Por Iván Herrera Michel
Conocí a Elbio Laxalte Terra en Montevideo, Uruguay, en el mes de mayo del año 2004 con ocasión de una de mis visitas al Gran Oriente de la Francmasonería Mixta Universal, hoy Gran Oriente de la Francmasonería del Uruguay.
Para esas fechas, yo estaba a pocos días de ser elegido en Santiago de Chile como el Secretario General fundador de la Conferencia Masónica Americana – COMAM – y él ya se encontraba enamorado de la Confederación Interamericana de Masonería Simbólica – CIMAS - nacida dos años antes en Sao Paulo, Brasil. Que son las dos organizaciones progresistas de mayor espectro que han existido en América a nivel del simbolismo.
Desde un principio, compartimos el interés mutuo en trabajar por una Masonería progresista agrupada en un espacio continental único, y ya desde la primera Asamblea General de COMAM, en Barranquilla en febrero del año 2005, presidiéndola yo, tuve el grato honor de su presencia y luces. Paralelamente, ese mismo año lo eligieron Presidente de CIMAS. Responsabilidad, en la que ha sido reelegido dos veces.
En lo profesional, Elbio Laxalte fue – en su juventud – corrector de pruebas (cuando las editoriales publicaban con linotipias, con tipografía a base de plomo) y enamorado de las imprentas, con las cuales se ganó su vida. Durante su exilio en París, entre 1979 y 1985, estudió Economía y Filosofía. Posteriormente ha sido docente, periodista, ensayista, conferencista internacional, directivo en el Ministerio de Turismo y en la empresa estatal de telecomunicaciones, y ha representado a su nación en diversos encuentros internacionales. Ha sido miembro de muchas asociaciones humanistas, contra la discriminación y por derechos humanos y ciudadanos. Es directivo del sindicato de cuadros medios de su empresa. Igualmente es un apasionado defensor del librepensamiento en la sociedad.
En su vida Masónica, fue Gran Maestro fundador del Gran Oriente de la Francmasonería Mixta Universal - GOFMU - del Uruguay (1999 - 2002), es el actual Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33 del REAA para la República Oriental del Uruguay, y está encargado de la Misión para América Latina de la Liga Universal de Francmasones (LUF 1905). Trabajo no le ha faltado.
Sobre su esposa, Myriam Tardugno Garbarino, él mismo dejó sentado recientemente, que para asuntos Masónicos, “no es una "cuñada", ni es una "dama". En la oportunidad es una experiente Masona con muchos años de vida institucional nacional e internacional. Fue Venerable Maestra de Logia, Gran Maestra de nuestra Obediencia por tres períodos consecutivos, ostenta el Grado 33° del Rito Escocés Antiguo Aceptado, formando parte de la oficialidad del Supremo Consejo del Grado 33° como Lugarteniente Comendadora y posee el V° Orden del Rito Francés otorgado por el Gran Oriente de Francia. Actualmente es la 1er. Vice Gran Maestra de nuestra Orden”. Sobran mis palabras.
Con Elbio Laxalte hemos adelantado el siguiente dialogo:
1) Mi Q:. H:. Elbio, ¿Quién es Elbio Laxalte en sus propias palabras?
Mi Hermano, te voy a responder con una anécdota, que no la conoce nadie, salvo mi compañera de vida, nuestra Hermana Myriam. El Hermano Marc-Antoine Cauchie, Presidente de CLIPSAS y referencia ineludible para todos los masones adogmáticos, en un gesto poco común en un hombre adusto y poco inclinado a la lisonja, un día se dirigió a mí, y me dijo entre otras muy breves expresiones: “Tu est un frère sage” (Tu eres un Hermano “sage” que significa en francés: prudente, reflexivo, que da prueba de seguridad en sus juicios y su conducta).
Conmovido por esas palabras y sintiendo enorme afecto en ellas, solo atiné de decirle: “Mon Cher Frère, je suis seulement un travailleur” (Mi Querido Hermano, soy solo un trabajador”. Y él agregó sonriendo y en tono jocoso: “Bon, tu est donc un travailleur sage” (Bueno, entonces tu eres un trabajador “sage”).
Con el Hermano Iván Herrera, insisto: soy solo un trabajador de la Obra. No me apasiona acumular grados, sí conocer los ritos, de los cuales intento ser un estudioso. No me apasionan las medallas ni los anillos, no me apasionan las palabras y los discursos llenos de halagos y lisonjas y menos que me los dirijan a mi, no me apasionan el palabrerío sin contenido, me aburren los discursos donde el orador solo se escucha a sí mismo. Amo a la masonería, a su historia, a sus personajes, me emocionan profundamente los relatos heroicos, y me encanta por sobre el discurso vacuo la acción masónica. Y cuando me toca discursear, pues en masonería la palabra es rey, intento decir lo que siento y pienso, de la mejor manera posible. Y, entre nosotros, y no se lo digas a nadie: Elbio Laxalte es un hombre testarudo, que cuando cree en la justeza de lo que piensa y siente, va hasta el límite de lo posible. Algunos dicen que es herencia de mis ancestros vascos; … y no es un guiño a nuestro Querido Hermano Otaola!!!.
2) Q:. H:., en Europa las Grandes Logias Femeninas – creo que con la sola excepción de la de Inglaterra – permiten sin ningún problema las visitas de hombres a sus Tenidas rituales. En América, como norma general pasa exactamente lo contrario. En una Masonería mayoritariamente (y a veces rabiosamente) masculina, el GOFMU adoptó como principio que donde no entraran las Masonas tampoco entraban los Masones. Aún no se me ha olvidado la sorpresa que le causó el que en una Gran Logia Femenina dejaron entrar a la Q:. H:. Myriam, sin acompañante masculino. Me pareció que nada lo había preparado para ver la versión al revés de esta práctica. Frente a esta realidad, ¿Adoptamos la diversidad tal como está o creamos un grupo de solo mixtos?
