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COMUNICADO DEL GRAN ORIENTE DE FRANCIA SOBRE LA CONSTRUCCIÓN EUROPEA.

En pocos días, el debate sobre Europa ha cambiado de dimensión, la crisis política francesa, latente desde abril de 2002, se ha convertido en una crisis del régimen, las jerarquías de las iglesias han revelado su verdadero rostro.

Ha ganado el “No” en Francia como ganará en otros países de Europa. Este “No” se ha expresado contra la Europa de Maastricht más claramente que contra el proyecto de Constitución. Se ha expresado contra el autismo político de aquéllos que hablan en nombre del pueblo sin escucharle verdaderamente. Ha revelado los traumas y los miedos de una sociedad paralizada y cuyo empobrecimiento relativo marca el agravamiento de la fractura social. No se trata aquí de un debate entre Derecha e Izquierda, sino entre pobres y ricos, cada vez más pobres y cada vez más ricos. El grito de los electores, quienes han acudido masivamente a las mesas electorales demostrando su verdadero interés por la cosa pública cuando se produce el debate, debe ser oído.

Más allá de la constitución de un gobierno, es el contenido de la política diaria lo que se plantea. Las elecciones presidenciales de 2002 han creado una inmensa confusión entre los valores republicanos a los cuales los francmasones han contribuido fuertemente y las orientaciones puestas en marcha por la mayoría parlamentaria legítimamente nacida de las elecciones legislativas siguientes.¿Es tiempo de otro impulso o de otra política? No pertenece a las obediencias masónicas hacer la política del gobierno, como tampoco la de la oposición. Pero es necesario aportar las ideas y las propuestas que puedan hacer mover los espíritus y avanzar sobre los asuntos esenciales.

La crisis de la representación política requiere pensar otra República. La Europa que se nos había propuesto ha dejado de hacer soñar. La Europa del acero se ha convertido en la Europa de los mercaderes sin llegar a encontrar un estatuto para la Europa de los ciudadanos. Los Estados tienen un sentido, una historia, un contenido.

Nos corresponde ahora ordenar las cooperaciones nacionales que permitan hacernos avanzar juntos para garantizar, en la dirección que marca la voluntad de los puebles, un espacio de libertad, de paz, de progreso social y de laicidad. La Europa del poder está muerta desde el jaque de la Comunidad Europea de Defensa en 1954. Su segunda defunción fue registrada cuando las negociaciones referentes a la entrada del Reino Unido en 1973. Sus exequias han tenido lugar el domingo 29 de mayo. Ha llegado pues el momento de proceder a la elección por sufragio universal de una asamblea constituyente de los pueblos de Europa para entrar en una nueva etapa y salir del funesto Tratado de Niza que bloquea su funcionamiento.Pero, también grave y todavía más preocupante, el resurgimiento del Orden moral se hace sentir. La publicación del "Léxico de términos ambiguos y controvertidos sobre la familia" por el Vaticano muestra el trabajo de regresión emprendido y la naturaleza del combate que hace falta llevar a cabo. Nacido de la Conferencia de 1994 sobre la población, que había visto el acercamiento de los integristas de todas las religiones contra las libertades individuales, este texto, nuevo catecismo moral, revela, finalmente, lo que la situación americana había revelado cuando las últimas elecciones presidenciales: la iglesia asume el control de los aparatos políticos para realizar su propio programa. Contra la libertad de las mujeres para elegir, de las parejas para unirse, el derecho a morir con dignidad, la contracepción, la procreación asistida, el progreso de la medicina y la investigación. Se trata más que de un léxico de un nuevo Syllabus.

Los Francmasones, más allá de sus convicciones políticas o de sus opciones personales, deben tomar de nuevo la palabra, abrir el debate, reunir a las mujeres y a los hombres que desean la libertad y el progreso. Contra el nuevo desorden del Mundo y los celotes de una moral revelada, es definitivamente tiempo de tomar la iniciativa.

Gérard PAPPALARDO, Presidente del Consejo del la Orden

Co-firmantes
Alain BAUER, Gran Maestro 2000-2003,
Jacques LAFOUGE Gran Maestro 1996-1997
Jean - Robert RAGACHE Gran Maestro 1987-1988 y 1989-1992

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