En la imagen: En una de las dependencias de la Logia de Coyhaique, fueron velados los restos del ex Gobernador Adolfo Quintana. |
Como un buen amigo de todos, siempre fue considerado el distinguido profesor Adolfo Quintana Poucher, quien el martes pasado dejó de existir luego de una larga y penosa lucha contra una de las enfermedades más crueles: el cáncer.
Militante del Partido Radical Social Demócrata, supo conservar las características afables de aquellos antiguos militantes, que siempre trataron de tener una buena relación con sus adversarios y dentro de los pactos en que históricamente participara, con los partidos asociados.
Adolfo Quintana Poucher, era un reconocido miembro de una respetable institución iniciática, la Masonería, por lo cual sus restos fueron velados en uno de los salones de la orden, hasta donde llegaron no sólo sus hermanos de la fraternidad, sino que todo aquel que quiso expresar sus sentimientos de pesar por su deceso.
Fue Gobernador Departamental interino de Coyhaique, en la antigua división administrativa de la nación, en el año 1972, oportunidad en que distinguió por su acercamiento con todos los sectores y los esfuerzos por una muy buena relación con el periodismo.
Como profesor, fue un histórico maestro en la Escuela Agrícola de Coyhaique, de la que llegó a ser su Director, a pesar que normalmente en este tipo de establecimiento de enseñanza técnica, lo es un ingeniero agrónomo.
Los alumnos de este liceo le pusieron como sobre nombre “el chato Quintana”, lo que era fácil explicarse dentro de la expresión tópica. Era muy buena persona, por lo tanto en la variable estrática o social, lenguaje coloquial, era un buen chato. El siempre lo supo, causándole bastante risa de agrado, casi de aprobación por el cariño de sus alumnos.
Al retorno de la Democracia, fue Gobernador Provincial de Coyhaique y también, en momentos difíciles, le correspondió ser Intendente Subrogante, oportunidad en que empleó su habilidad armonizadora para resolver conflictos.
Luego, siendo profesor jubilado, siguió siendo un funcionario colaborador en la Intendencia, en el que fue respetado por el nuevo Gobierno.
Por ello, en la ceremonia masónica, en que los integrantes de esta hermandad hacen una cadena humana para llamar a quien pasa a decorar el Oriente Eterno, es decir, el que fallece, se hace un ritual para responder que ya no está entre los vivos. Fue en esa ceremonia en que hubo varios discursos, entre los cuales, también el de la Intendenta Pilar Cuevas.
Hoy, sus restos serán trasladados a Temuco, donde por su voluntad, serán cremados y sus cenizas retornarán en las manos de quienes tanto quiso, su esposa y sus hijos, a quienes les presentamos nuestros públicos sentimientos de pesar.
Fuente: EL DIARIO DE AYSEN