Por el H:. Luis A. Cruz Espinoza
Oriente del PERU
Los motivos invocados para fundamentar esta disertación y recuerdos, ponen de manifiesto y evidencian la conducta generosa, observada siempre por mi persona, en el concierto Fraterno de la Comunidad Masónica, mi sincero y profundo agradecimiento al H:. Luis Cruz Portugal, al H:. Fernando Calderón Gonzales de la Resp:. Logia Cruz Astral No. 12; H:. Arturo Álvarez Garay de la Resp:. Logia Excélsior No. 9 del OR.: de Lima - Perú.
Me presento ante esta tribuna para ocuparme, en breve y escueta disertación del inagotable tema de: "La Amistad" trazado que lo ofrezco como un mensaje de agradecimiento.
LA AMISTAD
Culto de todos los tiempos y de todos los pueblos es la Amistad. Culto practicado bajo diversos aspectos y rendido con distintos grados de intensidad afectiva.
Los Griegos, maestros incomparables del simbolismo, la personificaban en una joven vestida de blanca túnica, desnuda la cabeza; apoyada en una mano sobre un pequeño olmo, herido por el rayo y a cuyo tronco se enroscaba una vid cargada de racimos. Y con la otra mano se señalaba el corazón. Alegoría en la que el olmo representaba el infortunio, que la amistad no teme. Y la vid la dulzura de los consuelos que en la amistad se encuentra. En los tiempos heroicos y legendarios es el lazo que une a los compañeros de armas. Ejemplo de ella es la amistad que liga a Patroclo y Aquileo, "el de los pies ligeros", cuya cólera terrible, despertada por la muerte de Patroclo a manos de Héctor, " el del casco palpitante " canta Homero en " La Ilíada”. Pasa a ser después el sentimiento que une a los compañeros de estudio y diversiones.
Diógenes de Laertes, en su obra "Vida y doctrinas de los filósofos de la antigüedad", nos dice que Empedocles, filósofo de Agrigento, admitía la existencia de cuatro elementos: Fuego, agua, tierra y aire, a los cuales agregaba a la amistad que une y la discordia que separa; y cita de el esta frase; "Cuanto la amistad reúne todas las cosas y obliga a predominar la unidad; tanto por el contrario la discordia divide y separa los elementos”. Para Heráclito de Esfeso, la amistad es el elemento que une los contrarios. Platón, sin embargo de rechazar tales teorías, inspira en ellos sus diálogos morales. El Banquete o del Bien, Lysis o de la amistad, Fedro o del Amor. El filósofo ateniense distingue tres aspectos de la amistad: natural, social y de simple hospitalidad. La primera es la de los animales. La segunda, resulta de las uniones personales y no debe nada al nacimiento. Ejemplo de esta, es la amistad de Pilades por Orestes, perpetuada en la leyenda, a través de los siglos.
Y la tercera tiene por base las relaciones con los extranjeros, o el comercio epistolar. Aristóteles no admite que la primera, la natural, sea común a los animales; sino que la considera propia a los racionales; pero el odio debe dejar lugar a la amistad. Los estoicos la tienen por una afección depurada, la que en su forma perfecta no pertenece más que a los sabios. Y los epicúreos la explicaban como una afección social, un signo de egoísmo de esfera superior. Pitágoras cuya escuela fue el plantel de virtuosos legisladores y varones ilustres asevera Diógenes de Laertez en la citada obra, no despreciaba la oportunidad de símbolos para que al instante se hiciera un compañero y amigo. Hasta nosotros han llegado, como anejo fruto de su sabiduría estos dos símbolos relativos al tema que nos ocupa: "No tiendas la mano con ligereza". "No habites bajo el mismo techo con las golondrinas”. Cuyo sentido es, respectivamente: Ten reserva en las amistades. No tengas amigos inconstantes.
En la Roma Antigua y pagana, heredera de la civilización griega, alegóricamente estaba representada la amistad por una joven vestida de blanco traje, coronada la cabeza de mirlos y flores de granado, teniendo en la mano derecha dos corazones encadenados y señalándose con la mano izquierda el pecho, abierto hasta el corazón en el que se leía: " de cerca y de lejos”.
Sobre la frente estaba escrito "invierno y verano"; y en la franja de su túnica escritas estas palabras: "La muerte y la vida”. Marco Tulio Cicerón, tan claro filosofo como brillante orador en su libro de la amistad, inspirado en la que hubo entre Publio Escipion, el africano, y Cayo Lelio y sus compañeros de estudios y juventud, Filo, Mumio y Rutilio, realza la excelencia de la amistad en estos términos:..."no se otra mejor cosa fue dada por Dios inmortal al hombre, sacada de la sabiduría ..." y pone de relieve sus beneficios cuando dice: "La amistad muchas cosas necesarias y provechosa tiene: donde quiera que te vuelvas esta presente; nunca te falta, nunca es inoportuna, nunca es molesta. Aunque no usamos tan comúnmente del agua, ni del fuego, ni del aire (como dicen), en mas lugares que de la amistad..." (Versión castellana de Francisco Thamara.- 1774 - Valencia).
Durante las persecuciones al Cristianismo por los Emperadores de una Roma anarquizada y decadente aparece una forma de la amistad, hasta entonces desconocida: una fraternidad naciente y acrisolada por el dolor y sufrimiento. Efluvio maravilloso, conforta y enardece el corazón de los cristianos que moran en las semioscuridades de las catatumbas; de los que yacen en las zahúrdas de los circos, y llenos de fortaleza espiritual rinden la vida en aras de un nuevo credo de fe, hecho verdad en el calvario de las Amarguras por el Maestro de Nazaret.
