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«La fraternidad masónica busca la Verdad»


ADOLFO CABEZA, DIPUTADO DE LA
GRAN LOGIA CONFEDERADA DE ESPAÑA
Adolfo posa investido con símbolos masónicos que'transcienden su significado normal y evocan ideas morales e intelectuales'./J. M. LÓPEZ

La Masonería, cuyos orígenes podrían rastrearse hasta el antiguo Egipto y más allá pero que para muchos surgió de la reunión de los hombres libres que fueron los albañiles, los canteros, los carpinteros del Medievo, a los que luego se les unirían gentes que no trabajaban con sus manos sino con el intelecto, ha sido caldo de cultivo de las revoluciones más hermosas y temida por los dictadores más crueles (recuerden la conjura judeo-masónica con la que Franco atemorizó al país durante 40 años). Fieles al lema universal de Liberté, Egalité, Fraternité, en Gipuzkoa existen cuatro logias: Altuna Berri, Mozart, Stella Maris y Guipúzcoa Fraternidad. Ésta se rige por el Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

- El objetivo es imposible

- ¿Por qué?

- ¿Y si la Verdad no fuera Única? ¿Y si fuera Inalcanzable?

- Pero es que nuestro objetivo no es encontrar la Verdad sino buscarla. Y aunque acaso también ese afán sea imposible, por lo menos nos marca una camino, una dirección magnífica en la que cada masón puede progresar como ser humano y puede contribuir al progreso de los demás. De hecho, tras haber trabajado en los talleres, esas reuniones en las que exponemos cientos de asuntos que puedan llevarnos más adelante en nuestra investigación de la verdad, solemos despedirnos con una frase que vendría a decir que no debemos guardarnos para nosotros lo que nos ha enriquecido esa tarde: Prosigamos fuera lo que hemos iniciado dentro.

- ¿Quién puede ser masón?

- Un jardinero, un presidente de los Estados Unidos, un taxista, un gendarme francés.

-Todos menos Franco.

- Según qué Franco.

- Ah, claro. Ramón, el hermano aviador, el rebelde, lo fue.

- Y cuentan que Francisco, Paquito, Caudillo, Dictador, pidió por dos veces ser admitido. En Larache.

- Se le negó la entrada. De ahí, pataleta de rechazado, lo de la conjura judeo-masónica.

- Posiblemente. Aunque también podría ser porque necesitara echar mano de un enemigo del que no se sabía nada y no tenía rostro. Quedaron pocos masones en España tras la Guerra. De hecho, se juzgó como tales a más gente de la que nunca había habido en las logias.

- Era también el masón un enemigo que traspasaba todas las fronteras, inaprehensible.

- Claro, porque la Masonería o es Universal o no es Masonería.

- Queriendo significar eso...

- Que está abierta a personas de todas las razas y creencias, exigiendo a tods ellas y en todos los rincones del planeta la tolerancia, que es garantía de libertad.

- Algo que se exigió igualmente a Mozart a Goethe, a Allende, para poder ser masones.

- Es también requisito de todos los miembros de las logias guipuzcoanas ser personas libres y de buenas costumbres.

- No es fácil ser una persona libre en este mundo.

- Cierto, y precisamente por eso, es lo que este mundo necesita: hombres y mujeres con criterio propio, que no tengan que aferrarse a la última opinión escuchada al último tertuliano de una TV. Seres humanos capaces de pensar y actuar.

- Lo de las buenas costumbres suena, si me permite, a manual antiguo de urbanidad.

- Desecha el tono moralista que puede desprenderse de la expresión. Buenas costumbres entendidas como llevar una vida honrada y practicar la justicia.

- ¿Me cuenta eso tan hermoso de Washington y su jardinero?

- Dicen que cuando salía al jardín, el hombre que cuidaba las plantas saludaba al héroe de la Independencia Americana diciéndole, como era lógico, «buenos días señor Presidente».

- Pero lo curioso era la respuesta de Washington: 'Buenos días, Venerable maestro'.

- He ahí la prueba de que nadie es más que nadie en la Masonería. Washington merecía el respeto de su jardinero porque era el Presidente de los Estados Unidos pero debía reverencia a aquel trabajador pues era el Venerable maestro de la logia a la que pertenecía, como compañero, el mismo que había redactado la Constitución de América.

- Ser Venerable maestro ha de ser el honor máximo.

- ¡Cuidado! El ego acecha, rampante. Por eso se recomienda que quien ha sido Venerable asuma después la función más humilde en la logia, la de Guardián del Templo: portero.

Fuente: Diario VASCO

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