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ARGENTINA: Siguiendo la huella de los masones

Por Silvia Carafa / La Capital

El investigador señala la parte superior de la fachada de una casona de Rioja al 900. Dice palabras como grifos, basiliscos y dragones. “Hay que mirar más allá”, dice el antropólogo rosarino Soccorso Volpe. Los masones dejaron su impronta en Rosario en forma de leones y figuras mitológicas. ¿Qué querían decir?

El investigador señala la parte superior de la fachada de una casona de Rioja al 900. El grupo que lo rodea sigue el movimiento y escucha atento. Los transeúntes que ven la escena también levantan la mirada. Oyen palabras que les son casi desconocidas: grifos, basiliscos y dragones. “Hay que mirar más allá”, dice el antropólogo rosarino Soccorso Volpe mientras explica que esas extrañas decoraciones que se ven en los frisos de antiguos inmuebles, casi desdibujadas por el paso del tiempo, no fueron puestas por casualidad. Tienen un sentido que resulta fascinante descifrar como productos de un pasado donde constructores masones y logosóficos dejaron sus huellas.

De eso se encarga “Bestiario Rosarino”, el taller que Volpe dirige en la Dirección de Cultura municipal. Un original zafari fotográfico que detecta figuras decorativas en las fachadas de los edificios y las analiza. “Es una lectura antropológica de estos elementos arquitectónicos”, explicó Volpe y dijo que la actividad que se realiza los viernes, de 18 a 20, está dirigida a docentes, estudiantes y público general.

“Es una mirada diferente sobre el amplio campo cultural, insertando el patrimonio arqueológico”, aseguró Volpe. La idea de analizar las decoraciones de las fachadas surgió en 2007 como decantación de un taller sobre clubes de barrio. “Buscando información sobre la transmisión oral me encuentro con la gorgona, una figura con la que se decoraban los frentes de las viviendas y a la que le adjudican la protección contra el mal de ojos”, relató el experto.

Alegorías. La arquitectura edilicia tuvo en Rosario un gran desarrollo entre 1890 y 1930 debido en parte al crecimiento demográfico por la inmigración. “Es notable que en la decoración de balcones, frisos, ménsulas, columnas y bajos relieves se destaquen figuras del bestiario medieval y grecorromano (relación y significado de los animales reales y fantásticos que aparecen en la pintura y escultura de épocas pasadas)”, comentó. Se pueden interpretar desde el conocimiento de su significado según la mitología como desde el saber popular y la superstición.

Volpe explicó que si sobre el dintel de una puerta se ponía el relieve de un león, el mensaje era poder y fuerza. Si a este felino se lo combinaba con un águila, entonces se estaba en presencia de las fuerzas del mal, aunque en ambos casos la misión de la figura alegórica era la de proteger el sitio. En cambio, si a lo largo de una ventana se extiende un rostro de anciano de cuya boca cuelgan hojas, lo que se buscaba era contar el Silvano, un espíritu tutelar de los campos y los bosques. ¿Por qué las utilizaron en el auge arquitectónico rosarino? Para Volpe es muy factible que los constructores, donde abundaban masones y logosóficos, conocieran los símbolos y nada haya sido azaroso. También se puede pensar que fueron resignificados por los inmigrantes, como con las gorgonas y su efecto sobre el mal de ojos.

En las figuras se combinan formas humanas, animales y vegetales, constituyendo lo que se conoce como alegorías (representación simbólica) tomadas de las leyendas de griegos y romanos, resignificadas o no por el cristianismo, y del Libro de las Transformaciones del poeta romano Ovidio.

Belleza y fealdad, vida y muerte, hombre y animal, las figuras que adornan las fachadas presentan una dualidad que potencia su significado. Un simbolismo que se extingue a manos de las nuevas líneas arquitectónicas y del paso del tiempo. El Bestiario Rosarino propone mirarlas con otros ojos antes de que la picota las borre del paisaje urbano.

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