La Masonería es una Escuela de Virtudes porque exige de sus adeptos todas las virtudes individuales, domésticas y sociales; familiariza con principios a lo que es útil llamar constantemente la atención, porque se está muy expuesto a perderlos de vista en medio de las pasiones, peligros y distracciones de la vida civil. Es una Escuela de Instrucción porque las grandes ideas, las grandes acciones que han hecho marchar a la humanidad por la senda de la civilización, de la moral y del progreso, han salido de la Masonería. Estudiad, comprended, escudriñad.
En la Masonería está el germen de todo lo grande, de todo lo bello; está el porvenir de las personas y de los pueblos. Principalmente, es una Escuela de instrucción de la filosofía moral, que es las más importante de las ciencias y la que constituye más directamente a la felicidad de la humanidad, porque nos enseña a elevarnos hasta Dios “El Gran Arquitecto del Universo”, contemplando y estudiando las magníficas obras de la Naturaleza.