La sociedad secreta ha protagonizado una cincuentena de novelas en tres años.
Solo hay que dejar vagar la mirada por las novedades bibliográficas de cualquier librería para darse cuenta de que la masonería y sus miembros están de moda. En los últimos tres años se han publicado una cincuentena de libros protagonizados por la masonería, con muchos autores subidos al carro de la moda (Christian Jacq, con La masonería, Martínez Roca, es solo un ejemplo) y con éxitos de ventas tan inesperados como la particular lectura de la sociedad del César Vidal en Los masones (Planeta).
La masonería está cargada de símbolismo.
Según José Antonio Ferrer Benimeli, profesor titular de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza y el investigador que mejor conoce la sociedad, "aunque la masonería se ha puesto de moda el rigor brilla por su ausencia". Para Ferrer Benimeli, la caja de resonancia del fenómeno editorial "ha sido el tirón de ventas de El Código Da Vinci", una tendencia por cierto que no hará más que crecer con la llegada del futuro nuevo best-seller de Dan Brown, una obra que tendrá a los Liberi Muratori, sus ritos y la criptografía como gancho.
LA OBSESIÓN DE FRANCO
"Tengo noticias por información directa de las logias masónicas de que se prepara una campaña de grandes proporciones en contra del régimen español que no tardará en estallar". Así empieza Franco contra los masones (Martínez Roca), una de las últimas novedades editoriales centrada en desvelar las claves de la obsesión antimasónica del dictador. Escrita por Josep Brunet y Xavi Casinos, esta investigación no solo ha logrado alumbrar la documentación de más de 2.000 folios que Franco disponía de las actividades de los masones españoles en el exilio y de las reuniones que en Lisboa celebraba la Asociación Masónica Internacional (AMI), sino también desvelar la fuente de esta valiosa información para Franco: la espía A. de S., una agente que informaba al dictador de las conversaciones que algunos altos cargos británicos y norteamericanos tenían en torno al régimen franquista y su futuro como gobierno español.
No cabe duda de que uno de los principales motores de los nuevos títulos editoriales en España en torno a la masonería sigue siendo la represión obstinada a la que Franco sometió a la sociedad, "la planta parásita" como la llamaba él. En el marco de esa lucha persistente de Franco contra su omnipresente contubernio judeomasónico, Santiago Río, masón antiguo, y el periodista Jorge Blaschke, autores de La verdadera historia de los masones (Planeta), aportan algunos detalles interesantes en torno a la teoría sostenida por muchos investigadores, según la cual uno de los motivos de la persecución compulsiva de Franco obedeció a que, supuestamente, en dos ocasiones fue rechazado en la sociedad cuando pretendía entrar a formar parte de ella.
Vilipendiada y temida por unos, defendida a ultranza por otros. Esa es la doble lectura sobre la que, en los últimos tres siglos, han pivotado las interpretaciones de la sociedad y que, curiosamente, hoy sigue vertebrando muchas novedades editoriales. Pero, ¿qué es (o que no) la masonería. "No es ni el mito maniqueo donde los unos solo ven maldad e intriga vinculada al satanismo, los judíos y sus Protocolos de los Sabios de Sión, los comunistas o la pretendida conjura universal secreta o el contubernio, ni, por otro lado, la preclara responsable de todo lo bueno que ha sucedido en los últimos tres siglos", apunta Ferrer Benimeli.
Como señala este experto, "en España de vez en cuando el fantasma del contubernio judeo-masónico-comunista, cual Ave Fénix, resucita como en sus mejores tiempos. Es el recurso fácil con el que desacreditar al adversario político e ideológico". Para muchos, libros como La gran revancha (Temas de Hoy), obra de Isabel Durán y Carlos Dávila centrada en la pertenencia a la sociedad del abuelo de José Luis Rodríguez Zapatero y de él mismo, es un ejemplo de esta tendencia. "Se están utilizando la misma literatura, términos y tópicos y tecnología de desprestigio del adversario que se utilizaba en los años 30", apunta Ferrer Benimeli, para quien "el argumento es: si las cosas no funcionan en España como mi ideología y mi partido creen que deben hacerlo, ha de ser porque la masonería está detrás de todo. Es un fenómeno puramente celtibérico".