Yo creo que la masonería está en un proceso de refundación. Veamos. 1717 fue una refundación, un proceso que descatolizó bastante la vieja Orden, le introdujo un entendimiento social de la ciencia, la política, la democracia, y la sustentó en valores de honor, probidad y tolerancia. La vieja red social masónica, la del oficio, la cual, aparte de la iglesia, era casi la única sociedad civil existente en esa época, recibió una inyección de adrenalina. Tuvo sus límites, que es vergüenza para los que siguieron después, no para quienes le insuflaron vida, como Newton y sus compañeros. Y luego, llegó a un límite. La sociedad fue cambiando, y sigue en ese vertiginoso, conflictivo y contradictorio proceso. Nosotros nos anquilosamos (por causas internas y externas), y desde hace unas tres o cuatro décadas nos estamos buscando nuevamente. Habíamos perdido la conciencia de que la masonería significa cambio. La iniciación es un cambio. La sociedad sufre cambios. La humanidad se mueve. Pero muchos de nosotros quedaron paralizados frente al cambio, y prefirieron encerrarse en las certezas y costumbres. Nos achatamos. Ahora no tengo dudas que estamos avanzando hacia una refundación. No se puede ahora decir si tendrá el mismo éxito que la de 1717. Tal vez ni siquiera tengamos claro si tenemos una fecha que dé inicio al proceso. Tal vez podría ser la próxima asamblea de CLIPSAS en Estrasburgo en el mes de mayo, donde espero que además del balance de sus 50 años, se centre en las perspectivas. Será una gran oportunidad.
Pero, los procesos fundacionales o refundacionales son siempre complejos, porque están los conservadores que no quieren nada, y están los progresistas que quieren ir a más. Y está la inmensa mayoría, en el medio, oscilando. Finalmente se establecerá el equilibrio. La dificultad estriba – entre nosotros – que a diferencia de 1717, donde la masonería estaba a la vanguardia, hoy la sociedad profana nos deja atrás, y nosotros nos quedamos protestando que a la sociedad le están faltando valores. No es verdad, tendríamos que ser más modestos y no culpabilizar a nadie. Somos nosotros que no sabemos interpretar lo que sucede en la sociedad, y no sabemos o no nos animamos todavía a inyectar nuestros valores en una sociedad en proceso de cambio. Aun estamos demasiados tímidos, apáticos o asténicos.
La vanguardia de los cambios en masonería provino de las mujeres. Ellas no pidieron permiso para avanzar, fueron conquistando sus derechos, como lo fueron haciendo en la sociedad. Es tal vez la más genuina revolución masónica que haya ocurrido. Y es tan así, que hasta la ultraconservadora masonería anglo-sajona comenzó a descubrir que existen mujeres que trabajan masonicamente en “regularidad”. Realmente es tragicómico. Lo inexplicable es que haya gente aun que crea que la masonería no es cosa también de mujeres. Sin embargo, todo esto nos dice algo: la situación está evolucionando, pero de manera espontánea. Cuando se de la voluntad decidida de hacer evolucionar las cosas, el movimiento será imparable. Por ejemplo: ¿CLIPSAS seguirá aceptando Obediencias que no acepten visitantes de otras Obediencias - pertenecientes ambas a la misma organización -, por el hecho ser varones en un caso, o mujeres en otro caso? Esto que fue tal vez importante en los años 60 del siglo pasado, para acumular fuerzas, hoy en realidad nos debilita, pues nos atrinchera en posiciones conservadoras y cerradas. Esta es una debilidad de la masonería liberal.
Entonces, no tengo dudas de que las cosas evolucionarán hacia una progresiva integración de hombres y mujeres. Las mujeres y los hombres inteligentes, comprenderán que la masonería no es cosa de mujeres solas, ni cosa de hombres solos, y que el desafío está en la complementariedad y el trabajo masónico en conjunto.
3) ¿Que han representado para nuestra región los casi nueve años de existencia de la Confederación Interamericana de Masonería Simbólica – CIMAS –?
CIMAS se creó para darle una oportunidad de relacionarse entre si, a Obediencias, a veces pequeñas, que estaban marginadas del circuito de las Obediencias que se autoconsideraban “oficiales”, dentro del campo liberal. Eran Obediencias masónicas que trabajaban con seriedad, regularidad, algunas con una buena impronta en la sociedad, pero que, por no estar en los círculos de la Obediencias consideradas “importantes” y “reconocidas” se les consideraba una especie de masonería de segunda clase. En realidad, se les marginaba. Lo diferente fue que en ese momento algunos heterodoxos dijimos: ¿por qué hay que andar mendigando reconocimientos? ¿Debemos pedir permiso para practicar masonería? ¿Por qué necesitamos “patentes”, cuando nuestra única patente está en los valores, principios e ideales que sustentamos y practicamos? Es decir, fuimos tomando conciencia que la masonería es un fenómeno social que proviene de una trasmisión iniciática tradicional. Pero que no debería tener “dueños”. Y que no era correcto sentirnos culturalmente subordinados a Obediencias que muchas veces no eran ejemplo ni siquiera de seriedad, y que estaban reconocidas porque se manejaban en ciertos círculos de poder. Sentimos que seguramente no éramos más que otros, pero tampoco menos. Y llevamos adelante una Declaración de Principios que es un ejemplo de masonería de progreso en nuestro continente. Costó mucho, pues se pretendió ignorarnos. Y debo recalcar el notable rol que cumplió la Hermana Vera Facciollo de la GLADA de Brasil, uniendo voluntades desde fines de los años 90.
