora, con aportes económicos de la dictadura de Chávez, mal informan en ferias y plazas de nuestros pueblos andinos.
Las Instituciones deben sintonizar la preocupación del presidente Alan García, para poder ejecutar unidas y responder al impulso del desarrollo rural y la planificación territorial ejecutando las agendas agrarias para la Sierra, elaboradas tomando como base los diagnósticos de sus propias realidades.
Sierra Exportadora, proyecto social productivo para atacar la pobreza desde sus raíces, impulsa cadenas productivas para la exportación de productos agropecuarios andinos, articulando actividades para el impulso de la artesanía, joyería, pequeña minería (mármoles), turismo andino; todos estos proyectos constituyen un eje de acción en busca de mejores mercados, mayor rentabilidad para los campesinos y para los productores organizados, con asesoramiento tecnológico en el marco de un plan de negocios, a lo que deben incorporarse las comunidades más pobres con sus productos nativos.
Para poder concretar estas propuestas y hacer realidad las esperanzas del desarrollo rural es indispensable que Sierra Exportadora cuente con la participación comprometida de todos los organismos del Ministerio de Agricultura, productores organizados del campo, comunidades, gremios agrarios, artesanos, dirigentes y autoridades de las regiones. Todos unidos contra la pobreza andina.
Quienes luchamos junto a Víctor Raúl Haya de la Torre en calles y plazas por los campesinos de los Andes del Perú profundo queremos que las preocupaciones del presidente Alan García en la lucha contra la pobreza en la Sierra peruana lleguen pronto, con carreteras, irrigaciones, postas médicas, viviendas dignas, escuelas con profesores responsables y capacitados, apoyo económico no solo en comida para sobrevivir sino pequeños capitales para trabajar, semillas, abonos a precios justos, apoyo técnico para mejorar la producción agropecuaria, artesanal, etcétera.
La problemática de la Sierra del Perú debe declararse en emergencia con metas y objetivos realizables a corto plazo en la lucha contra la pobreza.
Necesitamos de peruanos con sensibilidad humana, con espíritu de servicio comunitario, hombres y mujeres con mística, con iniciativas en su acción, sin burocracia lenta y retrógrada, para poder vencer la miseria, el hambre, la impotencia, que originan resentimientos sociales aprovechados por los agitadores arribistas que en vez de trabajar por ellos, únicamente su propósito es llevarlos a la convulsión social, al caos, con huelgas, paros, toma de carreteras, destrucciones de bienes públicos y privados, generando malestar social y desprestigio internacional del Perú que avanza.
