A los Masones Cubanos; donde quiera que se encuentren:
Estamos a pocos días de la Sesión Anual de la Gran Logia de Cuba. Es decir, que estamos próximos a la sesión posterior a aquella de Septiembre 2010 en que la Alta Cámara tomó el Acuerdo ilegal de expulsarme de la Institución, por mantener relaciones con Masones llamados irregulares y por haber fomentado la fundación de Logias Masónicas Femeninas en nuestro país.
Hasta hoy no hice ningún pronunciamiento al respecto, porque la condición de Masón no depende de pertenecer nominalmente a la Institución Masónica, y pienso que precisamente por cometer el dulce delito de ser Hermano de mis Hermanos donde quiera que se encuentren, y por tener una mentalidad de progreso, estoy hoy más dentro de la Masonería que nunca antes.
Sólo quiero hacer la anotación, con vistas al devenir de los tiempos y nuevas circunstancias que se avecinan, algunas muy significativas por cierto, del por qué de la ilegalidad de mi Expulsión.
Por una decisión que habla bien poco de la verticalidad y la valentía de una dirección ejecutiva no bien preparada y mucho menos bien intencionada, a la vez que influenciada por intereses verdaderamente enemigos de la Masonería, se discutió en la Alta Cámara, la Expulsión de la Institución Masónica de un Ex – Gran Maestro, sin que a éste se le permitiera estar presente. Se adujo que estaba suspendido en sus Derechos Masónicos, pero en esa suspensión (que también fue ilegal y además antiética) estaba excluído el derecho de defenderme; lo señala la Ley Penal y el propio auto de suspensión. Sencillamente se tenía temor de que los miembros de la Alta Cámara escucharan mis pronunciamientos.
Dos miembros de la Alta Cámara que pretendieron intervenir en contra de la Expulsión, no pudieron hacerlo por una cuestión de orden planteada. En una institución que debe ser ejemplo de democracia ya no tenemos parlamento, porque se ha puesto de moda la presentación de cuestiones de orden que quien preside las declara según su conveniencia, y sencillamente hay en la Gran Logia, en las deliberaciones de la Alta Cámara, un régimen de cuestiones de orden que hacen imposible el debate democrático y equitativo, y por lo tanto carecemos de parlamento porque carecemos del mecanismo jurídico libre para legislar.
Una Alta Cámara desinformada decidió la Expulsión de un miembro vitalicio de la Alta Cámara, en su ausencia. Increíble en una Institución emblemática de la Libertad, la Democracia, el Derecho. Una Alta Cámara que confirmó una sentencia de la Corte Suprema de Justicia Masónica sin escuchar las graves violaciones de procedimientos cometidas en todo el proceso por esa propia Corte.
Un Ex Gran Maestro que nunca más pudo hablar oficialmente en un estrado masónico porque la suspensión de derechos es sencillamente un grillete al libre pensamiento. Así, llegaron las Logias y sus Representantes, desinformados, a la sesión de la Alta Cámara.
Un día la Alta Cámara analizará de nuevo esa expulsión, no para reivindicarme a mí sino para reivindicarse ella misma de un error histórico que hace negar los fundamentos jurídicos y éticos de una Institución que en su pragmática es, o debiera ser, un Estado de Derecho.
Declaro ahora, que en cualquier circunstancia presente o futura en que pueda encontrarme, sabré defender, como he defendido, los valores de la Institución Masónica, y mi separación de la misma ha sido consecuencia, bien conocida, de rivalidades y temores electorales de quienes aspiran a ocupar posiciones de privilegio y rangos jerárquicos.
Muchos son los problemas actuales de la Institución en Cuba; todos ellos reunidos (división interna y entre sí de los Altos Cuerpos, irregularidades sin precedentes de la Corte Suprema de Justicia Masónica, presencia de potencias extranjeras en el territorio, y otros varios, algunos de ellos alimentados por ambiciones personales) no dejan lugar a dudas de que está la Masonería en Cuba en una profunda crisis moral y jurídica.
Es una pena que en una Institución que es en sí misma una Hermandad, en la que se proclama y se procura el Amor Fraternal, haya ira, encono y odio, que no es lo mismo que rivalidad y disentimiento, muy propios de la práctica democrática en la que todos tienen derecho a pensar de una u otra manera. Los que saben ver un poco lejos, son llamados traidores; los que tienen capacidades, son vistos con ojeriza como sombras que estorban el ascenso.
