Publicado el 18 mayo, 2011 por Teresa Claramunt
Correo de la Gran Logia Femenina de Francia, destinado al Presidente de la Comisión Europea, Barroso
16 de mayo de 2011
Señor Presidente,
El 10 de enero de 2011, designó usted para cinco años a los miembros del Grupo Europeo de Ética, grupo encargado de examinar las cuestiones éticas ligadas a las Ciencias y a las Nuevas Tecnologías, para someter su dictamen a la Comisión Europea antes de elaborar textos legislativos o de definir la política comunitaria.
Los campos abordados tocan ámbitos muy sensibles, como la investigación con embriones humanos, los test genéticos, donación e implante de órganos, la reproducción asistida, lucha contra el sida y el virus VIH, etc… temas todos estos a los que están particularmente atentas las mujeres.
Nos vemos en la obligación de hacerle llegar a usted nuestra extrañeza ante la composición de este grupo.
Sus miembros son seleccionados según criterios de experiencia e independencia.
Teniendo en cuenta su composición, todo lleva a pensar que las únicas competencias y cualidades que cuentan son religiosas, más específicamente cristianas, puesto que de quince miembros seis son profesores de teología, uno de ellos sacerdote y una virgen consagrada, los otros tres dan clases en universidades católicas.
Esto es incompatible con los estatutos de la Unión Europea, ya que semejante composición indica una desviación inquietante, al permitir creer que ética y moral únicamente tienen por fuente a las religiones.
Además, lamentamos que el perfil de los miembros -que han colgado en la web del grupo- no sea completo, puesto que no figura la pertenencia de algunos a instituciones o universidades religiosas.
El Instituto Masónico Europeo de la Gran Logia Femenina de Francia, que agrupa a más de 13000 mujeres, se inquieta al ver que, en Europa, se pone el futuro de la investigación bioética bajo influencia religiosa. Sabemos por experiencia lo que pesan las religiones sobre el futuro de las mujeres, poniendo trabas a los avances científicos y al progreso social.
Deseamos vivamente que esta surrealista representación sea inmediatamente rectificada mediante la designación de representantes de organización es de ideología laica. Los laicos, y entre ellos los no creyentes, tienen también una ética, un arte de vivir en común y de respeto a los otros.
Esperando tenga usted a bien tomar nota de estas observaciones, reciba,Señor Presidente, mis más cordiales saludos
Denise Oberlin
Grande Maîtresse de la GLFF
Présidente de l’Institut Maçonnique Européen de la GLFF