escrito por Diana Paredes/DLA Trujillo
Para un grupo de santaneros que desde el año pasado decidieron constituirse bajo el nombre de la Base de Paz "José Guarimán", los 184 años del Abrazo de Bolívar y Morillo, no es suficiente celebrarlos con una ofrenda floral, un orador de orden y actos protocolares, va más allá de un día o una semana de celebración; forma parte de la historia que lleva Santa Ana, Trujillo, la cual debe mantenerse como una llama siempre encendida y viva
Hoy se cumplen 184 años de la firma del Armisticio y Regularización de la Guerra, la cual se celebró en la hermosa población de Santa Ana del municipio Pampán, es así como hoy sábado se realizará una gran ceremonia a propósito de esta fecha, por parte del gobierno regional y el Consejo Legislativo, además, es de destacar la programación desarrollada durante esta semana a través de la I Feria Agrocultural.
Es así como un grupo integrado por Emiro Materano, el legislador William Martorelli, entre otros integrantes acompañados por el legislador Luis Calderón y estudiantes del Liceo de Santa Ana 27 de Noviembre, estuvieron ayer en la pintoresca población, que con su característico frío y neblina, los recibió para que recordaran esta fecha tan importante que no sólo debe ser rememorada cada año, sino por el contrario, todos debemos entender que Santa Ana tiene que ser declarada La Cuna de la Paz.
Un ejemplo a seguir
En nombre de la Base de Paz José Guarimán, manifestaron que debe servir de ejemplo lo ocurrido hace 184 años cuando Simón Bolívar y Pablo Morillo acordaron reunirse en el pueblito de Santa Ana de Trujillo, donde por primera vez se ven las caras ambos generales, siendo la manera como se saludaron una señal inequívoca de hermandad, que los obligaba a honrar la confraternidad, porque en ese momento ambos descubrieron que a pesar de estar en bandos opuestos, no sólo tenían en común su indiscutible liderazgo para conducirse en la guerra, sino que además eran hermanos masones, es decir, el ser humano está por encima de las pasiones... Y para sorpresa de todos los presentes, de inmediato vino un fuerte abrazo, ambos en lugar de dos gladiadores que una vez tiñeron de sangre los campos de batalla, eran dos hermanos de sangre, que se reconciliaban luego de batallar en bandos opuestos. Todo esto ocurrió en Santa Ana, esa misma que hoy celebra, pero que esa celebración debe ser más profunda y perpetúa; aseguraron.
Lección para la historia
Bolívar y Morillo dieron una lección para la historia al deponer las pasiones, para honrar al ser y la hermandad que debe existir entre todos los hombres y mujeres de buena voluntad... porque cuando se tienen ideales y un corazón noble, no importan las diferencias por muy insalvables que parezcan; porque cuando se actúa de buena fe, se tienen convicciones, y se cree en los principios. El hombre se crece ante las adversidades y le da un sentido a su existencia.
Fuente: DIARIO DE LOS ANDES
Fuente: DIARIO DE LOS ANDES