Hon. Marqués de Northampton
Vice Gran Maestro, Gran Logia Unida de Inglaterra.
Fecha 5 y 6 de Noviembre de 2007
En la Reunion de GRANDES MAESTROS DE EUROPA
La Regularidad es absoluta. No puede ser parcial o condicional. Una Gran Logia es regular o no lo es. En Inglaterra, una Gran Logia regular debe ajustarse a cada uno de los principios básicos de nuestra Gran Logia para su reconocimiento sino, no puede considerarse como regular.
Esos Principios Básicos, acordados con las Grandes Logias de Irlanda y Escocia, fueron codificados y publicados en 1929 pero no eran nuevos. Habían sido desarrollados y refinados durante más de 150 años a medida que la Francmasonería se iba diseminando por el mundo y las Grandes Logias comenzaron a emerger fuera de estas Islas.
Creemos que ellos son fundamentales e inmodificables, ya que definen lo que para nosotros es la esencia de la Francmasonería Regular. Los Principios fueron posteriormente confirmados por las Tres Grandes Logias en 1938 en la declaración que ellas suscribieron bajo el título "Propósitos y Relaciones de la Orden". Firmemente creemos que si cualquiera de estos Principios Básicos fuese removido o modificado, esa remoción o modificación alteraría materialmente la naturaleza de la Francmasonería.
Ha habido sugerencias en el sentido que los Principios Básicos podrían ser susceptibles de redefinición de generación en generación, aunque aquéllos que han formulado tales sugerencias parecen reacios a revelar cuáles de los Principios Básicos son los que desean redefinir. Sospecho que un área que a ellos les gustaría redefinir es la prohibición de las discusiones sobre religión y política en las reuniones Masónicas y el impedimento para que las Grandes Logias o Masones individuales hagan declaraciones públicas sobre temas religiosos, políticos o estatales cuando actúan en uso de sus funciones masónicas.
En ese contexto, me sorprendió un poco el que algunos de ustedes hubiesen estado discutiendo el papel de la Francmasonería en una Europa cambiante y cómo la Francmasonería puede influir, en aras del bien común, sobre el desarrollo social y moral de la nueva Europa. Las Tres Grandes Logias-Inglaterra, Irlanda y Escocia- responderían que la Francmasonería no tiene ningún papel por fuera de la Francmasonería y que la única influencia que estará buscando tener es sobre ella misma y sus miembros.
Firmemente creemos que no es la Francmasonería sino el individuo el que puede tener una influencia positiva sobre la sociedad. Consideramos a la Francmasonería como un intenso viaje de auto descubrimiento, conocimiento y desarrollo personal. Esperamos que el individuo, durante este viaje, asimilará los principios y postulados de la Francmasonería, de forma tal que ellos lleguen a convertirse en parte integrante de su naturaleza. De esa manera podrá contribuir al bien de la sociedad en su conjunto. Si el individuo, imbuido de los principios de la Francmasonería, no trabaja por el bien de la sociedad, entonces nos cuestionaríamos si la Francmasonería ha cumplido su propósito.
La Francmasonería Regular no es, y jamás deberá permitírsele llegar a ser un grupo de presión-no importa cuán universal y noble sea la causa-. Una de las grandes fortalezas de la Francmasonería regular ha sido el que ha permanecido al margen de la política y el sectarismo, en las memorables palabras del Dr. James Anderson formando " el centro de unión entre los hombres buenos y la verdad, y los medios felices para conciliar la amistad entre aquellos que de otra forma habrían permanecido perpetuamente distanciados". Aquéllos que formaron y desarrollaron la Francmasonería sabían por experiencia propia cuán divisorias pueden ser la política y la religión. Prohibiendo la discusión sobre esos tópicos en las reuniones masónicas y no permitiendo a los Grandes Maestros u otros, en sus atribuciones masónicas, hacer pronunciamientos públicos sobre dichos temas, pretendían unir a los hombres de buena voluntad para propiciar zanjar sus diferencias y trabajar juntos por el bien común. Éste es con absoluta seguridad a Landmark de la Francmasonería y si lo violamos alteraremos materialmente la naturaleza de la Francmasonería.
Entiendo que en el Foro de Praga a finales de abril se presentó una proposición en el sentido de hacer alguna adición a los Principios Básicos para el Reconocimiento de una Gran Logia- la de la exclusividad territorial, en otras palabras, que debería existir tan sólo una Gran Logia por territorio o país- . Esa proposición implicaba que una Gran Logia no es soberana a menos que tenga absoluto control sobre la Orden en su territorio o país. Nosotros no vemos la soberanía en términos de territorio; para nosotros la soberanía es que una Gran Logia tenga autoridad única sobre sus Logias constitutivas y miembros, no importando en dónde puedan estar localizados , y que no comparta esa autoridad con ninguna otra Potencia como por ejemplo un Supremo Consejo.
