¡VOLVIMOS!
Visitenos en nuestra nueva dirección web
FENIX-news Desde 1992

“La masonería no tiene nada que ocultar y sí mucho que ofrecer”


Jorge Clavero ocupa el cargo máximo al frente de la institución masónica. Llegó a la ciudad para festejar el 175º aniversario de Constante Unión, la logia más antigua en funciones. Habló de las luchas contra los dogmatismos y a favor del uso de la razón.

Con motivo de festejar el aniversario de la Logia masónica Constante Unión Nº 23, llegó a la ciudad un centenar de iniciados en esta aún misteriosa fraternidad. Encabezó la celebración el Gran Maestre de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones, Ángel Jorge Clavero. En una entrevista exclusiva con este medio, contó los pormenores de una historia que fustigó la libertad de pensamiento y la lucha contra los dogmatismos.

De valores, vínculos políticos y sociales, la masonería argentina mantiene pese a los años sus ideales fundacionales y, en esta nueva gestión, encara una política dirigida a borrar los prejuicios sobre sectarismo y elitismo.

“Desde sus inicios y hasta la actualidad, los masones mantenemos los ideales de libertad, igualdad y fraternidad. Esta institución trabaja en todas las cuestiones que tienen que ver con el ser, el conocer y el valer. Pero fundamentalmente es axiológica, defiende los valores de solidaridad y cooperación, siempre tomando al hombre en el centro de la escena. Es eminentemente laica y libre pensadora”, resumió el Gran Maestre a La República.

Resaltó una característica fundamental en tiempos de globalización y mediatización de las problemáticas sociales y políticas. “La masonería no acepta verdades reveladas, es una institución que busca perfeccionar al hombre a sabiendas de que la verdad no la conocemos, la buscamos, y lo hacemos a través de la razón. No conocemos otro método en la búsqueda de la verdad que no sea la razón”, explicó.

—¿Por qué se habla siempre de una asociación estrecha con la política?
—En primer lugar, la masonería no trabaja en forma institucional en la vida de los pueblos, no es como los partidos políticos que salen a las calles. Muy por el contrario, en sus templos o talleres de ideas trabaja para mejorar al hombre, para que sea mejor ciudadano y con ello lograr mejorar la vida política de los pueblos.
Pero se trabaja desde el hombre, que más tarde traslada a su vida cotidiana los valores masónicos aprendidos. Así las logias se fueron agrandando, y lo siguen haciendo, preparando al hombre para ingresar a la vida política, social y cultural. La masonería está presente en la vida política, social y cultural de los pueblos. Estuvo, está y estará presente.

—Se la caracteriza generalmente como un movimiento sectario, elitista y hasta misterioso. ¿De dónde surgen estas concepciones?
—La masonería tuvo mucha mala prensa a través de la historia por el hecho de haber luchado en forma constante por la libertad de pensamiento y el laicismo, que son valores que nuestra congregación no abandona. Por esto, los sectores dogmáticos han luchado siempre contra esta institución, pero la masonería no tiene nada que esconder y sí mucho que ofrecer.
No olvidemos que en la vida política de los pueblos ha estado presente en las distintas etapas de la organización nacional, especialmente en materia de educación. Por ejemplo, los promotores de la ley 1.420 de Educación Laica, Gratuita y Obligatoria fueron prácticamente todos masones. En la reforma universitaria de 1918 también intercedió este movimiento para hacer abandonar el límite de una universidad elitista y cuasi clerical. Los masones pusieron la universidad al servicio del pueblo, entre otros destacados logros. Los masones estuvieron vinculados a los gobiernos argentinos.

—¿Cómo está la institución hoy en el país?
—Hoy en día tenemos alrededor de 150 logias distribuidas en todo el país. Hay unas 60 en Capital Federal; en el Gran Buenos Aires hay otras 30 y las demás se distribuyen en el interior del país. Justamente mi presencia en Corrientes, es por la Logia Constante Unión Nº 23, que cumplió 175 años. Es la única que quedó en funciones y que es anterior a la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones, que empezó a funcionar en 1858.
Respecto a la cantidad de hermanos, hoy hay unos cinco mil masones activos y otros 12 mil iniciados que por diversas cuestiones personales no están trabajando, pero la condición de masón perdura.

Nueva política de gestión
La gestión que preside Jorge Clavero desde junio de 2008 como Gran Maestre de la Gran Logia Argentina resolvió mostrar a la sociedad lo que el movimiento masónico tiene mucho para ofrecer desde su lugar formador de hombres libres de pensamiento y dogmatismos.

—¿Cómo repercutió esta exposición a la sociedad?
—Estamos trabajando muy fuertemente en las universidades y desde esta gestión estamos saliendo a los medios. Dijimos que la masonería no tiene nada que esconder y sí mucho que ofrecer. Si vivimos en la época de la comunicación tenemos que salir a los medios. De esta forma los jóvenes ven que la masonería, que era algo oculto, secreto, que nadie sabía qué pasaba y que tenía tanta mala prensa, está conformada por ciudadanos comunes, con sus trabajos y familias.
Muchos creen aún que para ingresar a las logias hay que pertenecer a la elite. Muy por el contrario, nuestros estatutos dicen que hay que ser un hombre libre y de buenas costumbres. Es decir, que no esté atado a ningún dogmatismo, ésa es la libertad que queremos del ser humano, que sea un hombre con capacidad de pensar por sí mismo. Éste es el objetivo de la masonería moderna.

—¿De que manera se trabaja con las universidades?
—Con las universidades firmamos acuerdos marcos de cooperación. Queremos premiar a los mejores promedios, tanto a docentes como a alumnos. Además estamos abriendo cátedras extracurriculares de libre pensamiento. Éstas son obras que están a cargo de la masonería argentina donde dos veces por mes damos conferencia sobre temas especiales siempre dirigidos a la libertad y conocimiento.
Fuente: Diario LA REPUBLICA-Argentina

COMICs