Creo que el panorama ha cambiado sustancialmente. Somos una realidad. Hemos logrado demostrar que no hay masonería de primera o de segunda, y que se equivocan quienes piensan reproducir ese esquema injusto. Todavía hay quienes insisten en que una supuesta mayoría tiene razón. No entienden que la mayoría puede tener razón, solamente cuando se respeta a la minoría. CIMAS albergó a Obediencias que se manifestaron, en muchos casos por primera vez, a través de su pertenencia a la Confederación. CIMAS simplemente demostró que es una entidad masónica seria, que hace lo que tiene que hacer, en el respeto de todos, pero exigiendo a su vez ser respetada. No busca ninguna hegemonía, ni le disputa nada a nadie. Como lo hemos dicho siempre, nuestra vocación es de ser un factor positivo aportando su visión al conjunto de la masonería liberal del continente.
Hoy no se puede concebir una masonería liberal y adogmática en América sin los aportes que en el correr de estos años CIMAS ha realizado. Sus seminarios, Foros y Encuentros han demostrado la calidad de sus reflexiones y la naturaleza de la masonería que practica.
4) Hemos compartido la gran pasión de soñar con una cadena de unión de la Masonería liberal en nuestro continente. ¿Cómo ve las cosas? ¿Veremos pronto humo blanco?
Tú lo has dicho. La unidad es un sueño. El problema es que el sueño es solo el estímulo, la proyección sobre la realidad es lo difícil. Estamos en un continente con una cultura donde nos gusta lo declamativo. Está bueno porque nos fortifica el sueño. Pero en lo que hace a la proyección sobre la realidad, hay un gran paso, no fácilmente transitable. Lo declamativo es que no hay quien no hable de unidad, de fusión, etc. En el discurso. Lo real es que, cuando hay iniciativas concretas, surgen los obstáculos.
Sin embargo, logramos tres hecho notables, que seguramente serán hitos en el futuro. El primero de ellos es cuando firmamos un Protocolo de Entendimiento entre la Confederación Interamericana de Masonería Simbólica – CIMAS y la Conferencia Masónica Americana – COMAM. Este documento, fue firmado en Barranquilla, Colombia el 29 de octubre de 2009, conjuntamente por el Secretario Ejecutivo de COMAM, Hermano Louis Daly (Gran Maestro de la Gran Logia Omega de Nueva York y Secretario de CLIPSAS) y el Presidente de CIMAS, en presencia y como testigo del Hermano Iván Herrera Michel, en aquel momento asistiendo oficialmente en tanto que Vicepresidente de CLIPSAS. Por lo que representaban los firmantes, y más aun por el contenido de dicho documento, sin dudas ha sido el intento más serio que ha habido para unificar en una sola organización a la masonería de tipo liberal. El documento ha sido ampliamente difundido, y su contenido es conocido.
Sin embargo deseo realizar algunos comentarios al respecto.
Destaco el valor de la transparencia ética. En el mismo se detallan todos los pasos que culminarían en una unidad donde nadie desconocería ni los mecanismos ni quienes lo llevaban adelante.
Destaco también el alto nivel de participación democrática previsto, donde todas las organizaciones masónicas del continente trabajarían en la elaboración de una Declaración de Principios comunes, que fuera el documento marco de la nueva entidad unitaria.
Se realizaría también, a los efectos de someter a todas las Obediencias provenientes de ambas entidades, un nuevo reglamento de funcionamiento.
Y, en ese proceso de transición, mientras se cumplían con tales requisitos, la dirección del mismo estaría a cargo de un equipo con un presidente y dos vicepresidentes. Destaco que el acuerdo establecía que para la presidencia se iba a solicitar el concurso de una personalidad masónica del continente de primera línea, y que los referentes de ambas organizaciones CIMAS y COMAM, pasaran a ocupar las dos vicepresidencias. Destaco este punto, pues habla claramente de la honestidad y trasparencia del proceso propuesto, como del nivel de renunciamiento de ambos dirigentes que significaba una señal bien fuerte de que un proceso de unidad auténtico debía dejar de lado toda pretensión hegemónica, para poner en primer lugar los deseos del pueblo masónico de nuestro continente. En un ambiente de gran entusiasmo y esperanza, la asamblea de CIMAS votó por unanimidad dicho documento, el 31 de octubre de 2009.
5) ¿Qué paso después?
Bueno, la realidad es que pasó casi un año y medio, y oficialmente no hemos tenido de parte de COMAM la más mínima comunicación. Sabemos que la COMAM se reunió en Nueva York en mayo de 2010, y que habría suplantado al Hermano Louis Daly. Pero nunca se nos comunicó oficialmente ni quienes eran las nuevas autoridades de COMAM, ni que había sucedido con el documento que habíamos firmado. Sí hemos tomado contacto con rumores provenientes de Internet. Pero, un mínimo de seriedad por nuestra parte no nos permite guiarnos por rumores, menos en temas tan serios, y cuando están en juego la sensibilidad de tantos Hermanos y Hermanas de nuestro continente que ven en el proceso de unidad unas de las metas más esperadas. Por lo tanto, para CIMAS este es un documento absolutamente vigente, visto que fue aprobado por nuestra asamblea. Sin embargo, no podríamos fingir desconocer que, obviamente, estos acuerdos de alto nivel, no generaron seguramente en nuestros interlocutores el entusiasmo que nos hubiera permitido estar transitando exitosamente por el proceso de unidad, y generando una nueva circunstancia histórica. Pero, no es algo nuevo en la historia, y seguramente ésta, con su infinita paciencia, irá logrando crear los terrenos nuevos sobre los cuales se construirán nuevas perspectivas de progreso. Yo deseo saludar con afecto la grandeza de espíritu y de visión del Querido Hermano Louis Daly, que interpretó en aquel momento qué era lo mejor para la masonería liberal de nuestro continente. Seguramente nuevos terrenos están esperando recibir los cimientos de nuevas obras por parte del Hermano Daly, un hombre experiente y dedicado.
