Damos inicio a este Congreso Masónico, en un momento histórico en el que, el choque de los grandes opuestos o contrarios, pareciera indicarnos que vivimos una etapa apocalíptica. Hoy, La vida transcurre en forma vertiginosa y cargada de incertidumbre, producto del mundo cambiante y de grandes contrastes que nos corresponde vivir a diario, esto provoca el debate acerca del destino del hombre y del futuro de la democracia y convivencia pacífica; el ser humano se halla embriagado de ciencia, de tecnología, de informática, de asombrosas innovaciones y de una globalización en todos los órdenes y estilos de vida, pero, a la vez, se encuentra muy alejado de la espiritualidad, se ha olvidado de los valores tradicionales, de la ética, de la moral y de la solidaridad humana. Existe una depresión en la conducta general de hombres y mujeres, se ha descuidado la tradición familiar y la formación integral de los niños y de los jóvenes.
El hombre y la mujer viven inmersos en la sociedad actual, con todas sus características de cambio incesante, estando sometidos a una crisis de identidad; se consultan a sí mismos acerca de su naturaleza, de la razón de su existencia y de su destino final, sin encontrar respuestas satisfactorias a tales interrogantes.
La Masonería concibe al hombre y a la mujer como constructores de sus vidas y de la sociedad; les reconoce la facultad de perfeccionarse y trascender, confía en su progreso.
La Gran Logia de Guatemala pretende que el iniciado masón construya una posición superior para encontrarle sentido a su vida, conocerse mejor, encontrase y comprenderse a sí mismo; como manera de entender y comprender a sus semejantes. Lo incita a conocer, propiciar y practicar su doctrina, porque en ella se encuentra la esencia del ser humano y constituye el fundamento básico del ideario masónico; el masón debe actuar con respeto y tolerancia a las diversas posturas y pensamientos existentes en la sociedad, por lo tanto debe reconocer a la democracia como la mejor forma o sistema de convivencia social.
El ámbito del quehacer de la Masonería no debe confundirse con el quehacer propio y específico de sus integrantes, quienes sí pueden identificarse con el pluralismo ideológico, religioso y espiritual. Por ello, La Francmasonería es una institución que desarrolla sus trabajos al interior de sus templos, buscando el perfeccionamiento y la transformación de sus integrantes para que sean ellos quienes lleven los valores que en ella aprenden, a todos los ámbitos en los cuales les corresponde actuar; pero este matiz característico tan especial, no debe impedirle a la Institución una constante preocupación y ocupación por la sociedad y el acontecer del medio en el cual se desenvuelven sus integrantes; por el contrario, debe ser uno de sus afanes institucionales y un deber para los masones en particular.
Por sus principios, valores y doctrina, nuestra Augusta Orden está obligada a mirarse en el espejo de su tiempo y con la máxima honestidad autoevaluarse y reconocer sus éxitos y sus insuficiencias. Con fundamento en estas consideraciones, estimo, que nuestro reto es saber y decir hoy lo que significa la masonería en el mundo actual.
Los masones estamos dentro de la sociedad, por eso nuestras acciones deben ser más efectivas para esta comunidad en que vivimos.
QQ.: HH.: Vivamos nuestra vida a plenitud, con sentido, que la sociedad conozca la Masonería por medio del ejemplo y de las vidas individuales de los masones.
QQ.: HH.: Que nuestro quehacer masónico y nuestras actitudes de vida reflejen la madurez que nos da la cultura masónica. Por lo tanto, es imperativo que las enseñanzas o mensajes que hemos asimilado de su ideario, nos permita comprender, sentir y aplicar los principios, ideales y valores que constituyen la doctrina masónica, a fin de entender la gran distancia que aún nos separa entre lo que se es en realidad, con lo que se debe y aspiramos ser.
