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De Rosario Acuña a Daniel Palacio

La masoneria de Giron acude al homenaje de la escritora

Aquí deposité las cenizas del que fue mi marido, Daniel Palacio, que se identificó toda la vida con la obra de Rosario Acuña». El homenaje de ayer a la escritora que vivió sus últimos años a comienzos del siglo pasado en Gijón no fue un acto más para la alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso. Honrar a la escritora feminista en el 84 aniversario de su muerte, entre símbolos masones y republicanos, también trajo a la memoria de la mandataria municipal el recuerdo de quien fuera su marido, a través de quien Felgueroso se inició en la obra de Rosario Acuña, «una mujer adelantada a su tiempo, valiente y comprometida», destacó.

El acto, organizado por la Logia Masónica Rosario Acuña, apenas congregó a dos docenas de personas, incluyendo a representantes del Ateneo Obrero y a la Alcaldesa. Ramos de flores y coronas con banderas republicanas cubrieron la lápida blanca, sobre la que sólo figura un ladrillo con las letras R. A., tal como había expresado en su testamento la escritora.

«En vida, los ciudadanos de Gijón homenajeaban a Rosario Acuña cada Primero de Mayo, porque era una abanderada de las clases trabajadoras», recordó el Gran Maestre de la Logia Rosario Acuña, Ricardo Fernández, quien hizo un llamamiento para que ahora «sea poco a poco la ciudadanía gijonesa y asturiana la que participe en la recuperación de la memoria de una ciudadana ejemplar».

Junto a los miembros de la logia y representantes institucionales, al cementerio de Ceares acudió, como cada año, Libertad Rico Díaz, una mujer que se crió «con las pitas» de Rosario Acuña. La familia de Libertad cuidaba las gallinas de la escritora, que residió en Gijón en una casa en El Cervigón, hoy propiedad del Ayuntamiento.

El padre de Libertad, que fue alcalde republicano en Luarca, acabó en una fosa común del Sucu.

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