Por el M:.R:.H:. Francisco S. Espinoza Orrego, 33°
Gran Maestro de la Muy Respetable
Gran Logia del Norte del Perú
Si revisamos el Diccionario de la Lengua Española editado por la Real Academia Española, en su vigésima segunda edición, encontramos que:
ETICA: Es una expresión que según su etimología proviene de la voz latina:
ETHICUS, que significa: RECTO o CONFORME A LO MORAL.
LA ETICA, tiene varias acepciones o significados:
- Si se trata de una PERSONA HUMANA o NATURAL, esto es el hombre o mujer común y corriente, aún no profesional; se entiende por ETICA:
- La persona que estudia o enseña la moral.
- La parte de la Filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre.
- El conjunto de normas morales que rigen la conducta humana. Vivir éticamente o actuar con ETICA, es practicar permanentemente esas normas morales que hacen de nuestra vida diaria un modelo de civismo para nosotros y demás personas con las que alternamos en el día - día.
- Si se trata de una PERSONA PROFESIONAL, hablamos ya de LA ETICA PROFESIONAL y si se trata de un estudiante, que ha iniciado el camino para convertirse en un Profesional, debe entenderse por ello:
Que, de la manera en que actúe el profesional de ahora o de mañana, en cuya formación jugó y juega un papel muy importante su hogar (que es la primera escuela de toda persona, donde los padres con mucho cariño cuidan que sus hijos e hijas se desarrollen con valores) y luego con los estudios doctrinario teórico-prácticos desarrollados en el Colegio primero y luego en la Universidad, con responsabilidad, le permitirá primero como estudiante y luego como profesional, empresario, hijo, padre de familia, et., establecer una línea de vida ética, con predominio del cumplimiento y ejercicio de los valores morales y sociales, propios de la comunidad local, regional, nacional y mundial en que estamos inmersos. Que además, nuestra Orden propicia, impulsa y mantiene.
En la mencionada Escala de Valores que deseo recordarles en esta oportunidad, podemos destacar entre otros los siguientes valores: actuar con decencia, nobleza, generosidad, sinceridad, verdad, equilibrio emocional, responsabilidad, etc. haciendo docencia con cada acto nuestro para consolidar el prestigio de nuestra logias y generar un ambiente de auténtica fraternidad dentro de ellas y en todas las actividades que se desarrollen cada tenida, en todo el año y en todos los años de su existencia.
Entendiendo que la Masonería es un sistema peculiar ilustrado por alegorías y velado por símbolos.
Que en Masonería sólo tienen cabida las conductas éticas y morales de las personas que integramos las columnas de las logias masónicas, que son las entidades formadas por toda la membresía en actividad y que dan vida a las Grandes Logias, cuando se unen a sus similares.
De la manera en que las personas humanas que gracias al misterio de la ceremonia iniciática, previa la adecuada selección, nos convertimos en masones, nos hallamos en condiciones de iniciar una nueva etapa de nuestras vidas; etapa que debe estar marcada y definida por un propósito sincero de ser mejores cada día.
Esta mejoría o pulimento de las aristas de nuestra personalidad y carácter, debe mostrarse en cada acto de nuestra vida en logia y fuera de su recinto, al estar en contacto con nuestra familia, con nuestros compañeros de trabajo, de barrio, etc.
Conducta ética y moral que debe traducirse en actos tangibles de auténtica generosidad, de comprensión y tolerancia permanente por los hermanos mayores, para que evidencien sus progresos como queda expresado, al entender que todos somos como humanos seres imperfectos, que merecemos afecto y que nuestros errores o las apreciaciones equivocadas que percibimos a veces de nuestros hermanos es materia de análisis sereno, aún cuando “sus conductas nos parezcan justamente reprensibles”.
Se gana más con un consejo que con una o más expresiones altisonantes, frente a un hecho que nos puede parecer negativo y que de repente no lo es, por que con ello se rebela intolerancia, tal vez mucha arrogancia, intemperancia, ligereza en la apreciación de los actos de los demás y que muchas veces hasta existe desconocimiento de los hechos que generan las acciones aparentemente erróneas o equivocadas de un hermano, pero que realmente no lo son.
Con actitudes de juzgamiento ligero y expresiones descomedidas y sin respetar el lugar en que se produzcan hechos que juzgamos con apresuramiento, sin tener en cuenta el nivel que ocupa cada masón en la institución, por el cargo que desempeña, antigüedad y grado, con lo cual no sólo se falta a nuestra institución, sino también a los hermanos que asisten a la logias semanalmente buscando el remanso de la comprensión y fraternidad, frente a las tensiones diarias.
Hermanos vivamos mejor cada día de nuestras vidas, COMO SI FUERA EL ÚLTIMO e irradiemos AMOR FRATERNAL, néctar, esencia y razón de ser de la Orden Masónica, lo demás dejémoslo en casa.