José Antonio de Haro Titos
Or. de España
Or. de España
"El que conoce el arte de vivir consigo mismo ignora el aburrimiento.
ERASMO de ROTTERDAM"
ERASMO de ROTTERDAM"
Hace unas semanas me despedía como Venerable Maestro de mi
logia. En esa ocasión mis Queridos Hermanos tuvieron a bien hacerme
entrega de un pequeño obsequio como recuerdo. Unos minutos antes, en
el momento de la Cadena de Unión, yo había expresado en voz alta mis
sentimientos de gratitud y felicidad por haber tenido este honor. Tras
manifestar al futuro Venerable Maestro todo mi apoyo incondicional,
recordé que uno de los trabajos realizados en Logia hacía referencia al
egregor que recorría el Templo en aquellos instantes.
Para quien no esté familiarizado con la palabra o su significado,
señalo que Rizardo da Camino en su Diccionario Masónico, dice que el
egregor es un “Cuerpo Místico que se forma con sus propias
peculiaridades, después de la apertura del Libro Sagrado, cuando todos
se unen con las mentes para el acto de crear”. Al Egregor se le supone un
centro de conciencia dévico, entendiendo por dévico a las reacciones del
Espacio por cualquiera de los estados de conciencia humanos. Para
entendernos, una suerte de corriente espiritual emanada de todos
nuestros corazones en el espacio sagrado de la Logia durante la
realización del Ritual.
Hago estas referencias debido a que celebramos con nuestro Ritual
Masónico un acto concreto que se repite punto por punto infinidad de
veces durante siglos. El hecho de que podamos darnos cuenta de ello,
ser conscientes, implica la responsabilidad que supone participar
directamente –de una forma u otra- intentando que ese acto ritualístico
sea nuevo cada vez, pero respetando su antigüedad, en las formas y
contenidos ante todos los presentes.
señalo que Rizardo da Camino en su Diccionario Masónico, dice que el
egregor es un “Cuerpo Místico que se forma con sus propias
peculiaridades, después de la apertura del Libro Sagrado, cuando todos
se unen con las mentes para el acto de crear”. Al Egregor se le supone un
centro de conciencia dévico, entendiendo por dévico a las reacciones del
Espacio por cualquiera de los estados de conciencia humanos. Para
entendernos, una suerte de corriente espiritual emanada de todos
nuestros corazones en el espacio sagrado de la Logia durante la
realización del Ritual.
Hago estas referencias debido a que celebramos con nuestro Ritual
Masónico un acto concreto que se repite punto por punto infinidad de
veces durante siglos. El hecho de que podamos darnos cuenta de ello,
ser conscientes, implica la responsabilidad que supone participar
directamente –de una forma u otra- intentando que ese acto ritualístico
sea nuevo cada vez, pero respetando su antigüedad, en las formas y
contenidos ante todos los presentes.
¿Qué hizo diferente aquella Tenida de la que he hablado a todas las
demás? Muchas veces vemos como las Logias intentan cambiar o aportar
ciertas novedades al desarrollo del Rito, y no siempre estos cambios son
para bien. Existe un cierto temor a que los Hermanos se puedan aburrir, a
que la realización de nuestro Ritual caiga en la apatía, en la monotonía.
Hay que entretener a los Hermanos, hay que aportar cambios y
novedades para no caer en la fobia de la repetición.
demás? Muchas veces vemos como las Logias intentan cambiar o aportar
ciertas novedades al desarrollo del Rito, y no siempre estos cambios son
para bien. Existe un cierto temor a que los Hermanos se puedan aburrir, a
que la realización de nuestro Ritual caiga en la apatía, en la monotonía.
Hay que entretener a los Hermanos, hay que aportar cambios y
novedades para no caer en la fobia de la repetición.
El Ritual forma parte de nuestra esencia como Masón, y la ritualidad
es siempre repetitiva. Esta idea tan sencilla me ha hecho pensar mucho
sobre la idea que esa acción genera: la expresión de eternidad. Me
sobrecogía pensar cuando era un Hermano Aprendiz que estaba haciendo
los mismos gestos, que estaba participando en el mismo acto que otros
muchos y mejores Hermanos del pasado, nombres ilustres y grandes
personajes de la historia. Hacer lo mismo que todos aquellos que nos
precedieron. Nuestro Ritual cuenta en su esencia con lo inexpresable de
aquello que es permanente, ajeno a las modas, a las costumbres y usos
sociales de cualquier época. Pero lo que yo creo que es así, para muchos
Hermanos esto es señal de aburrimiento. Aunque la celebración de
nuestro Ritual intenta conducir la Logia hasta alcanzar el egregor,
muchas veces no se acepta la predisposición de ánimo y pensamiento
individual para alcanzarlo.