Nuestra formación masónica nos debe permitir actuar con tolerancia, con grandeza y constancia de ánimo ante las adversidades; nos debe permitir tener la capacidad de afrontar, aguantar y superar las grandes conmociones y cambios que afligen a la Humanidad y que trastornan el orden social, político, cultural y económico de nuestro país, que afectan los cimientos e integración de la familia y el desenvolvimiento individual, como consecuencia de la magnitud de la crisis económica y social que le arremete, le agrede y le agobia.
Los masones debemos participar con decisión en el proceso de modernización, de paz y de desarrollo y mejoramiento de la sociedad guatemalteca; y velar porque se realice en un ambiente de equidad y de justicia; y para que los conflictos inherentes al cambio de patrones de vida se diriman con un criterio de beneficio y bienestar públicos, alejados de sentidos o actitudes de excluyentes ventajas y privilegios.
QQ.: HH.:, estamos en presencia de una generación de masones que requiere de mejores alternativas para integrarse sin frustraciones a la vida masónica y al cumplimiento de sus responsabilidades sociales; para responder a tal necesidad, debemos obtener una sólida, amplia y profunda formación masónica, sin conformarnos con lo que hemos alcanzado. No debemos nunca renunciar a investigar, estudiar y prepararnos más y mejor; que los masones seamos una referencia para nuestro entorno familiar y socio-profesional. Por consiguiente, la misión de los dirigentes de la Masonería, es y será formar masones capaces de actuar por el bienestar de sí mismos y de sus semejantes, y de involucrarse e interesarse en la problemática de nuestro pueblo; formar masones que sepan vivir en armonía familiar, social, con el universo y con el medio ambiente; formar masones que sepan trascender en sus vidas, que se proyecten más allá del ámbito de los templos; que conozcan el pasado, vivan el presente y se preparen para el futuro, como indicador de que saben de dónde vienen, qué son y hacia dónde van… Que con discernimiento espiritual y con determinación racional sepan tomar a diario, a cada momento, las mejores decisiones de vida y que nunca hagan nada contrario a su conciencia.
QQ.: HH.: Os pido a cada uno de vosotros, que reflexionéis con mente y sentimiento masónicos respecto de los angustiosos días y horas que viven nuestros semejantes en nuestro país; de las consecuencias que resultan del indefinido aplazamiento de reformas sociales, tantas veces proclamadas, que generan un clima de escepticismo con respecto a los sistemas políticos, sociales y económicos imperantes, lo que determina un receso en el interés de las masas por el destino de las instituciones democráticas, adoptando en mucho casos actitudes violentas y hasta criminales para satisfacer sus intereses personales.
QQ.: HH.: que esta actividad os sirva para que estrechéis los lazos fraternales y de amistad con la generosidad espiritual de vuestros corazones.
Expreso mis más fervientes y fraternales anhelos para que este evento masónico discurra en un ambiente de paz, libertad, dignidad, tolerancia, amistad y fraternidad, y satisfaga vuestras inquietudes y aspiraciones.
Que nos ubique y proyecte intelectual, doctrinaria y moralmente respecto del quehacer masónico en la vida ciudadana. Sabed, QQ.: HH.: que no existen de por medio intereses, motivaciones ni consignas extramasónicas, por consiguiente, no deben aflorar posiciones o actitudes personales o de grupos de interés; que nos sirva para definir y orientar acciones y conductas factibles de desarrollar dentro de nuestros templos y en nuestra sociedad. Que emerja de vuestras deliberaciones las resoluciones y decisiones que satisfagan las aspiraciones más íntimas y la expresión más sublime de todos vosotros QQ.: HH; que reafirméis vuestra fe en el Humanismo Francmasónico que respeta, dignifica y exalta la personalidad humana, los derechos y las libertades inalienables e inmanentes del hombre y de la mujer; para fortalecer nuestra cadena de unión y retemplar los espíritus de las luces de la Masonería, para que siga siendo una fuerza moral respetable y respetada.
Carlos Humberto Sandoval Cardona
Respetable Gran Maestro de la Gran Logia de Guatemala