El segundo hito, que me interesaba comentar, es el documento conjunto que firmamos en Lima, Perú, el 9 de noviembre de 2010, entre CIMAS y la CCPOMA, Confederación Continental de Potencias Masónicas Americanas, que preside el Hermano Carlos Pacheco Girón.
En este documento, constatamos que debemos seguir dando pasos para la unidad, y que hay que avanzar sobre terrenos que nos permitan los acercamientos más amplios. Por esta razón llamamos a trabajar para ir conformando el Espacio Masónico Americano, donde pueda reunirse el más amplio espectro de la masonería continental, a partir de los agrupamientos ya existentes, como CIMAS, COMAM, la CCPOMA y aun otros. Tal vez esta forma de unidad, menos estructurada, pues parte de la realidad de lo ya conformado, sin efectuar modificaciones, nos permita cumplir algunos objetivos comunes, nos permita la unidad de acción.
Y el tercer hecho, que me animaría a declarar de histórico, es lo que acabamos de realizar aquí en Venezuela, con la Reunión Masónica que emitió el importante documento “Declaración de Puerto Cabello”.
Tres entidades continentales de la masonería Liberal: la Confederación Continental de Potencias Masónicas, CCPOMA, la Federación Americana de Supremos Consejos del REAA, FASCREAA y la Confederación Interamericana de Masonería Simbólica, CIMAS, acompañadas de cuatro Obediencias Masónicas, la Gran Logia Soberana de Libres y Aceptados Masones de Venezuela, el Gran Oriente de la Franc-Masonería del Uruguay, la Gran Logia Constitucional del Perú y la Federación Colombiana de Logias Masónicas, protagonizaron entonces un hecho que debemos catalogar sin dudas como de enorme trascendencia.
Naturalmente, hay que seguir avanzando, sin ideas preconcebidas, venciendo los obstáculos, abriendo amplios horizontes de entendimiento, con una visión también grande de lo que somos y de nuestro potencial, sin peder de vista la realidad, que siempre nos condiciona.
6) ¿Podría comentarnos porque está reunión no es “una más”, sino un hito para la masonería liberal latinoamericana?
Naturalmente, las cosas no son dadas. Se pone la voluntad en funcionamiento. Una reunión y una Declaración, pueden ser solo un relumbrón, si luego no se pone la dedicación y el compromiso de llevar adelante lo acordado. Pero, yo creo que esto forma parte también del cambio de actitud que debemos protagonizar, y lo estamos haciendo.
Primero, que esta reunión se realizó en un marco de volver a insertar a la masonería venezolana en el cuadro de la unidad liberal de la masonería continental. La masonería venezolana, naturalmente vive su propio proceso. Tiene una gran historia, experiencia y presencia. Pero ella por diversas razones, muy interesantes, pero que exceden el contenido de esta entrevista, tendió en las últimas décadas a un relativo aislamiento. La Gran Logia Soberana de Libres y Aceptados Masones de Venezuela, creada en 1918 y con logias que se remontan a 1823, y su Gran Maestro actual, el Ilustre H:. Héctor Maduro Ghersi, están tratando de sortear ese tendencia, y con mucha prudencia, pero también con mucho coraje están dando los pasos necesarios para insertarse nuevamente en la masonería internacional. Esto es muy bueno y auspicioso, y nuestra presencia se debió a ese proceso, pues esta Obediencia está solicitando su ingreso a CLIPSAS y a CIMAS.
No es ajeno tampoco a todo esto el marco histórico impuesto por el Bicentenario de las Emancipaciones Americanas, que nos condiciona con la razón y el sentimiento, pues nos hermana en la historia, y nos impone un horizonte.
Pero es importante por el contenido, una Declaración que pone el acento en nuestras principales características como Masonería Liberal, y porque no se queda solo en lo declamativo.
7) ¿Cómo concretaría los puntos nodales de la misma?
Uno, en que se confirma en que el horizonte de unidad es la conformación de un Espacio Masónico Americano, donde cada quién, en el marco de su independencia y soberanía, en pluralidad, pueda avanzar en la unidad de acción en torno a objetivos comunes. Esto esta es una óptica realista que nos da perspectivas prudentes para avanzar en la actual etapa.
Y dos, porque se tomó una decisión de envergadura, como es auspiciar conjuntamente una Cátedra Libre Internacional de Estudios Masónicos, que nos abra la perspectiva académica donde masones y no masones, de nuestro continente, pero también de fuera de él, en un marco abierto y liberal, puedan investigar, analizar, difundir sus trabajos y estudios sobre la Institución Masónica en nuestro Continente.
Estos son enormes desafíos en dimensiones diferentes, pero complementarias, y nos dan unas metas claras. Y desde ya, aprovecho para llamar a los intelectuales masones y no masones a empezar a integrarse en esta perspectiva. Ya hay una experiencia internacional, como en Europa donde los estudios académicos sobre masonería se están desarrollando exitosamente, y es muy bueno que nosotros también nos insertemos en esa corriente.
