Francisco Miranda, José de San Martín, Manuel Belgrano, Bernardo O`Higgins y Simón Bolívar encarnaron un proceso colectivo que fue diseñando el mapa de un continente emancipado de sus colonizadores españoles, afirma el historiador Felipe Pigna en su libro "Libertadores de América".
Una de las cosas en común que tienen los cinco es su paso por España: "Me interesaba rescatar su visión de una España ilustrada, que se contraponía con la absolutista, a partir de nuevas lecturas con el aporte de la filosofía francesa revolucionaria o del enciclopedismo mucho más acordes con las características hispanoamericanas", subraya Pigna en una entrevista con Télam.
También aparece esbozado el rol de las logias que se conforman muy tempranamente -la Gran Reunión Americana en 1798 y otras en Cádiz- donde sus miembros americanos acuerdan en pelear por la independencia de sus países cuando estén dadas las condiciones.
El libro, recién publicado por Planeta -ganó en España el primer premio Manuel Alvar de la Fundación Lara en la categoría de estudios humanísticos-, revela el contexto en el que se movieron estos cinco `libertadores` y cuenta cómo el proceso independentista tomó un rumbo irreversible con la noticia de la disolución de la Junta Suprema Central en enero de 1810.
"Miranda (1750-1816) es un personaje de novela, estuvo en la revolución norteamericana, en la revolución francesa en primera línea -es el único americano cuyo nombre figura en el Arco de Triunfo-, visitó todas las cortes europeas tratando de buscar apoyo para la causa americana", recita Pigna sobre este adelantado a su época a quien llamaban el "Precursor".
"El adapta el pensamiento de la época liberal revolucionaria a lo que podría ser América y redacta uno de los primeros manifiestos independentistas en 1790, donde habla de la separación entre España y América, de la ausencia de derechos reales en el nuevo continente y del maltrato recibido en 300 años", alude.
Salvando San Martín, "los cuatro restantes provienen de familias de la élite burguesa, hay un prejuicio de la época donde se temía la reacción popular, la reacción de los negros. Un prejuicio que se apoyaba en la marginación de esos sectores y muchos -como Manuel Belgrano- tratan de corregir esa situación".
"Belgrano (1770-1820) era un adelantado total, un tipo que pensaba en modificar el modelo industrial, preocupado por el medio ambiente, la educación de la mujer, pero desde su cargo de funcionario del gobierno español, porque es secretario del Consulado, desde allí no podría cambiar nada", comenta el autor de "Los mitos de la historia argentina".
Luego de repasar el papel de Belgrano en el éxodo jujeño, Pigna concluye: "Es un personaje extraordinario, se sale de lo común al igual que los demás, todos trabajan en un contexto determinado acompañados por un pueblo, no son figuras iluminadas", aclara.
El contrapunto entre O` Higgins (1778-1842) y Juan José Carrera (1785-1821) que presenta Pigna muestra "dos estilos diferentes que marcarán el proceso chileno", así como explica los pasos seguidos por San Martín en Chile, enfrentado con las posiciones de Carrera.
"La novedad de ejercer el poder en situaciones de guerra es algo muy esperado pero cuando llega hay que asumir una situación en la que entra en juego cómo ejercer el poder: ¿de manera dictatorial o colectivamente?", reflexiona Pigna.
El conductor de una serie de documentales sobre los bicentenarios latinoamericanos, emitidos por History Channel, pone en foco la visión estratégica de San Martín (1778-1850) "que vio la necesidad de romper primero con el dominio español en el Virreynato de Perú para profundizar el proceso independentista en la región".
"El cruce de los Andes es una epopeya que no tiene antecedentes en la historia", dispara Pigna y especifica que se trató de un ejército pobre, "que recibió poca ayuda de Buenos Aires y dependió del ingenio de la gente y la capacidad de San Martín para resolver situaciones y preverlas".
Simón Bolívar (1783-1830) llevó adelante el sueño de la Gran Colombia (que integraba a las actuales repúblicas de Venezuela, Colombia y Ecuador) "y en su momento de triunfo su figura opacó la de los demás libertadores americanos".
Hay una diferencia notable en cómo llegan Bolívar y San Martín al encuentro de Guayaquil (26 y 27 de julio de 1822), resalta Pigna, "ya que San Martín lo hace sin un Estado que lo respalde -gobernaba Bernardino Rivadavia-, y en Perú hay una rebelión aristocrática contra él, además esta solo y mal físicamente. Tiene la mitad de tropa que Bolívar, consolidado en su gran Colombia".
Durante el encuentro se ponen de manifiesto diferencias políticas y militares. "Hay algunos conceptos unitariamente claros como la necesidad de una gran patria americana, pero ahí también aparece la dificultad de concretarla", advierte el historiador.
Frente a esta situación, San Martín "tomó la drástica decisión de dejar todos sus cargos, recomendar a los peruanos que solicitasen la ayuda de Bolívar y se pusiesen bajo su mando y regresar a Mendoza", apunta.
Para Pigna "Bolívar muestra una vida increíble que se puede ver literariamente en `El general y su laberinto`, un libro extraordinario de Gabriel García Márquez con ese viaje a lo Conrad del camino hacia la muerte de Bolívar y en el medio una vida dura, intensa. Cinco países le deben la libertad y una república lleva su nombre".