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Debatieron los vínculos entre San Martín y la masonería

ENIGMA. SAN MARTIN, MASON. DIEGO WALDMANN

CHARLA DE FELIPE PIGNA Y RODOLFO TERRAGNO EN UN CENTRO DE ESTUDIOS MASONICOS

Pigna analizó el mito sanmartiniano y Terragno, la relación con los masones a lo largo de su vida.

Por: Juan Manuel Bordón

(ARGENTINA)Pese al encanto de una soleada tarde al aire libre, decenas de personas se agolpaban frente a un edificio con un compás y una escuadra en la fachada. La convocatoria tenía varias atractivos, desde el recuerdo de la figura de José de San Martín, reconvertido en ícono televisivo en los últimos meses, a la presencia del senador Rodolfo Terragno y el historiador Felipe Pigna, los conferencistas invitados para hablar sobre la relación del prócer con la masonería. También pesaba -y mucho- la curiosidad por saber qué hay detrás de unas puertas que habitualmente están cerradas al público.

La conferencia San Martín: Influencia de la masonería en el gen argentino se celebró el martes en el templo del Palacio Cangallo (J. D. Perón 1242), sede de la masonería argentina. Entre el público -oficinistas de traje, parejas de jubilados y hasta algún joven con equipaje de mochilero- había ansiedad por ver qué se ocultaba detrás de la cortina roja que tapa la entrada al templo. Tampoco faltaba el comentarista espontáneo que aseguraba que todos los presidentes argentinos, hasta 1930, habían sido miembros de la masonería. ¿Sería cierto? Difícil probarlo, como es difícil probar la pertenencia de San Martín a alguna de las logias.

DISCUSION. COORDINADOS POR RICARDO ROMERO, HABLARON EL HISTORIADOR PIGNA Y EL POLITICO TERRAGNO. DIEGO WALDMANN

Justamente por allí comenzó la intervención de Terragno, que si bien aceptó que hay pruebas del estrecho vínculo entre San Martín y la masonería, sigue siendo una "historia con algunas lagunas". Su relato empezó lejos de América. "Esta historia empieza con la invasión francesa de la península ibérica, con Inglaterra preocupada por detener el avance de Napoleón en Europa, pero también queriendo evitar su traspaso a América. En ese contexto crece la importancia de una organización supranacional como la masonería", explicó Terragno, que trazó un itinerario de coincidencias entre el prócer y las organizaciones masonas. En 1811, San Martín viaja a Londres, donde entra en contacto con liberales masones como Simón Bolívar y Francisco de Miranda. Al año siguiente, San Martín pide permiso al ejército real para abandonar España rumbo a Lima, un viaje que lo vinculó con las actividades de la Logia Lautaro, que en 1812 se reunía por primera vez en Buenos Aires. "Todo estaba entrelazado. San Martín pide permiso para ir a Lima, no a Buenos Aires, mientras en Buenos Aires se juntaba una logia que según algunos investigadores quería decir 'expedición a Chile', una expedición cuyo destino final sería Lima. No hay pruebas de que San Martín se iniciara en la masonería, pero al menos debería aceptarse su fuerte vínculo".

Si Terragno, el político,

optó por una exposición erudita que se centró en los testimonios y los agujeros documentales, el historiador Felipe Pigna impuso un tono mucho más político. Habló sobre la construcción, desde 1930, de un San Martín funcional a los intereses del nacionalismo católico argentino. "En el XIX, el prócer de la historia argentina era Rivadavia, no San Martín. El fue muy maltratado por los liberales por negarse a reprimir a los caudillos federales, se lo acusó de haberse robado el Ejército de Los Andes incluso". Según Pigna, el quiebre llega en la década del 30, cuando aparece con toda su fuerza el poder militar argentino, con su ideología nacionalista y católica detrás, y hay un proceso de reconversión de los íconos. "El nuevo ícono es un San Martín al que se le bajan los niveles de liberalismo y eso está ligado con la negación del trasfondo masón. Se lo despega de todo el contenido político para mostrarlo como un militar católico. La operación es muy clara, hay que ver los momentos en que se evoca su figura: en los 30, en los 50 y en el 78, cuando Videla dice que él lleva adelante un gobierno sanmartiniano. Sin embargo, hay un solo hecho que da por tierra con el paralelismo de Videla. Mientras que San Martín fundaba bibliotecas y escuelas, la dictadura militar quemaba libros".

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