De esta manera estamos dando cause a esa aspiración de unión masónica, que debe nutrirse de cosas concretas, y no solo de buenas intenciones.
8) En su concepto, ¿Esa aspiración de unión, es un puro y simple “unir lo que está disperso” o es un agrupamiento Masónico sobre bases muy concretas en el que no todos caben?
De alguna manera dejaba entrever una respuesta a esto en lo anteriormente dicho. Creo que hay que avanzar de manera multilateral. Es obvio que no todos pensamos igual, pero también sabemos que nos une una idea genérica y una sensibilidad común. Debemos avanzar en círculos concéntricos. Nada nos impide tener un espacio de unidad de acción masónico de amplio espectro. Y, al mismo tiempo, ir buscando los mecanismos más particulares de entendimiento, por un lado y de convergencia más amplia por el otro. Estamos en un mundo en movimiento, y una masonería en proceso de cambios y evolución. Nuestras perspectivas van cambiando, y todo desde cierta perspectiva, está en recomposición. Lo único que no podemos hacer, es no estar en movimiento, atentos a los nuevos fenómenos, y estudiar de qué manera podemos potenciar nuestros valores de progreso en esas perspectivas múltiples. Lo que está claro es que el movimiento global también está en nosotros, y las estructuras que no se adapten, sufrirán bastante. Nuevas perspectivas pueden aparecer, y otras, vigorosas en algún momento, pueden debilitarse. La unidad masónica debe tener en cuenta estos fenómenos. Por ello, quienes pretenden hegemonizar y/o controlar los procesos, probablemente se equivoquen. Y, peor aún, arriesgan hacer retroceder los horizontes de unidad.
Por otro lado, las turbulencias también van generando nuevas entidades, algunas efímeras, otras de más largo aliento. Entonces también debemos estar vigilantes. Creo que es un signo de pobreza intentar acumular adhesiones solo teniendo en cuenta los aspectos cuantitativos. “Si tengo más logias, o más obediencias que me apoyan, soy más fuerte que el otro o nos da la razón”, etc. Esa competencia, basada en el tener y no en el ser y en la construcción de ideas, también está presente de muchas maneras, y hay que cuidarse de no caer en esa espiral de poder. Como en todo lo que es masónico, el equilibrio es lo aconsejable.
9) Q:. H:. Elbio, he oído y leído sobre algunas decisiones curiosas que se han tomado en nombre de lo “liberal” de la Masonería liberal y de lo “progresista” de la Masonería progresista. Es como si el término autorizara el apartarse de la Tradición o se tratara de una Patente de Corso para “reinventar” la Masonería. En su opinión, ¿Qué es exactamente eso que podríamos denominar Masonería liberal y progresista?
El problema es que hoy estamos en dificultades con los términos y conceptos. Sino fijémonos en los problemas de la academia española del idioma … ¿Es que la masonería no fue liberal? Empezando por el padre del liberalismo político y del empirismo filosófico, John Locke, que influenció el pensamiento de la Ilustración. Y en cuanto al progresismo, bien probablemente fue en las filas masónicas en donde se popularizó primeramente el término.
Claro, esos conceptos hoy se recuperan nuevamente en nuevos contextos. Principalmente porque pareciera existir una dominante presencia conservadora vigente en nuestra Institución Universal, en particular en la mayoritaria masonería anglo-sajona.
Esta tendencia conservadora, adolece de algunos males. Creo que el principal de ellos es la tendencia a imponer su hegemonía sobre la masonería universal, indicando quién o quienes son las Obediencias “legítimamente” masónicas. En segundo lugar, ciertas imposiciones en su composición, principalmente negando la condición masónica a la mujer. En tercer lugar, imposiciones doctrinaras, principalmente: creencia en un principio creador llamado Gran Arquitecto del Universo, creer en la inmortalidad del alma, trabajar en presencia de un libro sagrado, en la ocurrencia, la biblia. Estamos en presencia del famoso tema de la regularidad, tema inexistente en la tradición masónica, y creado enteramente por la masonería inglesa como una estrategia de poder.
Estas son, entonces, las principales características impuestas principalmente por la Gran Logia Unida de Inglaterra.
Pero veamos más de cerca, pues el panorama no es tan lineal. La mujer. Esta ya no es más negada como posibilidad masónica, y es aceptada bajo ciertas condiciones, es decir, de “regularidad”. Esta regularidad cambió en 1999, cuando la Gran Logia Unida de Inglaterra sacó un casi anónimo comunicado señalando que reconocía a algunas logias de mujeres, pues ellas trabajaban regularmente. Pero no todas las logias de mujeres, ni las logias mixtas. ¿Cual era esa regularidad femenina? Practicar exactamente la misma masonería que la GLUI, pero, sin aceptar hombres en sus Tenidas.
Es interesante destacar que todas las Grandes Logias a nivel internacional, más o menos enfeudadas a la GLUI, después de esa fecha, empezaron – en algunos casos con notorias dificultades – a propiciar la creación de Grandes Logias femeninas.
Respecto a los aspectos doctrinarios: hay gran cantidad de Grandes Logias que tienen todas los mismos parámetros convencionales de la GLUI (masculinidad, GADU, Biblia, creencia en la inmortalidad de alma, etc.) que si embargo no son reconocidas por ésta. Y hay también una cierta cantidad de Grandes Logias femeninas que cumplen esos preceptos de regularidad, que tampoco son reconocidas por la GLUI.
Entonces el panorama es más confuso, y va quedando claro que lo que impera son relaciones sobre todo políticas y de hegemonía.