En el complot contra mi humilde persona, se unieron aliados y adversarios; quienes no podían entenderse por motivos diversos encontraron un sitio común en el intento de hacerme desaparecer; amigos y enemigos se sentaron a la misma mesa para repartirse el vino o el veneno según las circunstancias.
Quienes se separaron de la Masonería como consecuencia de hechos que tuvieron como antecedente haber iniciado un proceso contra mí por yo tener relaciones con los Masones Cubanos en la emigración, a quienes llaman masones irregulares, ahora forman filas en cuerpos masónicos que nada tienen de regulares según las propias definiciones de mis acusadores; y es muy curioso que quienes llamaron irregulares a los masones cubanos que reconocen a la Gran Logia nuestra como su Gran Logia, ahora hablan de ortodoxia desde cuerpos que según las propias definiciones de mis acusadores son invasores de territorio. Los Masones de la emigración, con quienes mi relación se consideró un delito, nacieron en la Masonería de Cuba y reconocen a la Gran Logia de Cuba de A. L. y A. M. como su Gran Logia; pero pregúntese a qué Gran Logia reconocen y pertenecen los nuevos adalides de la llamada ortodoxia masónica?
Quienes me acusaron ante la Corte Suprema de Justicia Masónica de supuestos delitos de irregularidad y se dirigieron a la Gran Logia Unida de Inglaterra diciendo que estaba en peligro la regularidad de la Gran Logia de Cuba debido a mis acciones, ahora viven masónicamente en el contexto de esos marcos descritos por ellos como irregulares y enarbolan, sin embargo, la bandera de la ortodoxia.
Y a esto se une que los ejecutivos de la Gran Logia de Cuba, utilizando métodos muy cuestionables, se aliaron a los que desde la sombra dirigieron el proceso, conspiraron con el Presidente y el Secretario de la Corte Suprema de Justicia Masónica, aparentaron olvidar viejas rivalidades con el actual Ejecutivo de la Gran Logia, y por otra parte alimentan la disidencia masónica y la merma de soberanía de la Gran Logia sobre sus Logias. Los asesores de la Corte Suprema y del Ejecutivo de la Gran Logia en el proceso contra mí, ahora presentan programas que constituyen en esencia una crítica voraz contra el actual Ejecutivo de la Gran Logia.
Yo no sé distinguir entre Regulares e Irregulares; en el mundo moderno se habla de Masonería Liberal y Masonería Dogmática. Y precisamente llaman dogmáticos a los que como la Gran Logia de Cuba de A. L. y A. M. han declarado la guerra a hijos suyos que la reconocen como su Madre. Esos que ahora jurídicamente son invasores de territorio, yo también los reconozco como Masones, porque la Masonería es una Doctrina, una concepción y práctica filosóficas, no es simplemente un esqueleto administrativo.
Pero sí recomiendo a los Masones y Logias de la Isla, que no continúen el camino del desmembramiento, de la división interna, de la separación, porque estarían contribuyendo a que la Gran Logia de Cuba de A. L. y A. M. vaya caminando precipitadamente a una verdadera irregularidad, que no es esa irregularidad de los ya tan cuestionables Antiguos Límites, no la irregularidad que tiene que ver con Cartas Patentes, orígenes, marcos jurídicos, sino la irregularidad que se deriva de faltar a unos principios que son la esencia de la Masonería: el Libre Pensamiento, la Práctica Democrática, el Estado de Derecho.
Consciente de que siempre he actuado conforme a la defensa de lo que considero intereses sagrados, y en circunstancias históricas especiales en que me encuentro y de las que humildemente me enorgullezco, convencido de que he sabido conciliar mis vivencias y aprendizajes desde niño en la Institución de la Escuadra y el Compás con las concepciones cívicas, ciudadanas y patrióticas que conforman mis convicciones ideológicas, saludo a todos mis Hermanos en este momento, sin distinguir entre Regulares e Irregulares, sin distinguir entre Masones y Masonas, sin distinguir entre Límites Antiguos y Progresos de la Modernidad, sin distinguir entre Cartas Patentes y Bóvedas Celestes; los saludo desde esta bella Isla cuya historia trasciende las fronteras de lo inimaginable.
José Manuel Collera
Ex – Gran Maestro
Gran Logia de Cuba de A. L. y A. M.