El experto repasó la vida iniciática del político republicano José Maldonado
Víctor Guerra, durante la conferencia. nansi loredo
Oviedo, Claudia GRECIET
«Ser masón hoy en día es un reto», afirmó Víctor Guerra, experto en masonería, en la charla que cerró el ciclo de conferencias dedicado a José Maldonado, último presidente en el exilio de la II República. El ciclo se celebró en el Archivo Histórico de Asturias. Guerra, que es masón, fue presentado por un hermano de orden iniciática, Pedro Vila, que dijo de su amigo que «la masonería le absorbía el seso». La charla estuvo organizada por la asociación José Maldonado.
Como Guerra indicó, cuando uno consulta la caja 31.012 del Archivo Histórico de Asturias se encuentra con el expediente de Maldonado, «un masón tardío» que empezó a formar parte de la sociedad discreta -que no secreta- en 1936, «cuando ya tenía un pie en el exilio». Maldonado fue alcalde de Tineo y acabó como presidente en el exilio de la II República. Perteneció al Gran Oriente Español y se inició en una logia que llevaba por nombre «Jovellanos». Una vez en el exilio, se tienen pocos datos de su vida como masón, pero Guerra aseguró que «Maldonado siempre luchó por los valores republicanos».
El ponente comentó que coincide personalmente con el líder republicano en esos comienzos tardíos. Lleva tan sólo doce años en la masonería pero ya ha alcanzado el rango de maestro. «A la masonería se suele llegar en la madurez, cuando uno ya está más tranquilo», añadió el masonólogo que pertenece a la logia Rosario de Acuña, una de las cuatro que hay en Oviedo y Gijón.
Los masones se dedican, según Víctor Guerra, a «reflexionar en grupo sobre el futuro y siempre trabajando desde el punto de vista del debate abierto». El experto destacó la fraternidad y la apertura de una organización que está compuesta de «gente muy diversa y cuestionándose continuamente a sí misma
«Ser masón hoy en día es un reto», afirmó Víctor Guerra, experto en masonería, en la charla que cerró el ciclo de conferencias dedicado a José Maldonado, último presidente en el exilio de la II República. El ciclo se celebró en el Archivo Histórico de Asturias. Guerra, que es masón, fue presentado por un hermano de orden iniciática, Pedro Vila, que dijo de su amigo que «la masonería le absorbía el seso». La charla estuvo organizada por la asociación José Maldonado.
Como Guerra indicó, cuando uno consulta la caja 31.012 del Archivo Histórico de Asturias se encuentra con el expediente de Maldonado, «un masón tardío» que empezó a formar parte de la sociedad discreta -que no secreta- en 1936, «cuando ya tenía un pie en el exilio». Maldonado fue alcalde de Tineo y acabó como presidente en el exilio de la II República. Perteneció al Gran Oriente Español y se inició en una logia que llevaba por nombre «Jovellanos». Una vez en el exilio, se tienen pocos datos de su vida como masón, pero Guerra aseguró que «Maldonado siempre luchó por los valores republicanos».
El ponente comentó que coincide personalmente con el líder republicano en esos comienzos tardíos. Lleva tan sólo doce años en la masonería pero ya ha alcanzado el rango de maestro. «A la masonería se suele llegar en la madurez, cuando uno ya está más tranquilo», añadió el masonólogo que pertenece a la logia Rosario de Acuña, una de las cuatro que hay en Oviedo y Gijón.
Los masones se dedican, según Víctor Guerra, a «reflexionar en grupo sobre el futuro y siempre trabajando desde el punto de vista del debate abierto». El experto destacó la fraternidad y la apertura de una organización que está compuesta de «gente muy diversa y cuestionándose continuamente a sí misma