Entonces el problema está planteado. Y surgen preguntas. Por ejemplo, ¿todas las Grandes Logias y Grandes Orientes no reconocidos por la GLUI, son liberales, adogmáticos y progresistas, por el hecho de no ser reconocidos por el líder del campo masónico conservador? Personalmente no me parece.
¿Todas las Obediencias femeninas, deben considerarse dentro de la masonería liberal, por el solo hecho de ser femeninas? Tampoco me parece. Pudo haber sido muy importante este hecho antes de las resoluciones inglesas de aceptar la masonería femenina “regular”. Y esto sin menospreciar los importantes avances que representó la masonería femenina, como lo señalamos más arriba.
Desde los años 70 del siglo XIX, dos Obediencias, el Gran Oriente de Bélgica, primero y el Gran Oriente de Francia después, hicieron otro corte: el de la Libertad Absoluta de Conciencia. ¿En que consistía? En dejar en libertad a sus miembros (y a sus Logias) en todo lo relacionado con los aspectos metafísicos, pasando a ser estos patrimonio privativo de la conciencia individual. Naturalmente, estas posiciones causaron las excomuniones masónicas de parte de la GLUI. Pero se mantuvieron presentes, e incluso fueron tomando aceptación en muchos lados.
Finalmente, luego de recompuesta la masonería europea de posguerra, en los años 60 se crea CLIPSAS, con la finalidad de ser un centro de unión de esa masonería que no aceptaba la regularidad inglesa, el cual, ha tenido la gran virtud de ser el foro más importante de toda esta masonería, agrupando hoy a unas 65 organizaciones masónicas, cambiando el panorama internacional de la masonería.
El rasgo común de CLIPSAS es la aceptación por parte de quienes lo integran de la Libertad Absoluta de Conciencia y la perfecta tolerancia mutua. Y aquí surgen también algunas preguntas. ¿Cuál sería la definición actual de Libertad Absoluta de Conciencia? ¿Es la misma que en los años 60? Por ejemplo, una potencia masónica miembro de CLIPSAS, que en sus estatutos niega la posibilidad de iniciación de un ateo, ¿permitiría como visitante a un Hermano o Hermanas ateo? Las potencias miembros de CLIPSAS, aquellas que son masculinas o femeninas, ¿están abiertas a recibir masones del otro género? En una Institución que pregona la Libertad Absoluta de Conciencia, ¿se puede aceptar Obediencias que imponen posiciones justamente de “conciencia” a sus miembros?
De esta problemática surge, naturalmente la necesidad de sincerarnos con nosotros mismos, de encarar en el seno de nuestra corriente “liberal” algunas de estas problemáticas, para que protagonicemos avances significativos hacia el futuro.
10) ¿Cuáles son los límites de lo “liberal” en lo Masónico?
Yo creo que en la actualidad, los límites de lo liberal están marcados por evitar la discriminación en todas sus formas en nuestra institución, y el absoluto respeto por las minorías.
11) También he oído y leído sobre algunas decisiones curiosas que se han tomado en nombre de la Tradición y de los Antiguos Usos y Costumbres de la Masonería, y de nuevo le digo que es como si estas expresiones dieran para un inmovilismo pétreo y atemporal. En su opinión, ¿Cómo debemos asumir esta Tradición y los Antiguos Usos y Costumbres?
El conocido dirigente socialista francés del principios del siglo XX Jean Jaurés decía que “mantener la tradición, es guardar la llama, no las cenizas”. Esto tiene a mí entender total vigencia.
La tradición, para que sea auténtica, debe ser una llave que abre las puertas del futuro. Sino, es nada más que vacua nostalgia y pura intrascendencia. Nada más que forma, sin substancia.
12) Y ya metidos en estas profundidades, ¿Cómo debemos encarar la relación entre Tradición y Modernidad en un contexto Masónico progresista?
Hoy como nunca, tal vez como siempre, nuestras tradiciones deben estar al servicio del porvenir. Esto significa que a nuestros valores y principios principales, nuestros ideales básicos, aquellos que están vigentes aun, y que tienen una enorme fuerza de proyección, debemos defenderlos, irradiarlos, protegerlos. Me refiero a nuestros ideales de Libertad, Igualdad, Fraternidad, Libertad Absoluta de Conciencia, Democracia, Republica, Laicidad. Nuestros valores fuertes de Justicia, Solidaridad, Tolerancia, Prudencia. Pero al tiempo, llevar adelante esos ideales puede requerir de nuevos emprendimientos, de acuerdo al estado de la sociedad, la cultura y la civilización. Nuestra tradición es continuar el legado de la Ilustración, continuar a construir al ser humano y a la sociedad, teniendo en cuenta los nuevos contextos históricos.
La libertad tenía contenidos muy precisos en el siglo XVIII, esencialmente políticos y contenidos en una carta. Hoy además de aquellos, puede tener que ver también con, por ejemplo, controlar las técnicas de manipulación subliminal capaces de manejar las emociones y los sentimientos hacia objetivos precisos lejos de la real necesidad o voluntad del individuo. O en el plano de las desigualdades sociales, evitar que las informaciones personales, por ejemplo médicas, puedan ocasionar tratamientos diferenciados en otros ámbitos, como pueden ser los laborales. Dos aspectos hoy enteramente posibles de realizar, y con casi nulo control social y legal. También hoy es absolutamente necesario prevenirnos de ese neo-oscurantismo religioso y moral que nos amenaza, a través de un fuerte combate por el laicismo y el librepensamiento, como base de la democracia y la república.