es siempre repetitiva. Esta idea tan sencilla me ha hecho pensar mucho
sobre la idea que esa acción genera: la expresión de eternidad. Me
sobrecogía pensar cuando era un Hermano Aprendiz que estaba haciendo
los mismos gestos, que estaba participando en el mismo acto que otros
muchos y mejores Hermanos del pasado, nombres ilustres y grandes
personajes de la historia. Hacer lo mismo que todos aquellos que nos
precedieron. Nuestro Ritual cuenta en su esencia con lo inexpresable de
aquello que es permanente, ajeno a las modas, a las costumbres y usos
sociales de cualquier época. Pero lo que yo creo que es así, para muchos
Hermanos esto es señal de aburrimiento. Aunque la celebración de
nuestro Ritual intenta conducir la Logia hasta alcanzar el egregor,
muchas veces no se acepta la predisposición de ánimo y pensamiento
individual para alcanzarlo.
De modo que el miedo a la rutina, a lo monótono o el simple
aburrimiento, de lo que nos habla es de la inmadurez de nuestra esencia
como Venerables Maestros. Aunque pensemos que se podrían cambiar
algunos aspectos del Ritual, no hay que hacerlo por no aburrir, para
hacerlo más atractivo sino porque simplemente no se ajustan a nuestros
usos y costumbres. Y estas ganas de cambiar las cosas que no deben
cambiar, también nos indica lo mucho que hay que replantearse, el modo
en que se lleva a cabo –por lo general- la Iniciación Masónica.
aburrimiento, de lo que nos habla es de la inmadurez de nuestra esencia
como Venerables Maestros. Aunque pensemos que se podrían cambiar
algunos aspectos del Ritual, no hay que hacerlo por no aburrir, para
hacerlo más atractivo sino porque simplemente no se ajustan a nuestros
usos y costumbres. Y estas ganas de cambiar las cosas que no deben
cambiar, también nos indica lo mucho que hay que replantearse, el modo
en que se lleva a cabo –por lo general- la Iniciación Masónica.
Quién camina en la maduración de su condición masónica va de
novedad en novedad, de sorpresa en sorpresa. Buscar la Luz, la Palabra
Perdida o simplemente intentar descubrir en nosotros mismos la
presencia inherente del Gran Arquitecto del Universo, es un camino
siempre nuevo, siempre diferente. Para el Maestro Masón, aquel que ha
iniciado la búsqueda constante y nunca podrá dejar de pulir su Piedra
Bruta, el mismo Ritual es siempre nuevo, las palabras que lo contienen
también. Sólo nuestra disposición en el Templo, frente a nosotros
mismos, dependerá a la hora de conseguir que las Tenidas huyan de la
rutina y el tedio.
novedad en novedad, de sorpresa en sorpresa. Buscar la Luz, la Palabra
Perdida o simplemente intentar descubrir en nosotros mismos la
presencia inherente del Gran Arquitecto del Universo, es un camino
siempre nuevo, siempre diferente. Para el Maestro Masón, aquel que ha
iniciado la búsqueda constante y nunca podrá dejar de pulir su Piedra
Bruta, el mismo Ritual es siempre nuevo, las palabras que lo contienen
también. Sólo nuestra disposición en el Templo, frente a nosotros
mismos, dependerá a la hora de conseguir que las Tenidas huyan de la
rutina y el tedio.
Pienso que, después de tener la responsabilidad y el orgullo de ser
Venerable Maestro de mi Logia, acudo al Ritual con más firmeza y cariño.
No es tedioso o aburrido ver las olas como se estrellan contras las rocas
una y otra vez, pese a lo repetitivo. No genera en mí aburrimiento como
todos los Hermanos, con las manos entrelazadas, deseamos en cada
ocasión “salud, fuerza y unión”.
Venerable Maestro de mi Logia, acudo al Ritual con más firmeza y cariño.
No es tedioso o aburrido ver las olas como se estrellan contras las rocas
una y otra vez, pese a lo repetitivo. No genera en mí aburrimiento como
todos los Hermanos, con las manos entrelazadas, deseamos en cada
ocasión “salud, fuerza y unión”.
Algaida, 20 de julio de 2011.