127 Años de la Inmolación del Heroe de Arica.
R:.L:.S:. VIRTUD Y UNIÓN N° 3
P:.V:.M:.
Por honroso encargo de nuestro V:.M:. RAÚL GORDILLO MARCHENA, es muy grato para mí presentar este Traz:. Arq:. en homenaje a nuestro Q:.H:. FRANCISCO BOLOGNESI CERVANTES, al conmemorar el próximo 7 de junio, el 127 aniversario de su inmolación en la Batalla de Arica, en defensa del honor nacional. Este Q:.H:., Masón Admirable, vió la Luz en esta antigua y señera Logia el año de 1860, cuanto tenía 44- años de edad.
Nació en Lima, en la calle Afligidos N° 128 - BO, el 4 de noviembre de 1816, hijo del matrimonio de Dn. Andrés Bolognesi Camparello, natural de Génova y de Dña. Juana Cervantes Pacheco, natural de Arequipa.
En 1821, a los 5 años de edad asistió a la proclamación de nuestra independencia por el Generalísimo Dn. José de San Martín el 28 de julio de 1821. Cuando tenía 11 años su familia se trasladó a Arequipa, ciudad donde estudio primaria y secundaria en el seminario San Gerónimo. A los 16 años perdió a su padre y como hijo mayor, tuvo que trabajar para contribuir al sostenimiento de su familia, estudiando a la vez el idioma francés y teneduría de libros de contabilidad; su actividad laboral estuvo orientada al comercio.
En 1853, frente a un inminente conflicto bélico con Bolivia, el Gobierno decretó el Estado de Campaña, distribuyendo armas a la Guardia Nacional de los departamentos del Sur; Bolognesi, investido del grado de Teniente Coronel fue nombrado 2° Jefe de un Regimiento de Caballería.
En 1854 al realizar Castilla una revolución contra el Presidente Echenique, Bolognesi se sumó a sus fuerzas, produciéndose así el encuentro con el Gran Mariscal, quien sería en adelante, su forjador en la carrera de las Armas, viajando al Cusco con el Batallón "Libres de Arequipa".
Con el grado de Coronel efectivo de Artillería, ocupó el cargo de Comisario General del Ejército Libertador y participó en la Batalla de la Palma. Instalado Castilla como Presidente Provisorio, Bolognesi fue nombrado Edecán del Presidente.
En 1860, Castilla lo nombró Comandante General de la Artillería, cargo con el cual participó en la triunfal Campaña del Ecuador. De inmediato fue enviado a Europa a adquirir artillería para el Ejército y regresó en 1862 con 40 cañones de última generación. En 1864 volvió a ser enviado a Europa a adquirir armamento diverso, entre ellos 12 cañones de acero de gran calibre que contribuyeron a la victoria de 1866 contra la Armada Española, adquirió también 25,000 fusiles y 4,000 carabinas, con los proyectiles y municiones necesarios, comisión que cumplió con marcado éxito.
En 1867, ya en el retiro, participó en actos políticos contrarios al régimen de turno, por lo cual fue apresado, pero un cambio repentino de Presidente, hizo que retornara al servicio como Comandante General de la Artillería hasta 1868, un año antes de la guerra con Chile, en que se retiró definitivamente del servicio.
En abril de 1879, un mes antes de la declaratoria de guerra de Chile al Perú, se organizó el Estado Mayor del Ejército del Sur, en el cual Bolognesi fue nombrado miembro del mismo, por lo que tuvo que partir de inmediato a Iquique a desempeñar sus funciones. Un accidente ferroviario ocasionó el fallecimiento del Coronel Alejo Bezada, lo que dio lugar a que eligieran a Bolognesi para reemplazarlo en el cargo de Comandante de la Tercera División. Es con esta División que participa en las batallas de San Francisco y de Tarapacá y en el siguiente repliegue hasta Arica y Tacna.
Reorganizado el Ejército del Sur en Febrero de 1880, fue nombrado Jefe de la Segunda División, cargo que dejó para asumir la defensa de Arica} con un efectivo de aproximado de 1,600 hombres mal armados y escasamente pertrechados, donde se inmoló enfrentando a 6,500 chilenos, dotados de las mejores armas del mundo de ese entonces, en una lucha desigual.
El historiador militar General Carlos Dellepiani al referirse a la Batalla de Arica y a los peruanos que la libraron, dice:
"Aquello fue un suicidio colectivo que sólo pudo ser realizado por hombres que saben alcanzar la altura de lo divino; por soldados que al inmolarse libre y consentida mente en. aras de la patria, presentían la lección que su actitud significaba para los peruanos de hoy y de mañana".
Han transcurrido 127 años desde aquella épica batalla y jamás se podrá desligar Arica de Bolognesi, ni Bolognesi de Arica. Cuando se dice ARICA, surgen sobre el Morro la imagen de Bolognesi y sus 1,600 valientes; cuando se dice BOLOGNESI, se dibuja en la mente y en el firmamento el perfil inconfundible del Morro, porque Bolognesi y sus valientes, con su decisión y su valor, transformaron ese pedazo de tierra en algo más trascendente, lo convirtieron en Altar de la Patria y le dieron dimensiones universales, luz eterna para las generaciones presentes y venideras.
Bolognesi, Masón Admirable, vuestra palabra se hizo acción; arrastrasteis con el ejemplo y mutasteis la muerte en vida eterna. Sois promesa y juramento cumplidos.
El Soldado Manuel Salazar del Batallón "Artesanos de Tacna", sobreviviente de esa batalla, nos ha contado en calidad de testigo presencial, que herido y caído, disparasteis la última bala de vuestro revólver contra los atacantes, y tratando de incorporarte y antes de que os destrozaran la cabeza de un culatazo, exclamasteis a los vuestros: ¡No hay que rendirse! ¡Miserables! ¡Viva el Perú!. El Mayor Blondell que vio la escena repitió vuestras frases, cayendo también muerto a los pocos instantes, muy cerca de Vos.
Vuestra frase inmortal "Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho", unida a la decisión y el valor de vuestros valientes, hicieron del Morro un crisol donde el hombre y la tierra se fundieron para hacerse espíritu, para hacerse luz, aprisionado el tiempo para que el pasado y el futuro sean siempre para nosotros el presente; espíritu que nos guía a lo largo de nuestra vida, luz que disipa las tinieblas de nuestro sendero y presente que hace que nuestras mentes y nuestros corazones mantengan vivo vuestro ejemplo, que nos honra como masones y da dimensión colosal a nuestra antigua Cantera.
H:. Francisco, Hoy, a los 127 años de tu glorioso pase al Ort:. Et:. tus HH:. de VIRTUD y UNIÓN N° 3, al elevar nuestras plegarias al G:.A:.D:.U:., os hacemos llegar el triple abrazo fraternal de reconocimiento y admiración a vuestra excepcional cualidad de masón, y de gratitud por vuestro sacrificio que, constituye ejemplo sin par y lección eterna para todos los masones y para el mundo entero.
Que el Altísimo os tenga a su diestra.
Gracias HH:. por haberme escuchado.
He cumplido vuestro encargo V:.M:.