R:.H:. José Luis Gálvez Sillau, Past Venerable de de nuestro Taller(R:.L:.S:. Víctor Raúl Haya de la Torre No. 143/Valle de Lima - Oriente Peruano), nos dejo hace muy poco, y hoy ocupa su lugar en el Oriente Eterno.
Por el R:.H:. Carlos Iván Tantaleán Rojas
Past V:.M:. del la R:.L:.S:. Víctor Raúl Haya de la Torre No. 143
Existen hechos en la vida de los seres humanos cuando dejan honda huella, imborrable en la memoria. Y sentimientos, marcas indelebles.
Al honor que le debo a mi Madre Logia de haberme iniciado en el duro camino del reencuentro con la luz, debo agregar, con eterno agradecimiento, el haberme dado la oportunidad de conocer a un gran hermano. Su nombre, José Luis Gálvez Sillau.
Maestro, en toda la extensión de la palabra, las interrogante de José Luis, nunca inquisitoriales, menos atemorizantes, eran si una forma original de despertar inquietudes para investigar distintos campos del conocimiento. Sus atinados comentarios llenaban nuestros espíritus, no de temores sino de optimismo por la vida. E influenciaban, siempre lo harán, en nuestra forma de entenderla.
En su hogar, en incontables oportunidades, los hermanos departíamos con el, largas tertulias en la que intercambiábamos ideas, informaciones y conceptos, en los que generalmente coincidíamos en el amor que nos inculcan a los MASONES, por la verdad y la libertad.
Hoy EL, que tanto dio, ya no esta entre nosotros. Es innegable el enorme vacio que se siente en el Oriente de nuestra Logia. Y, sobre todo, en el corazón de todos y cada unos de los hermanos.
Su risa franca, su defensa inquebrantable de sus verdades y su profundo amor a una causa de sacrificio como es la MASONERIA, perduraran para siempre entre los que conocíamos y entre los que escuchaban hablar de EL en el futuro, ya como una leyenda humana.
Mientras escribo estas líneas lo que escucho decir, “cuidado Ivancito, la Masonería no es para sectarios, es para hombres libres, por eso se fundo la LOGIA VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE, para ser un instrumento de defensa y conquista de la libertad”.
Hermano PEPE LUCHO, has cumplido con creces con el lote de trabajo que el Gran Arquitecto del Universo te encargo. Ser maestro de juventudes, un portador de la antorcha que llena de luz la oscuridad de la ignorancia.
Gracias, una y mil veces, por habernos permitido ser tu hermanos, por habernos dejado escucharte, haber caminado juntos a nosotros una larga parte del camino de la vida y habernos ensenado a no temer al futuro.
Adiós hermano, esperamos tu retorno con las alegría de saber que otros algún día verán en ojos nuevos la belleza de tu alma.
Fuente: REVISTA DE LA R:.L:.S:. Víctor Raúl Haya de la Torre No. 143– LA CADENA – Pág. 21-22
