Según resultados del estudio hecho por Grupo Telefónica en siete países. Sostienen que estamos a tiempo de asegurar su uso adecuado y positivo.
Por Bruno Ortíz Bisso
Si tiene hijos entre 6 y 18 años, es probable que ellos estén inmersos en el mundo de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (NTIC): conectándose en Internet, usando videojuegos o teléfonos celulares e incluso a través de la misma televisión. Sin embargo, ¿sabe usted realmente cómo usan sus hijos estas tecnologías? ¿Sabe usted cuál es la valoración que le dan?
Con la intención de resolver esas preguntas y satisfacer esa necesidad de información, el grupo Telefónica y la Universidad de Navarra presentaron ayer el primer estudio “La generación interactiva en Iberoamérica: Niños y adolescentes ante las pantallas”, realizado en siete países de la región, incluido el Perú.
“El objetivo principal es fomentar y promover el uso responsable y seguro de las NTIC por los niños y adolescentes. Para ello necesitábamos conocer cómo utilizan las cuatro pantallas (de Internet, del celular, de los videojuegos y de la televisión) y saber cómo las valoran”, explica Manuel Echánove, director general del segmento residencial de Telefónica Latinoamérica.
ARRIBA LA RED
Para el estudio se hizo encuestas a más de 90.000 estudiantes, pero se usaron 25.467 para la muestra considerada en la investigación.
En los resultados generales se muestra que el 45% de los niños de 6 a 9 años elige Internet frente a la televisión. En el grupo de 10 a 18 años, el 54% prefiere Internet y el 28% la televisión. La preferencia es, principalmente, porque se multiplican las posibilidades de acceso, de generación de contenidos y de comunicación con quienes tienen su misma edad.
Sin embargo, también se perfila un futuro dominado por el celular. Solo un 20% de los encuestados afirma apagarlo solo cuando se va a la cama; el 53% lo usa para jugar, el 43% lo usa para hablar, y el 26% lo usa para enviar y recibir mensajes de texto.
EN EL PERÚ
En nuestro país los chicos prefieren más Internet (51,1%) que la televisión (35,4%), pese a la baja penetración de conexiones.
La mayoría navega en el colegio y en cabinas los fines de semana. Usan Internet para juegos en red, compartir contenidos (a través de redes sociales) y buscar contenidos educativos y culturales. Sin embargo, los jóvenes peruanos reconocen que tienen bastante libertad para consultar contenidos en línea. Cuando hablan con sus padres sobre el tema, el motivo más frecuente es el tiempo de consumo. La navegación suele ser en compañía de un familiar o un amigo.
Si se les pide elegir entre Internet y el celular, gana el segundo por 47% contra 40%.
El 56% de peruanos señala haber tenido acceso a un teléfono celular a partir de los 12 años. La mayoría lo usa para jugar.
Se destaca que los niños y jóvenes de 10 a 18 años apagan el celular para estudiar, y el Perú aparece como uno de los países con más restricciones en su uso en el ámbito escolar.
Sobre los videojuegos, uno de cada cuatro chicos tiene estos aparatos. Entre ellos, se trata de una experiencia compartida con amigos. Los juegos más requeridos son de aventura y deportes.
Finalmente, los jóvenes peruanos reclaman un consumo social de la televisión, pues el 57% de los encuestados aseguró preferir verla en compañía.
El 51% reconoce no haber discutido nunca con sus padres acerca de algo relacionado con la televisión.
La importancia de guiar a los niños
La Universidad de Navarra participó en el proceso de recopilación de datos. Su representante en el proyecto, Fernando García, sostiene que el Perú está en una situación muy interesante, pues al no haber generalizado el uso de algunas tecnologías los adultos deben tomar el protagonismo como formadores de los jóvenes.
“Si somos capaces de transmitir mensajes de cuidado sobre el uso adecuado de las tecnologías, conseguiremos que los menores las utilicen para lo positivo. Por eso, estar algo retrasados con respecto al resto de la generación interactiva en la región les da la ventaja de observar lo bueno y lo malo que se ha producido en otros ámbitos, y sacar provecho”, señala.
García sostiene que es tarea del adulto (padre o profesor) acompañar al niño en su proceso de maduración. “El niño no puede hacer todo lo que quiera, sino solo lo que le conduzca a desarrollar actitudes buenas. En ese proceso los padres y los educadores deben guiar, no ahogarlos recortándoles la libertad con un control exhaustivo y una prohibición absoluta. Hay que darle al niño buenos argumentos y luego dejar que desarrollen su criterio”, explica.