Por razones históricas y prácticas, las Tres Grandes Logias y otras podrían no considerar la jurisdicción territorial exclusiva como un principio básico para el reconocimiento. Durante más de 250 años estas Tres Grandes Logias han compartido territorios alrededor del mundo y aún hoy siguen haciéndolo. Es más, en algunas áreas compartimos territorio con una Gran Logia local formada desde que las Tres Grande Logias introdujeron la Francmasonería en ese territorio. En los Estados Unidos- en donde la jurisdicción territorial exclusiva era un principio de regularidad- han tendido que modificar sus puntos de vista, ya que en muchos Estados la Gran Logia Estatal comparte ahora su territorio con una Gran Logia Prince Hall, como lo los hacen las Tres Grandes Logias en Bahamas, el Caribe y las Indias Occidentales.
El factor común en todos estos ejemplos de territorio compartido es que la participación es por mutuo consentimiento, y ésa es seguramente la clave. Si dos o más Grandes Logias desean compartir territorio, ¿por qué habríamos de imponer un impedimento arbitrario para que así lo hagan?
Asunto completamente diferente es cuando una Gran Logia invade el territorio de otra. Tal acción es intolerable, contraria a todos los principios de las relaciones masónicas internacionales, y deja abierta a cargos de irregularidad y a la suspensión de su reconocimiento a la Gran Logia invasora.
El reconocimiento es un acto bilateral entre dos Potencias soberanas. No es, sin embargo, un "derecho a la regularidad", sino un privilegio. En años recientes Inglaterra ha sido criticada por no reconocer inmediatamente Grandes Logias nuevas o reemergentes, incluso habiendo sido ellas regularmente formadas o revividas por Grandes Logias con las que hemos tenido lazos de amistad por largo tiempo. La razón de esto es simple. Como la Gran Logia más antigua y sin nosotros buscarlo, hemos tenido que echarnos sobre los hombros el manto de ser los guardianes de la regularidad. Esa es una pesada responsabilidad que asumimos con entera seriedad. Adicionalmente, entiendo que el reconocimiento por parte de la Gran Logia Unida de Inglaterra conlleva un cierto prestigio que acelera el reconocimiento por parte de otras Grandes Logias. Debido a estos factores, nos tenemos que asegurar de que lo que reconocemos no sólo es regular sino también que está firmemente arraigado en un país, libre de interferencias políticas, que mantendrá su regularidad y que tiene buenas perspectivas de sobrevivir y expandirse. En resumen, ¡no nos podemos equivocar!
En por lo menos tres ocasiones hemos sido presionados a reconocer Grandes Logias, pero nos hemos aferrado a nuestra política habitual y hemos demostrado estar en lo correcto. En dos casos en corto tiempo Grandes Logias estuvieron amenazadas de disenso conducente a la ruptura con las Grandes Logias en formación, y en el tercer caso la Logia Madre repudió a sus hija y le retiró la Carta que le había otorgado.
El último punto que quiero tocar se refiere al lugar de Inglaterra en la Francmasonería mundial. En su discurso ante la Conferencia Mundial en París el año pasado, el Gran Maestro de Austria expresó su creencia que la Gran Logia Unida de Inglaterra había abdicado de sus responsabilidades para con la Francmasonería Europea y que de inmediato había perdido autoridad. Yo no sólo discrepo, sino que también preguntaría qué n o tenemos en Europa o en cualquier otra parte del mundo. Siempre estamos disponibles para aconsejar, informar y compartir nuestra larga experiencia pero no podemos, o no pretendemos interferir con los asuntos internos de una soberana Gran Logia. Podemos ofrecer una guía, brindar descanso y apoyo en épocas de tribulaciones y ayudar en la práctica a Grandes Logias nuevas, pero Inglaterra no puede ser una especie de Policía Masónica Internacional que arbitra desacuerdos dentro y entre Grandes Logias soberanas. Podemos y haremos clara nuestra posición en materia de regularidad y reconocimiento pero compete a ustedes decidir cuáles son sus puntos de vista. No podemos, y no lo intentaríamos, imponer nuestros criterios sobre otros y no creemos que algún otro cuerpo desee hacerlo así tampoco. Sin embargo, nos reservamos nuestro derecho a decidir a quiénes consideramos regulares y aptos para reconocimiento.
Hermanos, tenemos en Europa una maravillosa diversidad de prácticas masónicas. Estamos unidos por los mismos principios básicos, propósitos y Landmarks, pero cada quien los ha desarrollado a su manera. Celebramos esa diversidad siempre y cuando ella se mantenga dentro de los límites de la regularidad.
