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Las columnas masónicas

Escrito por Ysrael Molero Borges

Los pilares presentes en las logias son en esencia, representaciones alegóricas de las columnas del Templo del rey Salomón y conservan aún, las letras B y J. Dicha edificación fue erigida en Jerusalén como ya sabemos, por instrucciones del maestro de obras Hiram Abiff enviado por Hiram, rey de Tiro.

En el libro bíblico I de los Reyes (7: 15-22) leemos que cada columna tenía 18 codos de alto (1 codo equivale a 2.09 m) y un hilo de 12 codos rodeaba cada una. No eran macizas, sino huecas, el grosor de las paredes era de cuatro dedos. Ambos capiteles de bronce medían cinco codos.

La columna derecha fue llamada Jachín y la izquierda Boaz. El remate era una flor de lirio y dos hileras de 200 frutas llamadas granadas. El vacío interior de las columnas supuestamente era usado como depositario de documentos importantes. Es significativo el sentido de usar granadas para adornar los pilares: con ello se indica que la abundancia y ordenamiento de las semillas implica la sabia utilización de las enseñanzas que recibimos a favor nuestro y de quienes nos rodean.

Llamamos la atención sobre el hecho que las columnas B y J fueron ubicadas en la parte exterior del Templo y seguramente, en la antigüedad fueron usadas para actividades sacramentales y como símbolo de fortaleza y firmeza. Es decir, representan un límite, una clara separación entre el mundo externo (Logia de San Juan) y la cámara donde trabajamos los masones "estando a cubierto a toda indiscreción de los profanos". Por tanto, no es aventurado decir, que el iniciado ve en las columnas el portal de la senda a seguir por todos los hombres durante su existencia terrenal, usando los medios para viajar más alto hacia la cámara secreta de la vida en donde mora la presencia invisible del G:.A:.D:.U:. y la luz que ilumina nuestros pasos hacia la sabiduría y perfectibilidad nuestra.


Venezuela, 21 de Agosto del 2007 e:.v:.

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