ENSEÑANZA MASONICA
Con alguna frecuencia nos percatamos que de la palabra se conceptúa el significado en su limitación más que en su mayor alcance.
Se cuenta de un inspector de educación que, visitando un cologio en el ejercicio de sus funciones preguntó al director si el ejercicio de sus funciones preguntó al director si el horario de clases le permitía enseñar religión. El director, que por lo visto era persona de elevado concepto, le replicó: "Nosotros enseñamos religión todo el día". La enseñamos en la clase de aritmética, con esmero; en la geografía, con amplitud de criterio; en la astronomí, con respecto; en el recreo , con sano esparcimiennto.
La enseñamos con bondad para con los animales, con deferencia a los sirvientes, con buenos modales mutuamente, con colaboración en todo.
Acotaciones estas son, naturalmente, pertinentes a la enseñanza de los niños. Sin embargo, que bien puede ser aplicadas a la adaptación de los principios de nuestra amada Institución en las vidas diarias de los Francmasones.
Qué paralelo tan concluyente establece en el énfasis que asignamos a las siete artes y ciencias liberales.
La Francmosoneria, de hecho, como filosofía, representa vivamente nuestra vida e induce a sus seguidores a llevar adelante en la práctica sus altos ideales. Recordemos que en verdad, jamás nos apartamos de nuestro Templo. El Masón lleva consigo en el corazón, en su recorrido de la vida, el Ara sagrada de la Masonería y sus ejemplares obligaciones.
Dentro y fuera del Templo, el Masón va por la resplandeciente senda de la Verdad, qué el recuerdo de la sentida emoción de su iniciación, una y otra vez, le hace recorrer.
Ensenanza Masonica
viernes, marzo 19, 2004