La Regularidad es absoluta. No puede ser parcial o condicional. Una Gran Logia es regular o no lo es. En Inglaterra, una Gran Logia regular debe ajustarse a cada uno de los principios básicos de nuestra Gran Logia para su reconocimiento sino, no puede considerarse como regular.
Esos Principios Básicos, acordados con las Grandes Logias de Irlanda y Escocia, fueron codificados y publicados en 1929 pero no eran nuevos. Habían sido desarrollados y refinados durante más de 150 años a medida que la Francmasonería se iba diseminando por el mundo y las Grandes Logias comenzaron a emerger fuera de estas Islas.
Creemos que ellos son fundamentales e inmodificables, ya que definen lo que para nosotros es la esencia de la Francmasonería Regular. Los Principios fueron posteriormente confirmados por las Tres Grandes Logias en 1938 en la declaración que ellas suscribieron bajo el título "Propósitos y Relaciones de la Orden". Firmemente creemos que si cualquiera de estos Principios Básicos fuese removido o modificado, esa remoción o modificación alteraría materialmente la naturaleza de la Francmasonería.
Ha habido sugerencias en el sentido que los Principios Básicos podrían ser susceptibles de redefinición de generación en generación, aunque aquéllos que han formulado tales sugerencias parecen reacios a revelar cuáles de los Principios Básicos son los que desean redefinir. Sospecho que un área que a ellos les gustaría redefinir es la prohibición de las discusiones sobre religión y política en las reuniones Masónicas y el impedimento para que las Grandes Logias o Masones individuales hagan declaraciones públicas sobre temas religiosos, políticos o estatales cuando actúan en uso de sus funciones masónicas.
En ese contexto, me sorprendió un poco el que algunos de ustedes hubiesen estado discutiendo el papel de la Francmasonería en una Europa cambiante y cómo la Francmasonería puede influir, en aras del bien común, sobre el desarrollo social y moral de la nueva Europa. Las Tres Grandes Logias-Inglaterra, Irlanda y Escocia- responderían que la Francmasonería no tiene ningún papel por fuera de la Francmasonería y que la única influencia que estará buscando tener es sobre ella misma y sus miembros.
Firmemente creemos que no es la Francmasonería sino el individuo el que puede tener una influencia positiva sobre la sociedad. Consideramos a la Francmasonería como un intenso viaje de auto descubrimiento, conocimiento y desarrollo personal. Esperamos que el individuo, durante este viaje, asimilará los principios y postulados de la Francmasonería, de forma tal que ellos lleguen a convertirse en parte integrante de su naturaleza. De esa manera podrá contribuir al bien de la sociedad en su conjunto. Si el individuo, imbuido de los principios de la Francmasonería, no trabaja por el bien de la sociedad, entonces nos cuestionaríamos si la Francmasonería ha cumplido su propósito.
La Francmasonería Regular no es, y jamás deberá permitírsele llegar a ser un grupo de presión-no importa cuán universal y noble sea la causa-. Una de las grandes fortalezas de la Francmasonería regular ha sido el que ha permanecido al margen de la política y el sectarismo, en las memorables palabras del Dr. James Anderson formando " el centro de unión entre los hombres buenos y la verdad, y los medios felices para conciliar la amistad entre aquellos que de otra forma habrían permanecido perpetuamente distanciados". Aquéllos que formaron y desarrollaron la Francmasonería sabían por experiencia propia cuán divisorias pueden ser la política y la religión. Prohibiendo la discusión sobre esos tópicos en las reuniones masónicas y no permitiendo a los Grandes Maestros u otros, en sus atribuciones masónicas, hacer pronunciamientos públicos sobre dichos temas, pretendían unir a los hombres de buena voluntad para propiciar zanjar sus diferencias y trabajar juntos por el bien común. Éste es con absoluta seguridad a Landmark de la Francmasonería y si lo violamos alteraremos materialmente la naturaleza de la Francmasonería.
Entiendo que en el Foro de Praga a finales de abril se presentó una proposición en el sentido de hacer alguna adición a los Principios Básicos para el Reconocimiento de una Gran Logia- la de la exclusividad territorial, en otras palabras, que debería existir tan sólo una Gran Logia por territorio o país- . Esa proposición implicaba que una Gran Logia no es soberana a menos que tenga absoluto control sobre la Orden en su territorio o país. Nosotros no vemos la soberanía en términos de territorio; para nosotros la soberanía es que una Gran Logia tenga autoridad única sobre sus Logias constitutivas y miembros, no importando en dónde puedan estar localizados , y que no comparta esa autoridad con ninguna otra Potencia como por ejemplo un Supremo Consejo.