Hoy no tenemos todas las certezas completas de cómo perfeccionar al ser humano, ni de cómo construir la sociedad. Pero sí sabemos que si nuestros ideales son denigrados, oscurecidos, derrotados, banalizados o ridiculizados, es el proyecto de un ser humano digno y libre en una sociedad justa y fraternal lo que se estará destruyendo. Es un futuro de civilización humana lo que se estará poniendo en cuestión. Por ello es, que como iniciados, nuestra responsabilidad es tan grande.
La masonería de progreso es aquella que dentro de la familia liberal empuja una alternativa fuerte. Se trata de mirar el futuro, para proyectarnos hacia la construcción de una sociedad y una civilización que de respuestas a las inquietudes e incertidumbres humanas del presente.
Por ello, la masonería de progreso no debe transigir en llevar adelante sus ideales fuertes. Mientras para muchos la estrategia es tener influencia de poder, para nosotros lo principal es la consolidación del poder de nuestros ideales. No puede haber un proceso re-fundacional de la masonería universal, sin el poder consolidador de los ideales. Por ello, un factor básico para nosotros, es la consolidación de nuestro pensamiento. Porque, por opción propia, es por esta vía que nosotros realizaremos nuestra contribución peculiar a la masonería universal.
El sentido de nuestro proceso iniciático está justamente aquí. Las palabras tienen su importancia, y para nuestra masonería de progreso la Iniciación no es ni una revelación divina, ni una iluminación mágica, ni un sistema dogmático. Es un proceso esencialmente progresivo de un ser humano que se elabora a sí mismo, que se cultiva a sí mismo en su naturaleza humana, en un sentido exigente, capaz - después de haber encontrado el movimiento de iniciación – de continuarlo con energía.
El proceso iniciático es el de un ser humano que se abre, que se busca, que gana cada día un lugar más en el dominio de sí mismo, que no cesa de introducirse en una humanidad que se construye.
13) Q:. H:. Elbio, en un discurso en Lisboa, Portugal, el año pasado, en el marco del 4° Encuentro Masónico Internacional, me llamó la atención que afirmó que “hay que ser cuidadoso: no todo lo que por ahí anda y se dice Masónico resiste un análisis mínimo”. ¿Nos podría hacer el favor de ampliar un poco esto?
Querido Hermano, así como estoy profundamente convencido de que hay que abrir oportunidades, con generosidad y altruismo, también me he sentido muchas veces sorprendido por la irresponsabilidad, la falta de seriedad y la ligereza con que algunos tratan los temas masónicos. Lo que crea distorsiones agudas en el sistema, quitándole la seriedad necesaria a sus sanos propósitos. No voy a detallar ejemplos, pero hay quienes alrededor de las ideas masónicas han creado sistemas de negocios, venta de grados, entrega de grados alegremente, sin ningún sustento de formación y/o estudio. Incluso se han creado “iglesias masónicas”, con sus obispos y sacerdotes. Internet ha potenciado mucho este tipo de prácticas. Creo que, sin cerrar puertas, hay que tener rigurosidad en detectar las mejores prácticas masónicas. Estos años como presidente de CIMAS me han permitido tomar contacto con muchas de estas expresiones, que buscan legitimarse, no en su fortalecimiento institucional y en la formación de sus miembros, sino en la búsqueda de reconocimientos externos. Lo nefasto es que muchas veces buenos Hermanos y Hermanas se sienten tentados por algunas de estas expresiones, que finalmente terminan en el fracaso, o con experiencias humanas desastrosas, que lo que hacen es poner en tela de juicio a nuestra Obra en general. Por eso creo también que nuestra prédica e información hacia la sociedad debe ser transparente, desligándonos de esas prácticas nefastas.
14) Yo veo que entre España y Latinoamérica ha habido cierta frialdad, por decir lo menos, al momento de tender puentes entre modelos Masónicos afines. En su concepto ¿Qué ha pasado?
Yo creo que hablamos de realidades y percepciones diferentes. Pienso, que España aun se está buscando masonicamente, después de lo terrible del franquismo que por décadas creó una cultura antimasónica. Es verdad que el franquismo terminó hace tiempo. Pero tampoco nos damos cuenta suficientemente que no hace tanto tiempo desde el punto de vista histórico y antropológico. ¿Qué son 40 o 45 años en la historia? La impronta y los prejuicios antimasónicos perdurarán aun mucho tiempo. Es ver la prédica constante de los jerarcas católicos, para darnos cuenta de la pesantez a que está sometida la sociedad española. Casi podemos decir que es heroico lo que han realizado. Y es normal que aun se encuentren en una etapa de arreglar las cosas en casa. No creo que haya frialdad, más bien creo que tienen nuestros Hermanos y Hermanas españoles muchas tareas propias y problemas a solucionar. Como también los tenemos nosotros, dicho sea de paso. Pero, poco a poco, creo que esos lazos se van fortificando, y las amistades personales y las labores de visitas e intercambio están creando un campo propicio al desarrollo de las relaciones iberoamericanas. Tenemos una tradición, que aun no hemos del todo potenciado. Por ejemplo, el rol importantísimo que jugaron las migraciones masónicas y republicanas en el progresismo masónico de algunos de nuestros países americanos. Tenemos todo un campo aun a descubrir, y sería interesante en el futuro avanzar en investigaciones sobre los puentes históricos a ambos lados del Atlántico. Tengo la esperanza que la Cátedra Libre Internacional que estamos creando pueda ser un soporte de esas búsquedas, que también nos ayudará a una mayor interacción e integración entre los masones de una y otra orilla del Atlántico, sin olvidar a nuestros Hermanos portugueses, cuya presencia en nuestro continente, más allá de Brasil habría que investigar, porque creo que es más importante de lo que se piensa.
