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Sin Sociedad, no existe Masonería

El tema es lo suficientemente vasto como para dedicarle cientos de páginas, pues muchos son los enfoques desde los cuales puede ser tomado en tren de su tratamiento. Así hemos de pensar que podríamos analizarlo bajo la faz histórica, la social, la filosófica, la religiosa y tantos otros ángulos que, en definitiva, siempre habrán de converger sobre un mismo punto final o, si se prefiere y para ser más exactos, sobre un mismo punto inicial.

El móvil de estas pocas líneas es, por supuesto, bastante más reducido y tendiente a que juntos analicemos, sobre un mismo punto inicial.

Sabido es que el análisis de sociedad y Masonería depende, fundamentalmente, de la situación existente en cada país o región pues, en efecto, no es lo mismo hablar de dicha relación en Estados Unidos que en Polonia, por poner un ejemplo al pasar. Pero, a pesar de lo dicho, es cierto también que puede hacerse un análisis genérico en la búsqueda del principio o esencia de tal relación. Intentemos ver someramente las dos cuestiones.

La relación entre la sociedad y la Masonería en nuestros países latinoamericanos, ha transcurrido por diferentes etapas que podríamos resumir como de "mayor entendimiento" y "menor entendimiento" - esto es, ha sufrido sus altos y bajos o tiene sus claros y oscuros - a semejanza de los propios ciclos históricos.

Esos grados de "mayor o menor entendimiento" han sido, a su vez, fruto y reflejo de la propia situación imperante en los países en cada uno de sus períodos.

Y estos hechos, que podríamos denominar de "raíz institucional", tiene una traducción automática en el conjunto de la sociedad, pues la influencia que se recibe en los distintos grados de la escala, provienen del punto más alto de la misma. Así es que, al día de hoy, nos encontramos en un punto "medio de entendimiento" en el que sobresale como característica el hecho del gran desconocimiento - o erróneo conocimiento - que nuestro conjunto social tiene acerca de la Masonería y, por lógica consecuencia, de los postulados que animan a los Masones.

Sentado lo que antecede, cambiemos el tópico y veamos la relación genérica entre sociedad y Masonería. En este caso, el orden de los factores es importante para que tengamos siempre presente, aunque parezca una verdad de perogrullo, que sin sociedad no existe la Masonería.

Así entonces tendríamos que la sociedad es el "continente" que espera recibir de la Masonería un contenido, de lo que deviene la obligación de esta última de brindarlo. Y, al mismo tiempo, observamos que el objeto principal de la Masonería, basado a partir del hombre y de su crecimiento, es el de promover el bien común en sus distintas expresiones para lograr así hacer efectivo y real el trinomio Masónico de Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Y ya que estamos en tema permítaseme una breve digresión antes de continuarlo. Cabe recordar siempre que la Masonería como tal - como Institución - no actúa, sino que sólo lo hace a través de los hombres que la componen; esto es, son los individuos los que actúan e interactúan, intentando llevar adelante o transmitir postulados dados por una Institución desde hace ya muchísimos años, pero que ellos han hecho propios y como tales los pregonan (como vemos ninguna diferencia hay con nuestras propias vidas en las que nosotros acogimos principios que nos fueron dados, pero los hicimos propios y los llevamos adelante con toda la fuerza de que somos capaces, pero como individuo que somos y no como instituciones).

Decíamos entonces que el objetivo de los Masones para con la sociedad - en función de lo que estamos analizando - es el de lograr la plena vigencia y vivencia de los principios de la libertad, la igualdad y la fraternidad.

Y ciertamente que usted, estimado lector, ya podrá estar pensando que esto de la libertad, igualdad y fraternidad, suena a frase hecha y además, o tal vez, predicada o pregonada por muchos, tanto individuos como instituciones; y es posible que usted tenga razón y es por ello mismo que le pido me acompañe en alguna explicación adicional para comprender de qué hablamos los Masones.

Cuando nos referimos a la libertad - y no olvidemos la base de la Masonería asentada en el hombre y su crecimiento - pretendemos significar que el hombre tiene toda la facultad y el derecho para buscar la verdad por el camino que entienda más conveniente, esto es, con amplitud y sin tener que encorsetarse en estructuras de encierro formal o, peor aún, sustancial.

Ahora bien, piense usted en que este principio, como tal, es indiscutible, pero para que pueda funcionar realmente en la sociedad necesita de una herramienta fundamental que es la tolerancia. En efecto, pensemos - al menos para nosotros mismos - cuántas veces en nuestro diario devenir y tanto en las cosas grandes como pequeñas de nuestras vidas, practicamos el opuesto de esa herramienta - o sea la intolerancia - y veremos entonces lo difícil de la tarea.

Por otra parte al hablar de igualdad nos enfrentamos con una cruda realidad - tanto a nivel de sociedades como a nivel de seres humanos - cual es aquella que nos hace ver que sólo en la base, en el origen, somos todos iguales, mientras que, luego de allí, somos todos absolutamente desiguales - producto propio de lo que es una realidad de vida-. Y resulta ser que sólo a partir de entender que en la escala social de nuestra existencia somos todos desiguales podremos llegar a lograr algo en función de reconocernos todos como iguales en la base.

Pero para ello necesitamos de otra herramienta fundamental que es la comprensión. Y pongámonos una vez más como protagonistas del asunto y seguramente observaremos con cuánta asiduidad lo que la sociedad en conjunto practica - a través de todos los que la componemos - es, precisamente lo inverso: la incomprensión.

Podremos así concluir, a semejanza de lo sucedido con la tolerancia, en que la tarea "per se" no es nada fácil.

Finalmente, en lo que hace a la fraternidad usted ya se habrá dado cuenta que para nosotros, los Masones, ella implica el ejercicio concreto de la tolerancia, la comprensión y la bondad hacia nuestros semejantes.

Como usted habrá visto en este superficial recorrido, los Masones, como parte de la sociedad, buscamos transmitir a través de nuestro propio accionar principios elementales de vida, pero no por ello menos esenciales que cualquier otro que se le pudiere ocurrir; y lo hacemos sobre la base de una profunda convicción en cuanto a la validez de los mismos y a la eficacia que ellos pueden tener realmente aplicados en el conjunto de la sociedad toda. Y no tengo dudas que usted puede seguir pensando que los principios son pregonados por otras instituciones, grupos o personas. Pero creo que también convendrá conmigo en que, por lo menos intentamos que nuestras explicaciones sean claras y carentes de eufemismos de ninguna clase, porque en definitiva no se trata sólo de contribuir con un granito de arena a la sociedad de la cual se forma parte, sino que también se trata de la convicción de que la Masonería es una escuela de vida - no la única, por supuesto - y así cuantoss más la compartamos, mayor será el beneficio para el conjunto, porque la realidad es que no importa de dónde provengan las ideas o accionar sino que lo importante es sumar aquellas que sirven para nuestro crecimiento y el de la sociedad en la que vivimos.

Q:.H:. J.V.

Fuente: Gran Logia Oriental de Colombia "Francisco de Paula Santander"
Fecha: 21-Mar-2007

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