April 6, 2010
Por Alfredo Fernández Rodríguez, fotos: Irina Echarry
Antes, lo más cercano que escuché de una mujer y la masonería fue aquel hecho aún no aclarado por la historiografía relacionado con Louise Michel (1830-1905) Francia, anarquista y protectora de los animales, que al fallecer en Marsella fue sepultada con honores de masón.
Luego al buscar en Google mayor fue mi asombro cuando conozco que mujeres como Flora Tristán (1803-1844) y Helena P. Blavatsky (1831-1891) fueron masonas, la primera luchadora francesa por la emancipación de la mujer, los derechos de los trabajadores y en contra de la pena de muerte. La segunda norteamericana de origen ruso, fundadora de la Sociedad de Teosofía. Al morir José Martí le dedicaría un opúsculo.
En mi opinión una asociación de fraternidad como la masonería femenina cubana puede ser un delicado, pero efectivo golpe al machismo nacional.
De esta manera tiene lugar esta entrevista con las masonas Leticia Cora Guerra, Venerable Maestra y Lisset Arias García, 2da Vigilante de la logia Venus 23.
Leticia cuando revisaba los artículos del buscador Google sobre la masonería femenina en Cuba saltó a mi vista que una personalidad de la masonería masculina cubana como Manuel Collera Vento, Gran Mastero de la Gran Logia de Cuba de 2000 a 2003, se reconoce como un “fuerte defensor del ingreso de mujeres a esta institución.” Sin embargo, cuando le pregunto a otros masones, hombres, sobre qué piensan de la incursión de la mujer en la masonería, en un gran porciento creen que esto no es asunto para féminas. Entonces, ¿Cuál ha sido la acogida de los colegas del sexo opuesto de la masonería femenina cubana?
Antes de contestarte la pregunta debo señalarte que soy consciente de la excelente labor desplegada por la Masonería Masculina Cubana en sus 150 años de existencia, siendo esta “Hija de la Gran Logia Madre de Inglaterra” lo que equivale a regirse por la Constitución de Anderson, antigua ley fundamental del 17 de Enero de 1723.
Por supuesto con los basamentos esenciales, según su acápite tercero párrafo cuarto, de albergar en su seno a los hombres buenos y leales, libres de nacimiento, de edad madura y razonable y de buena reputación; estando prohibido admitir en la Masonería, esclavos, mujeres y hombres inmorales, cuya conducta fuera motivo de escándalo.
Como se puede constatar estamos genéricamente excluidas. ¿Pero en qué contexto histórico y social para el sexo femenino surgió esta Constitución? Solo basta señalar que éramos consideradas no humanas, solo unos objetos sin raciocinio. No éramos un individuo, nuestra identidad se definía a la pertenencia de un padre o un marido. Ahora podríamos preguntarnos ¿Qué significa para una potencia Masónica perteneciente a la Gran Logia Madre de Inglaterra, en este caso, a la Masonería Masculina Cubana, reconocernos como Masonas?
Alfredo puedo decirte para mi regocijo y el de miles de hermanos y hermanas. No todos los Masones se han quedado detenidos en el tiempo, concretamente en Cuba existen hombres maravillosos de ideas revolucionarias que brillan con luz propia. Es por ello que voy a dividir la acogida de la Masonería femenina en nuestro país por los Masones Masculinos en tres grupos.
Antes debo decirte que aunque es cierto que somos libres pensadoras y también somos libres de discernir y opinar, todo esto siempre tiene que ser con tacto y por encima de todo con respeto, pues muchas de nosotras somos madres, esposas e hijas de masones.
Primer Grupo: Los que no nos aceptan y por tanto no nos reconocen, la mayoría con fuertes debates internos en sus grupos en cuanto a nosotras, guardando siempre una marcada distancia con nosotras, también hay junto a ellos una minoría aún más irrespetuosa, ofensiva y totalmente intolerante, penosamente distanciada de los valores esenciales que debe tener un verdadero Mason.
Segundo Grupo: Integrado por escépticos y temerosos de expresar simpatía alguna hacia nosotras abiertamente, pero que no dudan, aunque con mucha discreción, en ofrecernos su consentimiento cada ves que tienen la oportunidad.
Tercer Grupo: Los que abiertamente nos acogen con cariño y nos reconocen en todo momento y lugar como sus Queridas Hermanas, los que simplemente no niegan la evolución, no solo de la mujer sino también de la Orden, atándola a los límites infranqueables de un pasado muerto. Queridos Hermanos que nos ven más allá de las diferencias genéricas, pues solo ven seres humanos en cuerpos de mujeres que nos esforzamos diariamente para ser más ilustradas y para glorificar nuestro trabajo. Mujeres que como ellos, encontraron en la Masonería un modo diferente de enfrentar la vida, mujeres que fortalecen sus hogares y entorno social con el cultivo diario de los valores.
Solo quiero enfatizar que todas y cada una de las Mujeres Masonas Cubanas, sí vemos por igual y reconocemos a todos nuestros Hermanos Varones, respetando sus ideas, conceptos, conservadurismo y límites, esperando que un día no lejano podamos compartir juntos, más allá de los Linderos, celebrando el triunfo de la fuerza dinámica que mueve a la Masonería progresista de hoy sobre las tendencias estáticas del pasado.
Oye Lisset, si la educación de la mujer en la cultura occidental esta un tanto determinada “al interior del hogar” dígase atender el marido, educar los hijos y permanecer el mayor tiempo posible en la casa, entonces. ¿No resulta fácil ser masona?
