Por: Iván Herrera Michel
Un Q:. Hno:. del otro lado del océano, con quien suelo intercambiar opiniones, me interroga acerca de los significados Masónicos simbólicos de los signos y marcas que dejaron los canteros medievales en sus edificaciones.
Lo primero que le advierto es que su pregunta parte del contexto que afirma erróneamente, con fundamento en el contenido de las Constituciones de Anderson, que la Masonería Especulativa creada en Londres en 1717 desciende de los gremios de constructores operativos de la edad media y el renacimiento.
De igual manera, le señalo como este error histórico propició una doctrina sobre arquitectura moralizada de la Orden, que hermanó las enseñanzas simbólicas de la Masonería con las prácticas de los canteros y picapedreros medievales.
Muy lejos de lo anterior, los investigadores cuentan hoy con suficiente material idóneo como para sostener con propiedad que la Masonería de los “Modernos” de 1717 no desciende en modo alguno de los gremios de constructores, a pesar de que calcó la estructura organizacional del sistema de Logias operativas que diseñó William Shaw en Escocia, en 1598, así como el lenguaje y las líneas gruesas de sus ceremoniales, consignas verbales, contraseñas y toques rítmicos identificatorios.
En cuanto a los signos grabados en piedra, en Europa llama vivamente la atención la cantidad de diferentes estilos que se encuentran en las construcciones llevadas a cabo del siglo X al XIII, ubicados en lugares fundamentales de los edificios como las bases de las columnas, primeras hiladas de zócalos, muros, pilares, piedras de los arcos, marcos de los rosetones, Etc.
Al parecer, se trata de una costumbre muy arraigada en los picapedreros, talladores y canteros que trabajaron en esos edificios, sobre la que no se dejó textos o manuales instructivos en forma escrita. Al fin y al cabo, entre los siglo X y XIII la mayor parte de la población europea era analfabeta, y eso incluía a reyes, campesinos, Grandes Maestres, Etc., y la comunicación se limitaba muchas veces a imágenes, símbolos y marcas.
No todos estos signos y marcas son iguales y ha resultado casi imposible encontrar algún patrón de distribución. En ocasiones se relacionan con letras de los alfabetos latino, fenicio, etrusco, brahmi, arameo, itálicos, norteafricanos, rúnicos, Etc. Otras veces, son representaciones de herramientas del oficio, o del imaginario de la época, o simplemente fruto de la creatividad del autor. Sin embargo, algunos canteros firmaron piedras con su propio nombre anteponiéndole la expresión “me fecit”.
Esto indica una gran diversidad humana en la conformación de los grupos de trabajo. Y como la autoría de la obra, suele atribuirse, ayer como hoy, a la autoridad que la ordena o al que dispone el dinero necesario, el símbolo se vuelve una especie de reivindicación personal del obrero anónimo que colocó su esfuerzo y su arte en ella. Todavía, los obreros de los puentes, calles y demás obras civiles contemporáneas dejan sus huellas un tanto ocultas en ellas.
Por ello, los estudiosos del tema se han visto en la necesidad de recurrir a diferentes teorías explicativas en relación con el significado de estos signos, a partir de una de las siguientes cinco hipótesis:
- Son el alfabeto de un lenguaje esotérico originario de la magia caldea y empleado como conjuro contra las potencias enemigas y los elementos de la naturaleza.
- Son marcas hechas por los canteros para el ajuste y asiento de los sillares.
- Son firmas de cada cantero para facilitar la posterior liquidación y cobro del trabajo.
- Son marcas personales de cada cantero referentes a su nombre, a sus creencias o devociones, a su estado social o profesión presente o pasada o a la época en que se realizó la obra.
- Podrían ser, de manera conjunta o independiente de las anteriores, la firma del donante de una columna, de un sillar, de una bóveda, Etc.
Para el hombre medieval el universo era un sistema de símbolos con una realidad muy vital. En eso se parecen a los Masones, que han heredado esta forma de pensamiento para construir sistemas que cumplen una labor socializante e integradora. Y es posible, que esta sea una razón adicional por la que encontramos una cierta familiaridad con los signos de los canteros y en la Orden se hayan anidado muchas ideas de la edad media.
En 1976, el destacado teórico evolutivo Richard Dawkins en su libro “El Gen Egoísta”, habla de cierto tipo de información con la capacidad de auto replicarse y saltar de modo infeccioso de mente en mente como si de un virus informático se tratara, al que llama “meme”. Según los defensores de esta teoría, determinados motivos perviven en la cultura a través del tiempo aunque se manifiesten de diversas formas. Es posible, que esta sea una razón para la práctica del símbolo en los hombres y las sociedades.
Tratar de analizar el significado del signo de un cantero, o buscarles significados ocultos coincidentes con las representaciones Masónicas actuales, es adentrarse en un laberinto especulativo cuyos resultados pueden mostrarnos como - en palabras de Juan Luis Arsuaga, Co Director del Proyecto Atapuerca, en España – los símbolos “son patrimonio exclusivo de la comunidad que los ha creado.”
En este orden de ideas, es claro que los antiguos canteros buscaban trasmitir algo con sus signos y marcas, y los modernos Masones son indagadores de un significante convencional iniciático contenido en los símbolos.
Hay una diferencia.