Por razones históricas y prácticas, las Tres Grandes Logias y otras podrían no considerar la jurisdicción territorial exclusiva como un principio básico para el reconocimiento. Durante más de 250 años estas Tres Grandes Logias han compartido territorios alrededor del mundo y aún hoy siguen haciéndolo. Es más, en algunas áreas compartimos territorio con una Gran Logia local formada desde que las Tres Grande Logias introdujeron la Francmasonería en ese territorio. En los Estados Unidos- en donde la jurisdicción territorial exclusiva era un principio de regularidad- han tendido que modificar sus puntos de vista, ya que en muchos Estados la Gran Logia Estatal comparte ahora su territorio con una Gran Logia Prince Hall, como lo los hacen las Tres Grandes Logias en Bahamas, el Caribe y las Indias Occidentales.
El factor común en todos estos ejemplos de territorio compartido es que la participación es por mutuo consentimiento, y ésa es seguramente la clave. Si dos o más Grandes Logias desean compartir territorio, ¿por qué habríamos de imponer un impedimento arbitrario para que así lo hagan?
Asunto completamente diferente es cuando una Gran Logia invade el territorio de otra. Tal acción es intolerable, contraria a todos los principios de las relaciones masónicas internacionales, y deja abierta a cargos de irregularidad y a la suspensión de su reconocimiento a la Gran Logia invasora.
El reconocimiento es un acto bilateral entre dos Potencias soberanas. No es, sin embargo, un "derecho a la regularidad", sino un privilegio. En años recientes Inglaterra ha sido criticada por no reconocer inmediatamente Grandes Logias nuevas o reemergentes, incluso habiendo sido ellas regularmente formadas o revividas por Grandes Logias con las que hemos tenido lazos de amistad por largo tiempo. La razón de esto es simple. Como la Gran Logia más antigua y sin nosotros buscarlo, hemos tenido que echarnos sobre los hombros el manto de ser los guardianes de la regularidad. Esa es una pesada responsabilidad que asumimos con entera seriedad. Adicionalmente, entiendo que el reconocimiento por parte de la Gran Logia Unida de Inglaterra conlleva un cierto prestigio que acelera el reconocimiento por parte de otras Grandes Logias. Debido a estos factores, nos tenemos que asegurar de que lo que reconocemos no sólo es regular sino también que está firmemente arraigado en un país, libre de interferencias políticas, que mantendrá su regularidad y que tiene buenas perspectivas de sobrevivir y expandirse. En resumen, ¡no nos podemos equivocar!
En por lo menos tres ocasiones hemos sido presionados a reconocer Grandes Logias, pero nos hemos aferrado a nuestra política habitual y hemos demostrado estar en lo correcto. En dos casos en corto tiempo Grandes Logias estuvieron amenazadas de disenso conducente a la ruptura con las Grandes Logias en formación, y en el tercer caso la Logia Madre repudió a sus hija y le retiró la Carta que le había otorgado.
El último punto que quiero tocar se refiere al lugar de Inglaterra en la Francmasonería mundial. En su discurso ante la Conferencia Mundial en París el año pasado, el Gran Maestro de Austria expresó su creencia que la Gran Logia Unida de Inglaterra había abdicado de sus responsabilidades para con la Francmasonería Europea y que de inmediato había perdido autoridad. Yo no sólo discrepo, sino que también preguntaría qué n o tenemos en Europa o en cualquier otra parte del mundo. Siempre estamos disponibles para aconsejar, informar y compartir nuestra larga experiencia pero no podemos, o no pretendemos interferir con los asuntos internos de una soberana Gran Logia. Podemos ofrecer una guía, brindar descanso y apoyo en épocas de tribulaciones y ayudar en la práctica a Grandes Logias nuevas, pero Inglaterra no puede ser una especie de Policía Masónica Internacional que arbitra desacuerdos dentro y entre Grandes Logias soberanas. Podemos y haremos clara nuestra posición en materia de regularidad y reconocimiento pero compete a ustedes decidir cuáles son sus puntos de vista. No podemos, y no lo intentaríamos, imponer nuestros criterios sobre otros y no creemos que algún otro cuerpo desee hacerlo así tampoco. Sin embargo, nos reservamos nuestro derecho a decidir a quiénes consideramos regulares y aptos para reconocimiento.
Hermanos, tenemos en Europa una maravillosa diversidad de prácticas masónicas. Estamos unidos por los mismos principios básicos, propósitos y Landmarks, pero cada quien los ha desarrollado a su manera. Celebramos esa diversidad siempre y cuando ella se mantenga dentro de los límites de la regularidad.
Fuente: GRAN LOGIA UNIDA DE INGLATERRA