El debate sobre la presencia de símbolos masónicos en el mausoleo de los Jardines Victoria continúa abierto. Tenga o no que ver con esta organización, el monumento es un emblema del enorme poder de las familias nobles en la sociedad canaria
Uno de los lugares más atractivos de La Orotava es, sin lugar a dudas, el que conocemos con el nombre de Jardines Victoria o del Marquesado de la Quinta Roja. Están situados en pleno centro de la villa y se componen de un conjunto de siete terrazas escalonadas adornadas por fuentes, plantas y caminos rematados en su parte superior por un pequeño edificio de mármol blanco. Si nos acercamos podremos distinguir una construcción prismática de esquinas achaflanadas decorada con columnas corintias adosadas, una puerta de metal negro en la que se ha calado una representación del árbol de la vida, una corona y la letra griega omega. En el dintel de la puerta un nombre: Diego Ponte del Castillo. Encima de éste tres coronas funerarias y más arriba aún un escudo nobiliario.
Sorprende la existencia de un monumento a todas luces funerario en el centro del casco urbano de La Orotava. Para entender los misterios que encierra este conjunto patrimonial hay que conocer los hechos que condujeron a su construcción.
Diego Ponte, nacido en 1840, era hijo de una de las familias más nobles y acaudaladas de la isla de Tenerife. Ostentaba el título de marqués de la Quinta Roja y era, además, un conspicuo miembro de la Logia Masónica Taoro, de la que llegó a ser Venerable Maestro. Por su condición de masón mantuvo frecuentes discusiones con los clérigos de su época, lo que hizo que, tras su fallecimiento en 1880, se le negara el enterramiento en el cementerio católico de la villa. Su madre, Sebastiana del Castillo, encargó como desagravio la construcción de este conjunto en una de sus fincas.
A través del médico y botánico palmero Víctor Pérez González se puso en contacto con el arquitecto francés Adolphe Coquet, asimismo masón, y le encargó el mausoleo. Éste, que fue diseñado y esculpido en Lyon, estaba ya levantado en su lugar en 1882, aunque hasta 1884 no se finalizaron los trabajos completamente.
La primera imagen que tenemos de los jardines es un grabado que data de 1888 y que se publicó en La Ilustración Española y Americana con motivo de una exposición de jardinería celebrada en La Orotava. En esta imagen apreciamos, igual que en otra fotografía antigua, la existencia de un templete rematado por una cruz céltica que coronaba el pequeño edificio y que hoy no existe.
El edificio no fue jamás utilizado como tumba, pues previamente se solventaron los problemas con la Iglesia. Pero hasta nuestros días se ha mantenido vivo el debate acerca de la simbología masónica que pueden encerrar tanto esta estructura como los jardines.
En la descripción que aparece en la resolución de 2003 del Gobierno de Canarias por la que se incoa expediente de declaración de BIC, se dice que "los Jardines Victoria constituyen un ejemplo singular de jardín simbólico, único en Canarias y España" y se hace una pormenorizada relación de los elementos simbólicos que se hallan en el recinto. Se ha llegado a hablar de los jardines como una síntesis cultural y se han identificado las siete terrazas con los chakras de energía de la tradición india.
El profesor de la ULL y posiblemente el mejor experto en temas masónicos de Canarias, Manuel de Paz, cree que el panteón diseñado por Coquet sí tiene carácter masónico, pero no los jardines. Según De Paz, este hecho se puede apreciar en la presencia de las columnas del grado 18 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, así como de la escalera misteriosa y otros elementos destacados del grado 30 o Caballero Kadosch, y la cruz céltica que coronaba el monumento perteneciente al mismo Rito.
No obstante, en el año 2005 José Manuel Rodríguez Maza y Nicolás González Lemus niegan en el libro Masonería e intolerancia en Canarias: el caso del marquesado de la Quinta Roja, el carácter masónico tanto de los jardines como del panteón. Para los autores, apoyándose en fuentes documentales inéditas, no estuvo nunca en la mente de la madre del marqués levantar un mausoleo de simbología masónica, sino una tumba en la que fuera enterrada su familia.
El debate continúa abierto. En el centro de La Orotava sigue en pie un monumento que no sabemos a ciencia cierta qué significado último posee, pero que constituye un emblema del enorme poder de las familias nobles en la sociedad canaria a lo largo de nuestra historia y de la presencia de la masonería en nuestra isla.
Fuente: http://www.loquepasaentenerife.com/ocioycultura/12-07-2009/elmausoleomasnicodelaorotava