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Gran Logia Valle de Calafia al rescate de principios morales y éticos

Gran maestro Felipe de Jesús Velasco Ortiz.
Por Sonia García Ochoa

Tijuana.- En Baja California y en el país parecen desmoronarse los principios morales y éticos de los principales niveles de gobiernos, por lo que se hace necesario que los liberales retomen los fundamentos básicos y se continúe la lucha que iniciaron los ancestros al servicio de la nación.

El gran maestro Felipe de Jesús Velasco Ortiz comentó lo anterior, luego de anunciar el evento del Solsticio de Invierno que desarrollará la muy respetable Gran Logia Valle de Calafia, el 18 de diciembre a las 10:00 de la mañana en el restaurante Dragón Bazar del boulevard Sánchez Taboada a las 6 de la tarde.

Velasco Ortiz de la Gran Logia Valle de Calafia dijo que la participación debe darse con mayor ímpetu por devolverle a la sociedad sus valores éticos, así como para construir gobiernos que en verdad busquen darle seguridad y bienestar a los mexicanos.

Los masones "hemos descuidado nuestro compromiso", ya que la apatía y la abulia se han enseñoreado en los talleres, pero el deber les reclaman y por ello hay que hacer honor a la institución participando, renovando votos e integrándose a la lucha por México, destacó el respetable gran maestro Felipe de Jesús Ortiz.

Es de suma importancia para los masones mexicanos el preservar su tiara dorada de libertad, igualdad y fraternidad que aplica a "nuestra amada patria", los convierte en guardianes permanentes de los derechos del pueblo, de nuestra nación.

"Sentimientos que se demostró desde la fundación de la masonería, formando hombres que fueron escribiendo las páginas de la historia de México con su sangre, que con inteligencia supieron puntualizar cada uno de los aspectos de la vida de los ciudadanos, construyendo el marco jurídico que garantizara el libre albedrío, las libertades que por derecho les corresponde a los individuos", anotó Velasco Ortiz.

En cuanto al Solsticio de Invierno explicó que corresponde al instante en que la posición del sol en el cielo se encuentra a su mayor distancia angular al otro extremo del plano ecuatorial del observador.

Los solsticios son dos: el de verano, que se verifica el 24 de junio y señala la mayor ascensión del sol sobre nuestro horizonte, y el de invierno, que tiene lugar el 27 de diciembre y en que declina aquel astro, al punto de que sus rayos oblicuos apenas si dan calor a nuestro hemisferio.

Estos solsticios determinan las dos grandes fases en que la naturaleza ofrece los cambios y contrastes más notables y opuestos; fenómenos sorprendentes y siempre admirables, que bajo distintas formas y alegorías han conmemorado todos los pueblos.

En el primero, aparece la naturaleza en mayor esplendor; los rayos vivificantes del sol derraman por doquier brillantez, lozanía, hermosura y vigor; hacen fértiles los campos, dan verdor a las praderas y colorido a las flores; dan vida y calor a los seres y diafanidad a los cielos.

Fuente: El Sol de Tijuana(MEXICO)

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