En el caliginoso mundo de la Edad Media coexisten formas típicas de la amistad: repárese aquella "amistad de armas" que unía a los guerreros de la Grecia homérica. Pero se presenta con un manifiesto carácter social. Es practicada por los caballeros andantes como eludible obligación, jurada con la solemnidad de un ceremonial. Tiene noble finalidad: la de ayudarse mutuamente en toda ocasión; defenderse contra todo y contra todos. Es la llamada " fraternidad de armas”. Es, a no dudarlo, punto de partida de las Ordenes de Caballerías. Es fraternidad y socorro. Es amistad y caridad. Y practicada como sagrado deber, es noble virtud en los andantes y esforzados caballeros medievales.
Otra forma singular de la amistad es la que liga estrechamente en el trabajo paciente y creador, en la continuidad secular de una sabiduría constructiva, trasmitida por comunicación, conservada y mantenida por el secreto inviolable. Es de carácter gremial. Fraternidad que une a los maestros constructores que, con paciencia y saber magníficos, levantas las mas hermosas obras de la arquitectura religiosas, bizantina y romántica; la mas bellas catedrales del arte gótico, en la que las masas y estructuras parece que lucharan con la pesadez, en una ansia infinita de liberación y materialidad.
Durante el siglo XVIII, en la Francia y en la España de los Borbones, estuvo muy de boga la llamada "amistad estética”. Flórese en las reuniones sociales en la nobleza en la que eran obligados concurrentes, brillantes poetas, profundos filósofos y notables hombres de ciencia. Y aquí y allí recibían los favores de aquellos mecenas, en recompensa de los deleites espirituales brindados por los óptimos frutos del arte y de la ciencia. Amistad de pura complacencia, era también cultivada por personas que frecuentaban los sitios de recreo y de negocios.
Sin embargo en el siglo de las luces, el siglo XIX, a decir de un tratadista, el concepto de verdadera amistad apenas se veía implantado, en el viejo continente. En la América Colonial, en las labores de independencia, es hermosa fraternidad.
Practicada como noble virtud al servicio del ideal común de libertad, liga, solidariamente a los patriotas en el ambiente recóndito de las logias. Toma la alegre forma de la complacencia "amistad estética" para disfrazar las reuniones de conspiradores de alto rango social. Se presenta con el brillante arnés de la "fraternidad de armas" para unir y defender contra todo y contra todos a los esforzados caballeros, que en los campos de batalla luchan con denuedo por la noble causa de la independencia americana. Pasados los anos de las epopeyas libertadoras y consolidadas las jóvenes repúblicas empieza a florecer y predominar en todas las actividades de la vida la "amistad de los negocios ", circunstancial y utilitaria, afable y social.
Cuando en un trazo como en el que estoy delineando se sigue el trillado camino de las citas y referencias históricas, se corre el riesgo de caer fácilmente en pesada erudición. Y en el presente caso, corro el riesgo de que me venga como anillo al dedo, el pensamiento del terrible ironista Bernard Shaw, que reza así: "El erudito es un hombre que no tiene nada que hacer y mata el tiempo estudiando. Guardaos de su falsa erudición: es mas peligrosa que la ignorancia”.
Y aunque ninguno de vosotros no va admitir que no tenga nada que hacer, si podéis, y aun debéis temer al hombre que mata el tiempo preparando encubrir la ausencia de la suya, por un hombre que no tiene nada que hacer. Debo, pues, finalizar mi disertación; además estoy fatigando demasiado vuestra atención.
La Amistad Masónica.
Siendo la Francmasonería un sistema de moralidad, especial, propio y exclusivo de ella, no le interesa el fenómeno psíquico en si, como tal; la amistad como simple manifestación de un sentimiento afectivo; sino el sentimiento social de la amistad; su praxis y el fin útil y benéfico para los adeptos a la orden.
Como sentimiento social, es el lazo espiritual de solidaridad entre los masones. La dedica principal atención en sus enseñanzas porque es punto básico de su filosofía y piedra angular del templo de fraternidad, la que exalta y propugna. Instruye en su praxis recomendando se practique con la fidelidad inquebrantable del deber y la constancia rigurosa de la virtud. Porque la amistad que podemos llamar " amistad masónica " no es otra cosa que la "amistad moral" la mas noble forma de la amistad propiamente dicha. Porque por ella justamente apreciamos en el amigo - al margen de las diferencias sociales, económicas y intelectuales - solo a la persona unida a nosotros por un vínculo espiritual y moral. En cuanto a su finalidad, sabemos los iniciados, que solo por la amistad, practicada como una virtud, lograremos percibir los benéficos resultados que nuestra instrucción nos ofrece como madre abnegada y generosa.
Pero la amistad moral, que por antonomasia la he llamado amistad masonica, cuando es practicada exclusivamente por masones, no es propia ni exclusiva del mundo masónico. La encontramos en el agitado y multiforme mundo profano. Asimismo, entre masones median y se practican diversos matices de la amistad. Pero la que se recomienda como una virtud y a de practicarse como un culto en el recinto de la Logia, es la "amistad moral”.
Si para los caballeros andantes del Medioevo, amistad y caridad, fraternidad y socorro, fueron las dos nobles virtudes que dieron prestancia a las Legendarias Órdenes de Caballeros. Amistad y Beneficencia son las delicadas virtudes que le dan excelencia a nuestra vieja y Augusta Orden. Y estabilidad, armonía y belleza al Templo de la Fraternidad, morada secular de la amistad.
FRASES:
- "Quien es incapaz de amistad más tiene de vestía que de hombre"
- "Solo los buenos sentimientos pueden unirnos. El interés nunca a forjado uniones verdaderas"
- "La amistad es una fraternidad en su sentido mas elevado"
- "La amistad verdadera sabe de placeres que nunca podrán gozar las almas mediocres"
- "Quien tiene un amigo verdadero puede decir que tiene dos almas"