Por Pedro M. Otero Cabañas.
En este 2011 se cumplen 120 años de la publicación del ensayo Nuestra América, escrito por el prócer cubano José Martí. La Revista Ilustrada de Nueva York lo dio a conocer el 10 de enero de 1891. En la fecha de la publicación tenía José Martí 38 años de edad y ya era la mente más lúcida y adelantada del continente.
Nuestra América es una de las obras monumentales de Martí. En ella expone con claridad y agudeza los retos de la América India, la que nace en el Río Bravo y termina en el Estrecho de Magallanes. Un año después fundaría el Partido Revolucionario Cubano, la primera organización política del mundo creada para dirigir una guerra.
Sobre el ensayo en cuestión se ha hablado y escrito mucho. Sin pretender aportar nuevas ideas y razonamientos explicativos del texto, sí puedo afirmar que se trata de uno de los documentos más bellos y mejor escritos del Héroe Nacional de Cuba.
Si alguna vez se dijo que Platero y Yo, del nobel español Juan Ramón Jiménez, es poesía en prosa, del Nuestra América de Martí se puede afirmar lo mismo con toda justeza. El primero es un cuento publicado en 1914 que recrea con lirismo la vida y la muerte del burro Platero. Nuestra América contiene todo un código de conducta para el hombre nuevo que se afinca en las jóvenes repúblicas hispanoamericanas y un basamento ideológico que explica los fenómenos históricos –sociales de la región.
No hay mayor fruición para el lector que busca armonía y belleza en las palabras, que releer el ensayo y disfrutar con particular deleite cada uno de sus párrafos. En el primero ya advierte acerca del contenido:
“Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos engullendo mundos. Lo que quede de aldea en América ha de despertar.
Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo en la cabeza, sino con las armas en la almohada, como los varones de Juan de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra”.
A continuación despliega Martí su singular lectura del desarrollo económico social de Nuestra América y advierte sobre la copia de modelos de repúblicas, acerca del apetito hegemónico de Estados Unidos en la región y llama a la unión como espada y escudo contra las ambiciones de propios y extraños.
Si tuviera que definir en pocas palabras la trascendencia del ensayo Nuestra América diría que es el proyecto de la cultura y la ideología latinoamericanas, que pasa por sobre regionalismos, idiosincrasia y razas y sintetiza en la unidad la victoria de los pueblos.
Le está naciendo a América, en estos tiempos reales, el hombre real, escribió José Martí.
Fuentes: RHC, AIN, GRANMA, TRABAJADORES, JUVENTUD REBELDE, PL, REUTER, EFE, IPS, ANSA, AFP, XINHUA, TASS, DPA, AP.