15) ¿Porqué con el Gran Oriente de Francia, de este lado del océano Atlántico hay más cercanía que con las Obediencias liberales de la península ibérica?
Esto es verdad, pero es un fenómeno cíclico a lo largo del tiempo, que ha veces toma fuerza y vigor, y otras veces decae. Paris desde el siglo XIX es una fuente de luz masónica, y nuestros hermanos en la historia dirigieron una mirada hacia Francia. No olvidemos que si la idea republicana tuvo su epicentro en Francia, la gran concreción republicana es en las Américas. Esa línea sutil, está aun vigente. Y nuestros Hermanos franceses, al impulso de hombres excepcionales (pienso, por ejemplo, en el Hermano Alain Fumaz que se ha recorrido todo nuestro continente cultivando la amistad y presencia del Gran Oriente de Francia), no dejan que esa llama se apague. Y muchos americanos, que nos nutrimos de la cultura francesa y admiramos la masonería gala, hemos puesto también lo nuestro para mantener esos puentes siempre vigentes.
También sería sumamente interesante desarrollar otras amistades masónicas que tienen ondas raíces históricas. Por ejemplo, en el sur americano, en Brasil, Argentina, Uruguay, posiblemente Chile y seguramente en otros países, la presencia e influencia de italianos peninsulares en nuestra masonería ha sido importantísima. Pensemos en Giuseppe Garibaldi, por ejemplo. Entonces hay que tender puentes también con la masonería itálica.
16) Cambiando de tópico, y pese a los esfuerzos altruistas de muchos Masones y Masonas, desafortunadamente las rencillas personales, interlogiales e interobedenciales siguen a la orden del día. Un Hermano, medio en broma y medio en serio, dice que este es el único Landmark universalmente practicado. ¿Será que algún día superamos esta práctica y volaremos más alto?
Sería deseable. Pero si miramos la historia, la masonería se estancó cuando no tuvo esos desafíos, esas polémicas y debates de ideas, y se preocupó solamente del aparato de poder. Ahora estamos en un gran período de cambio, donde la masonería está buscando su destino. Y esto inevitablemente trae polémicas, debates, rencillas y luchas de proyectos. No es del todo malo, siempre y cuando esos debates logren apuntar más alto, a un campo más fecundo, como es el de las ideas, más que el de las improntas personales y luchas de aparatos burocráticos. Todos podemos prudentemente, contribuir a ello.
17) Desde la cima de su experiencia y comprensiones, ¿Qué le recomendaría a un o una Aprendiz que acaba de pasar por la Iniciación Masónica? ¿Cómo Pulir la Piedra Bruta en medio de tantas leyendas urbanas (y también intramasónicas) que existen sobre la Orden?
Yo, mi Querido Hermano, puedo hablar por mí. Pero le diría a un Aprendiz (de hecho es lo que digo cada vez que puedo hacerlo): centrarse en su crecimiento, sin mirar los aciertos o desaciertos, sobre todos estos últimos, de parte quienes deberían dar el ejemplo; de esta manera cultivamos la magnanimidad, sabiendo que mañana puede tocarnos a nosotros. Cultivar el espíritu crítico, y no creer en todo lo que nos cuentan, pero intentar comprender el porqué de lo que se nos dice. Cultivar la libertad de espíritu, aceptar la disciplina y las jerarquías de los grados, pero sin dejarse avasallar la dignidad. Y cultivar la perseverancia, a pesar de las contrariedades. Muchas veces la vida de un Aprendiz o Compañero no es cómoda, sobre todo cuando le toca tener a su lado Maestros pagados de sí mismos, que piensan que cada vez que abren la boca, salen las palabras de los grandes iniciados; o toman a los Aprendices o Compañeros no por gente madura, muchas veces con importantes experiencias de vida, sino como niños de escuela. Muchas veces he encontrado que hay una infantilización de nuestros Hermanos y Hermanas de parte de algunos Maestros. Esto es algo que he combatido toda mi vida masónica, y pienso seguir haciéndolo. Pulir la piedra necesita de un aprendizaje. De esto se habla poco, pero, ¿cuantas piedras debemos desechar antes de lograr una piedra válida?
18) Por último, vayamos un poco a lo humano de su matrimonio con la ex Gran Maestra Myriam Tardugno, 33°, y al rol que han desempeñado juntos en la palestra pública de la Orden. Cuénteme, ¿Qué aporta cada uno al binomio?
La verdad, que me haces preguntas difíciles.
Yo te voy a confesar alguna cosa, entre nosotros, naturalmente. Con la Hermana Myriam hemos logrado tener una gran complementariedad en la vida profana. Ambos compartimos una forma de vida austera, nos encanta el hogar, descubrir rincones de nuestro país o de los sitios que visitamos. Cuando tenemos un tiempo nos vamos a acampar a la orilla de algún río o arroyo. Nos encanta hacer vacaciones en pequeños pueblos de nuestra costa oceánica. Hemos tenido muy pocas contradicciones por los avatares de la vida profana. Pero muchas veces debatimos fuertemente por los diversos aspectos de la vida masónica. Por supuesto, en fraternidad. Y nos complementamos bastante bien, pues ella es la que, en mi caso, muchas veces me trae a tierra, me pone la cuota de pragmatismo necesaria. Pero tenemos mucho respeto el uno por el otro, en nuestras creencias, en nuestras ideas. Y compartimos desde hace muchos años esta aventura juntos. Y una pequeña aclaración: su ingreso en masonería fue por su propia voluntad, y no porque yo haya ejercido alguna influencia al respecto. Su ingreso no se tramitó a través mío.
Muchas gracias, Q:. H:. Elbio.