Mira hay un famoso estudio sociológico de género llamado “El techo de cristal.” Donde se nombra así a una superficie superior e invisible en la carrera laboral de las mujeres difícil de traspasar, pues les impide continuar avanzando. Su carácter de invisibilidad está dado por el hecho de que no existen leyes ni dispositivos sociales establecidos, tampoco códigos visibles que le impongan a las mujeres semejante limitación, sino que está construido sobre la base de otros rasgos que por su invisibilidad son difíciles de detectar.
Entonces trabajamos sobre el valor de la familia y sobre la base del respeto y del reconocimiento de la mujer porque creemos que esta es la medida para que aumente su autoestima y su responsabilidad.
Leticia, las logias masculinas cuentan en su iconografía con pinturas de patriotas cubanos masones, ¿Cuáles pinturas se muestran en las logias de las masonas cubanas? ¿Estas tienen imágenes de los masones patriotas cubanos o de mujeres masonas de otros países?
Desafortunadamente, la Masonería Femenina Cubana aún hoy no cuenta con templos propios, somos dos logias itinerantes, que sesionan, vale señalar con todo el rigor de consagración, ceremonial y ritual, y participan en cámaras docentes en casas de las Hermanas Masonas así como en un Respetable taller de la Orden Caballero de la Luz debiendo en cada ocasión armar y desarmar nuestro templo, lo que nos hace difícil decorar el mismo con pinturas y fotos de patriotas masones cubanos.
No obstante desde siempre tenemos concebido en nuestros proyectos, para cuando tengamos templo propio decorar la antesala con la plástica femenina cubana y universal dígase Amelia Peláez, Flora Fong, Zaida del Rio con quien ya hemos tenido contacto y María de los Remedios Varo, española. Por supuesto estamos abiertas además al arte de Queridos Hermanos de ambas logias y a la buena voluntad, calidad y destreza de los plásticos varones que quieran regalarnos un pedacito de su haber.
Tenemos guardados y enmarcados a Queridos Hermanos Masones de Cuba y América toda, dígase Martí y Juárez por sólo citar dos ejemplos, así como fotos memorables de masonas de otros siglos y de este, muchas de estas fotos y cuadros fueron expuestos en posters en la Cámara Docente de Verano que efectuamos en Agosto del 2009 en la Fundación Fernando Ortiz, donde no sólo participamos y expusimos las mujeres masonas cubanas, sino también contamos con la presencia de Queridos Hermanos varones, amigos y familiares.
Es importante señalar que aunque físicamente los hermanos masones patriotas no estén presentes su legado es visita perenne en nuestros talleres, por ejemplo: cada 28 de Enero efectuamos un ritual especial dedicado al Querido Hermano José Martí y en la semana de la Cultura Nacional homenajeamos a la Bandera (cubana), la cual en su totalidad simbólica es Masónica y a todos los patriotas masones que participaron en su confección ayudados por valientes mujeres.
Lisset en internet hay una foto de unas de las primeras tenidas de la masonería femenina de Cuba, de esta imagen me resulto curioso que cuando en la actualidad más del 50% de la población cubana es negra o mestiza, al menos el 95% de las masonas cubanas presentes en esa tenida son mujeres blancas o que lo parecen. Obviamente sé que no está entre sus propósitos segregar a ninguna mujer por su color, sino se violaría uno de los principios básicos de la fraternidad, la igualdad, pero aún así te pregunto. ¿Tendrá la mujer negra cubana que sortear los mismos obstáculos ante la masonería que a diario enfrenta para integrase en otras instituciones?
Mira Alfredo, hablar hoy de segregación en Cuba resulta candente, hace poco el tema fue tratado de manera abierta en nuestra Televisión, allí se dieron diversos puntos de vista, algunos menos directos que otros pero en general todos estuvieron sobre la aceptación del problema en sí y de que en muchos sectores existe la discriminación racial tanto como el problema de género.
Ahora, nosotras estamos trabajando para erradicar toda situación que agreda moral, física, espiritual e intelectualmente a nuestras mujeres, no sería inteligente ni ético caer en una dicotomía donde empecemos a hacer una cosa y a promulgar otra.
Alfredo tener la condición de Masonas no es para nada una categoría de reconocimiento banal que nos distinga, sino por encima de todas las cosas el deber del compromiso asumido, primero con nosotras mismas y ante nuestra sociedad, ante la Gran Logia Femenina de Chile que confió en un grupo de mujeres Cubanas y depositaron en nosotras la luz Masónica, ante Latinoamérica, el mundo y fundamentalmente ante el pueblo Masónico.
Somos aun muy pequeñas, el 1 de Abril apenas cumpliremos dos años de creadas. Pienso que es un absurdo compararnos con 150 años de existencia de la masonería masculina cubana. Hace dos años nuestras Queridas Hermanas chilenas nos pusieron en nuestras manos las Herramientas necesarias para ser mejores mujeres, libres pensadoras, amantes del trabajo como dignificación del ser humano.
Somos mujeres que día a día al levantarnos hacemos de cada buena acción nuestra leyenda personal en pos de todo lo que nos rodea. No somos perfectas pero desde nuestra iniciación estamos conscientes de que somos perfectibles y esto nos hace fuertes y nos une.
El éxito dependerá única y exclusivamente de no cejar ni un instante en el empeño que nos llevó a todas y cada una a formar parte de la Masonería Universal, que es el de convertirnos en mejores seres humanos. Las mujeres Cubanas estábamos, estamos y estaremos siempre ávidas de ser un eslabón fundamental en la idea y materialización de que un mundo mejor es posible y nada ni nadie nos lo va a impedir.
Gracias.